A falta del concierto de esta noche en el Auditori del Fórum de Barcelona en el marco del Voll-Damm Jazz Festival y el del mes que viene en el Wizink Center en Madrid, Miguel Poveda va a culminar el fin de gira con las espadas en todo lo alto. Y aunque esto marque el cierre a una aventura, el artista nacido en Badalona ya tiene otros proyectos en marcha. Uno de ellos la grabación de un nuevo disco que verá la luz en abril, el otro la realización de un documental que se podrá descubrir a finales del 2024. Poveda está en un momento de gran plenitud. Su rostro, su actitud, así lo indica. Con la excusa del concierto de esta noche, reúne a cuatro medios para hablar de esta cita y de lo que está por venir. Curiosamente, al entrar en la preciosa sala que nos habilitan en el centro de Barcelona, verbaliza el corte que le da ser el foco de este evento. De hecho, él es una persona tímida, tiene sus reservas, pero tras los saludos protocolarios se relaja.

Volviendo al flamenco

Miguel Poveda está cómodo, y conforme pasa el encuentro, tiene ganas de contar cosas. Empezando por ese disco, Poemas del cante jondo (del que se estrenó el single Encuentros el 1 de diciembre con Jesús Guerrero a la guitarra), una lectura musical libre sobre Federico García Lorca. En un contexto más flamenco y tradicional, tratando diferentes épocas. Es una vuelta a esos orígenes. “El volver al flamenco es algo que siempre está ahí. Grabar flamenco en un estudio es superduro, muy exigente. Una experiencia muy distinta a la de cantar en directo. Hay que darle ese calor y es un proceso, digamos, menos elaborado. De algún modo, montas una estructura, organizas cuatro cosas e improvisas. Es la emoción del momento. Te dejas llevar por la intuición, en ese instante tú solo te ordenas”. La razón por la cual ha centrado sus energías en hacer una obra más flamenca tiene un pretexto. “No me apetecía hacer un disco de flamenco sin más, necesitaba otro elemento que lo justificara. Y ese es Lorca y, en concreto, este libro en el que se inspira. Federico ayudó a Falla en el año 22 a montar el primer concurso de cante jondo, siempre desde el compromiso y por el amor que le tenía al flamenco”. Inevitablemente, y en función de los movimientos que hagas, siempre aparece la figura del ortodoxo que lo debate y cuestiona todo. “Les respeto, pero yo vengo de otras cosas, por ejemplo del Taller de Músics. Trato de hacer las cosas con honestidad y de forma natural. Eso siempre se ha dado, ya pasó en los setenta con Lole y Manuel. Eso provocó algo positivo; hubo gente que se aficionó al flamenco”.

Yo era un niño que se crio escuchando flamenco por parte de mi madre con Farina y compañía, y después estaba la figura de mi padre, que nos ponía discos de Alan Parsons Project o The Police

Miguel Poveda es catalán de nacimiento y sentimiento, sin embargo tardó veinte años en descubrirlo y darse cuenta de ello. Se había criado en el barrio de Bufalá en un entorno en el que únicamente trataba con andaluces."Yo era un niño que se crio escuchando flamenco por parte de mi madre con Farina y compañía, y después estaba la figura de mi padre, que nos ponía discos de Alan Parsons Project o The Police. Yo empecé a venir a Barcelona a hacer seminarios, y ahí descubro también el jazz, lo latino. Aparecen referentes como los de Joan Albert Amargós y Bigas Luna, y no sé, descubro que existe el Museo de la Ciencia, el Museo de Cera. Para mí es un viaje. Yo hasta entonces tenía más conexiones con Sevilla que con Barcelona. Algo que, afortunadamente, fue cambiando con el tiempo. Me encantó tomar contacto con la cultura catalana por la diversidad que te ofrece”.

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Miguel Poveda actua aquesta nit a l'Auditori del Fòrum /  Foto: EFE / Juanjo Martín

Me encantó tomar contacto con la cultura catalana por la diversidad que te ofrece

Para el concierto de esta noche se ha anunciado que habrá algún invitado, si bien no son artistas profesionales al uso. Va a hacer dos guiños a su infancia, a su formación. Uno es su primo, Agustín Campos, quien tuvo un grupo de rumba que se llamaban Los Grifis. “Mi tía se casó con un gitano y mi primo se hizo rumbero. Yo iba a verles allá donde actuasen. Por tanto, me apetece mucho que esté conmigo sobre el escenario tocando la guitarra. También estará Manuel Fernández, amigo mío del colegio. Él era cantaor, está involucrado en asuntos sobre el Sahara. Ya le invité el año pasado al Liceu, pero el sitio le imponía mucho. Hoy si accedido a ello, recordaremos los tiempos en el que escuchábamos a Los Chichos”. En su día abordó el reto de grabar un disco como Las coplas del querer, por lo tanto podríamos elucubrar la idea de que haga con la rumba lo mismo que con la copla. “A ver, me fascina El Pescaílla, Peret, pero cuando buceo ahí me da pánico. Es meterme en un territorio que no conozco tanto y me causa respeto. Pero bueno, nunca se sabe. Por ejemplo, con las coplas funcionó muy bien, me sentí cómodo. Ese disco dio un impulso a mi carrera, también ayudó que estuviese la canción A Ciegas que estaba en la película Los abrazos rotos. Pero no te creas, luego me dio coraje haber tenido ese éxito, por eso después hice un disco de flamenco puro y directo con Artesano".

Me fascina El Pescaílla, Peret, pero cuando buceo ahí me da pánico. Es meterme en un territorio que no conozco tanto y me causa respeto

Le pasó lo mismo a Federico (García Lorca) con el Romancero gitano. "A veces es complicado tomar decisiones, la gente del flamenco no es fácil. Pero, si no me siento que soy yo, me cuesta. Tengo 51 años y me paso media vida viajando, haciendo maletas. No sé por qué, en el mundo del arte, la gente se pone muy rígida. Da mucha pereza”.  Por eso, en esta gira Poveda le ha dado tanto valor a la diversidad. Lo comprobaremos en el concierto de esta noche. “Aquí están presentes todas las religiones, las formas posibles del amor, los colores que tiene el planeta”. Asimismo, el artista de Badalona está con otro proyecto estimulante, un documental centrado en la búsqueda sin fin y su obsesión por Lorca. Se emociona cuando habla de él, es un estudioso y un apasionado del tema (ya le dedicó el disco Enlorquecido). En uno de sus brazos lucen tatuajes de simbología lorquiana. “Federico no ha muerto, se mantienen vivos sus valores”.