Todo eso de la comprensión lectora es culpa de los maestros. Las escuelas ya no enseñan como antes. Y también es culpa del profesorado de catalán de secundaria, que tampoco sabemos cómo promover la lengua y la lectura entre el alumnado. Sí, sí, claro: todo es culpa nuestra, de las escuelas y de los institutos, porque no "enseñamos" ni "explicamos" nada  suficientemente bien y, como consecuencia, el nivel de la comprensión lectora del alumnado es el que es. ¡Ah! Y también es culpa del bilingüismo, que mata la lengua catalana y hace que el empobrecimiento léxico del catalán sea cada vez una cuestión más preocupante. El castellano hace que leamos menos en catalán y que prioricemos la lengua vecina a cualquier lectura en catalán... Y no nos olvidemos tampoco de mencionar las interferencias de las nuevas tecnologías y de las pantallas en la educación (en general) y a la lectura (en particular). Es culpa de los móviles, de los ordenadores y también de las tabletas. Porque no podemos competir y porque eso, además, hace que en las casas ya no haya papel: ¡ni diarios, ni revistas, ni boletines, ni nada de nada! Todo son pantallas. Y claro, no podemos competir con una pantalla, principal y básicamente porque es mucho más atractiva que un puñado de hojas para los niños, para los adolescentes e incluso para los adultos.

¿Y las bibliotecas? ¡Las bibliotecas también son culpables! ¡Y tanto! ¡No han sabido adaptarse a este nuevo mundo digital! Una vergüenza. Sí, sí. También es culpa de las bibliotecas. ¿Y no solo de eso de la comprensión lectora, eh? Escuelas, pantallas y bibliotecas son las culpables también de los problemas de fluidez lectora de los estudiantes, de la falta de vocabulario de la mayoría de estos e incluso de la falta de práctica y de habilidades de estudio, así como de los problemas emocionales y de atención...

Ayudémosles a leer

Son solo la excusa y la justificación que necesitamos como sociedad para 'perdonarnos nuestras culpas' y, así, dormir tranquilos

¡Va, hombre, vaaaa! Si bien algunas de estas afirmaciones (o acusaciones) en determinados casos (y muy concretos) podrían ser incluso verdad, muchas veces son solo la excusa y la justificación que necesitamos como sociedad para "perdonarnos nuestras culpas" y, así, dormir tranquilos. Porque el hecho de asumir que somos responsables y que como individuos, como familias, como padres o como hermanos también tenemos una gran parte de culpa... para nosotros sería demasiado. Sería un gesto autocrítico memorable. Histórico. Simplemente, mágico. Sería, por una vez, admitir que hacemos cosas mal y, que a veces, nos equivocamos y también somos responsables de lo que pasa a nuestros niños y a nuestros jóvenes. Y, si bien es verdad que el hecho que la comprensión lectora de los estudiantes de Catalunya sea de las más bajas de España y de Europa, no se puede entender sin un contexto político, social, tecnológico, escolar, lingüístico y etc., también tenemos que ser lo bastante honestos para reconocer que individualmente y en casa tampoco hacemos las cosas muy bien.

Somos sus referentes. Somos sus padres, sus profesores, sus padrinos, sus amigos... Y, como referentes, nos tenemos que poner las pilas y tenemos que querer revertir esta situación

Somos sus referentes. Somos sus padres, sus profesores, sus padrinos, sus amigos... Y, como referentes, nos tenemos que poner las pilas y tenemos que querer revertir esta situación. Vamos a la biblioteca con nuestros hijos, ayudémosles a leer cuando son más pequeños, no tengamos el móvil todo el día en la mano, intentemos regalarles libros, fomentemos la lectura en casa, trabajemos y hablemos con la escuela y el instituto... No lo sé, pero hagamos alguna cosa y dejémonos de culpables. Ah, y quien me diga que no tiene diez minutos al día para dedicar a, por ejemplo, acompañar sus hijos (o sobrinos o hermanos o estudiantes) en la lectura, que mire, por favor, cuántas horas ha pasado hoy ante el teléfono móvil. ¡No jodamos!