Cuando se cumplen 5 años de la muerte del pintor norteamericano Matt Lamb, el Reial Cercle Artístic, en la calle dels Arcs, acoge una exposición retrospectiva de su obra, con una cuarentena de obras suyas de diferentes épocas procedentes de colecciones privadas (en realidad, en 2007 ya se le había galardonado con la medalla de oro de la entidad). El presidente del Reial Cercle Artístic, Josep Fèlix Bentz, que había sido un estrecho colaborador de Lamb, ha destacado la importancia de que sea justamente Barcelona la ciudad que acoja esta gran exposición en homenaje a un artista que siempre había vinculado el arte con la paz. La familia del pintor ha venido desde Chicago para estar presente en el acontecimiento. La exposición sólo estará abierta hasta el domingo 14 de mayo.

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El artista de las texturas

Josep Fèlix Bentz define a Lamb como "un outsider", porque no se adaptó a ninguna de las grandes corrientes académicas. Su formación fue básicamente autodidacta, aunque con el tiempo fue conociendo a muchos pintores de su generación. Una de las cosas que más interesaba a Lamb era experimentar con las texturas. Sus pinturas tienen volumen, rugosidades, astillas, olas, grietas... Lamb intentaba investigar cuál era la interacción entre pigmentos, barnices y disolventes para crear superficies con texturas especiales. El pintor norteamericano preparaba un grupo de lienzos en grandes bañeras con diferentes tipos de pintura, de tal forma que las series de pinturas se reconocen porque tienen el mismo color de fondo. A la hora de pintar, Lamb jugaba con la materia, usando grandes cantidades de pintura, y desplazándola con unos inmensos ventiladores, que la orientaban hacia diferentes direcciones.

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El hijo del enterrador de En el Capone

Matt Lamb nació en Chicago. Su padre era el propietario de una importante funeraria; se dice incluso que había sido él quien enterró a Al Capone. Lamb heredó el negocio paterno y durante mucho tiempo se dedicó a unos muy lucrativos negocios, sin preocuparse por el arte. Cuando se acercaba a los 50 años sufrió una grave enfermedad y tuvo una visión del Espíritu Santo. Tras tener esta visión, decidió vender todos sus negocios y dedicarse a pintar durante lo que le restara de vida. Al fin, su vida resultó mucho más larga de lo que había previsto y Lamb llegó a ser muy reconocido como pintor (incluso tuvo estudios en muchas partes del mundo). Pintar, para él, no era un negocio (porque ya tenía mucho dinero), pero tampoco una simple forma de ocio. Estaba convencido de que el arte podía cambiar el mundo: creía que con las pinturas y los pinceles se podía cambiar la sociedad. Entre los elementos recurrentes de su pintura, juntos al indio americano, los indios y la mujer rubia (su esposa Rose), figura en lugar destacado el Espíritu Santo. Él aseguraba haberlo visto.

Vinculado a Barcelona

Lamb era un gran admirador de Picasso, de Dalí y, sobre todo, de Miró, de quién tiene obvias influencias. Y apreciaba mucho a Barcelona, una ciudad que visitó en varias ocasiones. En 2007 se organizó en la capital catalana una macroexposición de su obra, con tres sedes: el Reial Cercle Artístic, la Pia Almoina y el Palau Maricel de Sitges. En otra ocasión, el artista cedió un inmenso mural a una escuela barcelonesa, Els Arcs, que había colaborado con él. El Mural del Milenio, de 19 x 3,6 metros, que podría estar en algún gran museo, está ahora en el polideportivo de la escuela, en el barrio de Sant Gervasi.

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El proyecto de los paraguas

En el recibidor de la exposición del Cercle, colgados del techo, se muestran algunos paraguas colgados del revés. Forman parte del "Proyecto Paraguas", inventado por Lamb tras los atentados del 11-S. Lamb reunió a 38 niños huérfanos de las Torres Gemelas y los invitó a expresar sus deseos de paz en unos paraguas. Fue el punto de inicio de una gran campaña en que se han visto involucrados centenares de miles de niños de 60 países, siempre pintando paraguas en favor de la paz. En Barcelona, cuando Lamb estaba vivo, organizó una gran acción de este tipo en la plaza de la Catedral, en la que los niños pintaron los paraguas en un lugar público, organizando una gran performance en que incluso acabaron participando muchos turistas.