"Fui al concierto de presentación de Cómo no hacer un trío, el disco del Sr. Chen (productor de Lildami). Allí me presentaron a Scottie DK (productor que ha trabajado con artistas como Mama Dousha, Spxxn P, El Noi de Tona o el mismo Sr. Chen ndr.-). No lo conocía y me dio muy buena vibra. Un día lo escribí y le expliqué que quería poner en marcha mi proyecto. Le propuse que se sumara, y aceptó enseguida. Nos lanzamos". Así nacía Flora, el grupo intersección de pop punk y música urbana de Mariona Batalla, proyecto en que además del productor también milita su hermano, Oriol Batalla, tocando la batería.

Conocida hasta ahora por formar parte del entourage en directo de Lildami y por ser una de las voces de Els Experts, el programa matinal de iCat, Mariona ahora debuta al frente de su propia aventura, Flora, colectivo con que hoy ha publicado su disco de debut, Llegenda. "Antes de formar parte del proyecto de Lildami ya tenía inquietudes musicales. Mi hermano toca la batería desde los 3 años, y todos mis amigos son músicos. Siempre he querido hacer música, aunque es un universo muy masculinizado. Me costó mucho encontrar referentes. Pero llegó un momento en que quise unir mis universos: el punk, escena en la que hace años que milito, y el trap y la urbana, que es lo que he ido haciendo con Dami. De esta unión ha surgido Flora. Pero me costó dar el paso. Tenía un poco el síndrome de la impostora".

Entrevista Mariona Batalla de Flora, cantando persiana / Foto: Carlos Baglietto
Mariona Batalla inicia proyecto al frente de la banda de pop punk Flora / Foto: Carlos Baglietto

¿Por qué?
Creo que el hecho de ser mujer... La música es un espacio que está lleno de hombres, pero he querido romper con todo, incluso con mis inseguridades. También, viniendo de hace años de la escena punk y hardcore en Barcelona, tenía un poco de miedo de lo que pudieran decir de Flora mis amigos, un proyecto que es muy pop. Flora ha sido un momento de ruptura.

¿Cuál es tu banda sonora vital?
Hubo un momento de mi vida en que sólo escuchaba Hannah Montana y Green Day. Estas dos vertientes, el pop más mainstream y el punk y el hardcore, han formado mi personalidad. Es un tópico, pero escucho todo tipo de música. Me gusta el hardcore más clásico e incendiario, el de bandas como Gorilla Biscuits o Minor Threat, pero al mismo tiempo en mi casa siempre se ha escuchado a los Beatles y Estopa. Soy de la generación 3XL, donde descubrí el anime. La música japonesa tiene una sonoridad que me flipa. Ahora he descubierto Oques Grasses, y me encantan. Tengo referentes muy diversos. Con Flora he salido de mi zona de confort. He roto con los estereotipos que se esperan de mí. Y también he querido aportar una propuesta diferente a una escena musical catalana monopolizada por las bandas de mestizaje de fiesta mayor donde todo es bonito. Nosotros queremos hablar de vulnerabilidad, de amores que no funcionan y cosas que no salen bien. Vale ya de que suenen a todas horas, en todas partes, Buhos, Stay Homas, Suu o La Pegatina. No tengo nada contra ellos. Los conozco y son personas maravillosas. Pero eso ya se ha hecho. Tienen que sonar cosas nuevas.

Con Flora he salido de mi zona de confort. He roto con los estereotipos que se esperan de mí

Tu propuesta, sin embargo, también remite al pop punk de los 2000, a Green Day, Blink 182, Good Charlotte o Simple Plan.
Vuelven los 2000. Y musicalmente, también. ¡Avril Lavigne ha publicado disco nuevo! En aquella época era la figura femenina que representaba todo lo que era alternativo. El año que viene, en 2023, vienen a Barcelona Blink 182. Han vendido todas las entradas en sólo dos días. Eso quiere decir que hay una comunidad muy grande de gente que escucha pop punk. De hecho, creo que el pop punk es el sustituto del trap. El trap ya ha pasado de moda.

Avril Lavigne podría ser uno de estos referentes que no tenías.
Estaban las dos lecturas de Avril Lavigne. Por una parte, la de la tía buena que hacía lo mismo que los hombres. Pero a la vez era una chica hipermasculinizada: iba con zapatillas deportivas de skater, corbata, pantalones anchos, camisetas anchas... Tenía que mostrar una imagen masculina para no quedarse en los márgenes.

Entrevista Mariona Batalla de Flora, cantante contrapicado / Foto: Carlos Baglietto
Llegenda es el álbum de debut de Flora / Foto: Carlos Baglietto

Pero tenía que estar buena.
Justamente ayer tuve una crisis existencial terrible.

¿Por qué?
Hoy día para ser artista no sólo hay que hacer canciones sino que tienes que estar buena, tienes que saber cantar, tienes que saber bailar, tienes que diseñar un buen marketing y saber llevar las redes. Y yo lo único que quiero es hacer música. No me apetece todo el resto. No quiero estar pendiente de tener que hacer reels.

Flora - Enyor

Pero al mismo tiempo tienes una presencia muy activa en las redes.
Siento que estoy en un momento superexplosivo, pero quiero que todo pase de forma orgánica y natural. No quiero forzar nada. Quiero llegar donde tenga que llegar sin forzar nada, por mis cualidades, no porque he hecho un reels hablando de feminismo el día 8 de marzo o de salud mental el 10 de octubre. Yo quiero hablar cada día de temas de género, de salud mental, de música... Y si lo peto, bien. Y si no, también. Yo he venido a jugar. Y quiero pasármelo bien haciendo música y haciendo radio con Els Experts de iCat. Y el día que no disfrute, lo dejaré.

¿Te lo pasas bien?
Tengo mucho trabajo, pero me lo paso bien. Pasa que yo por defecto me lo cuestiono todo. Soy una persona muy crítica. Y puedes tener un trabajo que te gusta mucho y al mismo tiempo tener tus momentos de bajona. Yo trabajo en un programa despertador y tienes que estar superactiva de buena mañana para que el oyente se active. Y me encanta, pero hay días que preferiría estar en casa durmiendo sin tener que despertar a nadie.

Flora es una oda a las vulnerabilidades. A la mala suerte. Al desamor

¿A qué hora te levantas?
Me levanto a una hora muy cómoda, a las 8 menos cuarto. Pero hay días que te levantas y no te apetece despertar a nadie. Lo mejor de trabajar en Els Experts es que he encontrado mi lugar y puedo decir libremente en antena que tengo un día de mierda y no pasa nada.

Flora es justamente eso.
Flora es una oda a las vulnerabilidades. A la mala suerte. Al desamor.

Es un disco... bipolar, de melodías contagiosas y letras muy intensas emocionalmente.
¡Todo mal! (risas). Nosotros decimos que el mood de Flora es el de fiesta triste. Flora tiene este punto de colarte un mensaje destructivo con una melodía que quieres bailarla. Está muy bien, eso de bailar las penas. Por alguna cosa somos la generación del meme. De reír cuando las cosas no salen bien.

Entrevista Mariona Batalla de Flora, cantante central / Foto: Carlos Baglietto
Flora, nuevo paradigma de la escena musical catalana a ritmo de pop punk y urbana / Foto: Carlos Baglietto

¿Flora es un grupo meme?
No sé si lo es, pero estoy dispuesta a hablar abiertamente de rupturas amorosas y de días de bajada. Y que conste que somos un grupo serio y con objetivos.

¿Por cierto, tus amigos punk que han dicho del disco de Flora?
Lo han recibido muy bien. Me están dando mucho apoyo. Aunque no sé hasta qué punto lo hacen porque son amigos... Pero también pienso que hay una parte de victoria por no gustar a todo el mundo. No gustar a todo el mundo significa que alguna cosa estoy haciendo bien. Nuestra música no es para todos los oídos.

Hay una parte de victoria por no gustar a todo el mundo. No gustar a todo el mundo significa que alguna cosa estoy haciendo bien 

Yo creo que sí. Si Green Day, si Blink 182, si Good Charlotte han llegado a tanta gente...
Pero esta música es minoritaria en el circuito catalán. Para mí lo que hacemos con Flora es muy fácil de consumir porque, en el fondo, en última instancia, es pop. Pero la gente joven de aquí que escucha esta música, lo hace a través de referentes internacionales, como Machine Gun Kelly.

Porque tampoco teníamos referentes locales dentro de esta escena.
Me gustaría que el proyecto funcionara y crear precedente, musicalmente y en cuestión de género. Como decía, durante mucho tiempo las mujeres aquí no hemos tenido con quién reflejarnos. Si yo quería hacerme tatuajes, llevar piercings... era porque el batería de Blink 182 llevaba piercings, y el cantante de Avenged Sevenfold va todo tatuado. La libre expresión también pasa por tu estética. Si hace unos años me dicen que habría una chica con el cuerpo tatuado hablando por la radio pública catalana, habría respondido que me parecía imposible. Creo que está cambiando el paradigma. Eso siendo consciente de que soy el comodín de la llamada por ser mujer, alternativa y con un discurso que no es el hegemónico. Sé que me utilizarán.

¿Luchar contra el sistema desde el sistema?
En este sentido, yo soy del equipo de C. Tangana: entrar dentro del sistema y desde allí rascar. Si te quedas al margen, sólo cambiarás los márgenes. Pero dentro... Si puedo hacer que algunas cosas cambien, me lanzaré. Y quizás no salgo adelante, porque por encima de mí hay señoros y señoros y más señoros mandando, pero lo intentaré. De hecho, creo que ya hay cosas que han empezado a cambiar.

Yo soy del equipo de C. Tangana: entrar dentro del sistema y desde allí rascar. Si te quedas al margen, sólo cambiarás los márgenes

¿La música puede cambiar el mundo?
No lo sé. Al final formas parte del engranaje. Por encima de tu música está la discográfica que tiene unos contactos que acaban siendo el mismo señor que decide si suenas o no. Hay un dedo que, por ciertos intereses, acaba señalando a quien lo petará.

¿Todavía estamos así?
Totalmente. Que Buhos lo sigan petando es el ejemplo. Nunca me he encontrado con nadie que me haya dicho que le gustan Buhos. Y aun así están allí, tocando en todos los festivales y llenando todos los escenarios allí donde van.

¿Por qué estás en la discográfica en que publicas los discos si es la misma de Buhos, Stay Homas, Suu...?
No tengo ningún problema a decir que otros artistas de Halley no me gustan. Y es sano. En Catalunya tenemos esta falsa costumbre de decir que todos somos amigos y nos llevamos superbién. No, no es así. La escena catalana se ofende por todo, pero si quieres entrar en el sistema tienes que pasar por el aro. Pero en Halley, tengo que decir, no sólo me tratan genial, sino que puedo hablar estas cosas con ellos abiertamente. Soy libre de opinar y no nos enfadamos.