La interpretación de la Marcha Radetzky por parte de la Orquesta Filarmónica de Viena es el momento culminante del Concierto de Año Nuevo que se celebra cada año en Viena y que certifica que, efectivamente, ya hemos entrado en el 2019.

Así ha sonado hoy esta pieza de Johann Strauss padre bajo la batuta de Christian Thielemann, que ha hecho enfervorizar al público asistente en el Musikverein de la capital austriaca.