Granada, 2 de enero de 1492. Hace 529 años. El rey Boabdil, último monarca nazarí de Granada entregaba las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. La historiografía nacionalista española ha explicado aquella guerra (1481-1492) como la culminación de la mal nombrada Reconquista, la restauración de la Hispania unitaria y cristiana anterior a la conquista árabe. Y ha puesto el acento en el protagonismo de Castilla, presentada como el único motor de la empresa granadina. Sin embargo, la investigación moderna revela que la conquista del reino nazarí de Granada; no pretendía la erradicación definitiva del Islam en la península ibérica; ni, tan sólo, fue una empresa exclusivamente castellana. La ideología de aquella guerra la explica la ambición expansiva de las coronas catalano-aragonesa, castellano-leonesa, y portuguesa cabe en el continente africano.

Antes de Granada

Durante la centuria de 1300, un siglo largo antes de la guerra de Granada; catalanes y portugueses ya frecuentaban las costas atlánticas africanas. Mucho antes que Boabdil capitulara la rendición de Granada (1492), e incluso antes que la corona castellano-leonesa iniciara la conquista de las Canarias (1402); las cartas marinas de la época, que se conservan en la Biblothèque Nationale de France, revelan la presencia catalana y portuguesa en las islas afortunadas, en la costa de Río de Oro, o en el delta del río Senegal. Barcos mercantes que enarbolaban las barras catalanas o las discos portuguesas; y pequeñas factorías con nombres inequívocos (Cabo del Abad, Cabo de Boixador). Una presencia, con un propósito claramente comercial (sazonas, esclavos) que revela el interés que despertaba aquella región entre las potencias europeas del momento.

Fragmento de una carta naval de la costa atlántica norte africana (1378). Fuente Bibliothèque Nationale de France

Fragmento de una carta naval de la costa atlántica norteafricana (1378) /Fuente: Bibliothèque Nationale de France

También, antes que Granada

Las fuentes documentales también revelan que, durante la primera mitad de la centuria de 1400, décadas antes de la guerra de Granada; la Andalucía castellana conoció una etapa de crecimiento demográfico y económico sin precedentes. Sevilla, y en menor medida Cádiz, Jerez o Sanlucar; se llenaron de mercaderes catalanes, portugueses, genoveses, franceses y neerlandeses; que comerciaban con el norte de África. Un ejemplo muy ilustrativo de este fenómeno es la estirpe catalana Estopinyà, que al principio del siglo XV, en nombre del conde-rey Alfons el Magnànim, combatían los corsarios musulmanes del estrecho de Gibraltar que entorpecían el tránsito catalán hacia el Atlántico. Hacia 1430 se emplazan en Jerez, y completada la campaña de Granada (1492); un miembro de aquella estirpe, Pere, lideraría la conquista hispánica de Melilla (1497) y de Orán (1509).

Mucho antes que Granada

La guerra de Granada, oportunamente vestida con la ideología religiosa imperante (la expulsión del "moro", el triunfo de la cruz); no fue la culminación de la Reconquista; sino que fue un episodio más de un conflicto con una clarísima naturaleza económica. Las fuentes documentales, de nuevo, revelan que el 6 de septiembre de 1339 (un siglo y medio antes del inicio de la guerra de Granada); una alianza formada por las cancillerías de Barcelona, Toledo, y Lisboa; se enfrentó con un bloque integrado por los reinos nazarí de Granada, marínida de Marruecos, háfsida de Argelia; ... y la cristianísima república de Génova. La victoria de la armada peninsular, comandada por Jofré Gilabert de Cruïlles, almirante de Catalunya, garantizaría el control del mar de Alboran (el extremo occidental del Mediterráneo) y pondría la primera piedra en la conquista de Granada.

Fagment de un mapa penínsular de 1482. Fuente Cartoteca de Catalunya

Fragmento de un mapa peninsular de 1482 / Fuente: Cartoteca de Catalunya

La guerra de Granada

Una primera observación de las fuentes, delata un clarísimo intento castellano de apropiación de la empresa granadina. Andrés Bernaldez, el cronista de Isabel la Católica, relata que "cerco y toma de Granada" -es decir la operación que culminaría la empresa granadina; fue obra, exclusivamente, de las oligarquías castellanas: el Maestre de la orden de Santiago; los duques de Cádiz y de Escalona; y los condes de Tendilla, de Cifuentes, de Aguilar y de Ureña. Pero en cambio cuatro siglos después (1892), el historiador Joaquin Duran Lerchundi -premio de investigación Cuarto Centenario de la Conquista- afirma que en el archivo histórico de la ciudad, sospechosamente, no se conserva ningún dato al respecto. Y fruto de su investigación, afirma que "Fernando (el monarca catalano-aragonés) tomó el mando del ejercito en abril de 1491 (...) hasta la rendición definitiva" (la de Granada).

El mando de Fernando

En este punto se importante destacar, que Fernando nunca tuvo ninguna autoridad en Castilla, más allá de la regencia que, de forma intermitente, ejerció después de la muerte de Isabel (1504), pasados doce años de la conquista de Granada. En las puertas del palacio real de Toledo todavía retruena el clamor recurrente de la aristocracia castellana: "Viejo catalanote, vuélvete a tu nación". Entonces la cuestión que se plantea es: si la corona castellano-leonesa era el motor de aquella empresa; por qué Isabel no asumió el papel que le correspondía hasta el final de la campaña?. Cuál era la causa de aquel cambio en la dirección del ejército?. El mismo Duran Lerchundi apunta que aquel hecho se produjo en un momento crítico: la preparación del asalto definitivo a la capital nazarí. Mientras tanto, Isabel y su corte, se repantigaban en Moclin (20 kilómetros en el norte).

Representación de los Reyes Católics (1469), Fuente Monasterio de las Agustinas, Madrigal (Castilla)

Representación de los Reyes Católicos (1469) / Fuente: Monasterio de las Agustinas, Madrigal (Castilla)

El bloqueo naval catalán

Todos los historiadores modernos coinciden en la idea de que la conquista de Granada no habría sido posible sin el bloqueo naval en el mar de Alborán, que impidió que el reino wattàssida de Fes, en aquel momento el principal aliado de los nazaríes granadinos, se implicara en el conflicto. Aquel operativo naval, que las fuentes documentales catalogan de gran envergadura, estuvo formado por las Galeras de Catalunya; y por la "Armada de Vizcaya", de la corona castellano-leonesa. No obstante, las fuentes revelan que las galeras catalanas -y su comandante, Galcerà de Requesens, almirante de Catalunya- jugaron un rol protagonista. La intervención naval catalana culminaría con la conquista de Málaga -el principal puerto del reino nazarí; el 18 de agosto de 1487, después de seis meses de asedio (el más largo y costoso de la campaña granadina).

Grabado de Málaga (1595). Fuente Cartoteca de Catalunya

Grabado de Málaga (1595) / Fuente: Cartoteca de Catalunya

La infantería catalana

Antes y después de Málaga, las fuerzas militares catalanas progresaron tierra adentro, y ganaron progresivamente varias plazas nazaríes situadas en el camino entre la costa y Granada. El Dietario de la Generalitat contiene anotaciones que consignan, por ejemplo, la conquista "catalana" de Àlora (1484); de Vélez-Màlaga (1486); de Vera (1487); de Cuevas (1487); o de Baza (1489). Varias fuentes, confirman la presencia de 2.000 caballeros y niños catalanes en el asedio y conquista de la capital nazarí (1491-1492), que representarían el 40% de los 5.000 efectivos de Fernando el Católico en aquel operativo. Incluso a Bernáldez, se le escapa que "que los otros caballeros de Andalucia e los grandes de Castilla, como estaban tan cansados de venir de tan lejos en laso otras guerras e cercos, no vinieron en este en persona, salvo enviaron sus capitanas cono gente".

La Granada que encontró Fernando

Cuando Fernando puso los pies en Granada se encontró una ciudad totalmente islámica, que no conservaba ningún vestigio de la Elvira romano-visigótica y cristiana que la había precedido en el tiempo. Pero en cambio una carta del año 1351, redactada por los embajadores catalanes en Granada relata que la inmensa mayoría de la población de la capital nazarí era de origen autóctono; se a decir hispano-romanos-visigodos, que se habían islamizado antes, durante y después de la conquista árabe (711). En las capitulaciones de 1492 se garantizó la pervivencia de la comunidad musulmana. La guerra religiosa... (y la ruina económica de Granada!!!); no llegaría hasta el año 1500 (ocho años después de la conquista), cuando el castellaníssimo cardenal Cisneros, con el españolísimo pretexto de la unidad de la fe, iniciaría la persecución contra los granadinos de confesión musulmana.

Grabado de Granada (1565). Fuente Cartoteca de Catalunya

Grabado de Granada (1565) / Fuente: Cartoteca de Catalunya

Imagen principal: Representación moderna de la entrega de Granada / Fuente: Palacio del Senado de España