El patronato del Teatre Lliure ha anunciado que Lluís Pasqual deja la dirección del Teatre Lliure, tras las acusaciones de despotismo que se han volcado sobre él durante este verano. La dimisión ha sorprendido porque se había anunciado que Pasqual mantendría el cargo. Pasqual habría enviado una carta al patronato para comunicar su decisión; en ella manifestaba que la polémica había socavado el necesario apoyo de los trabajadores de la institución y que prefería dimitir.

El Ayuntamiento de Barcelona ha emitido un comunicado en que afirma que intentará que el Teatre Lliure no sufra problemas por esta dimisión: "Lamentamos esta decisión, ya que teníamos bien encarrilada la transición para los próximos dos años, y trabajaremos para que en la reunión del patronato del próximo 14 de septiembre se encuentre la manera de que todo esto no ponga en peligro el buen trabajo hecho hasta ahora ni la programación ya prevista", han señalado desde el consistorio barcelonés, que apuesta para convocar un concurso público para escoger a la nueva dirección y agradece la "buena labor" de Lluís Pasqual en los últimos años y en la historia del Lliure. Ada Colau, por su parte, mediante un tuit, ha afirmado que el Lliure continuará siendo "un referente imprescindible de la escena teatral mundial" y ha agradecido la tarea de Lluís Pasqual, "un imprescindible a quien Barcelona estimará y reconocerá siempre".

teatre lliure

Después de que en junio el Patronato del Teatre Lliure comunicara que "prorrogaban por dos años en el cargo a Pasqual (estrictamente no era una renovación), que ya llevaba ocho años como director, estalló el escándalo. Pasqual recibió acusaciones de maltrato laboral por parte de la actriz Andrea Ros, de la Kompanyia Lliure. En un post en suu Facebook, Ros declaraba que: "Lluís Pasqual me ha gritado, me ha ridiculizado, me ha puesto en evidencia, y le he visto hacerlo impunemente porque 'es un genio', y los genios gritan, los genios tratan mal a la gente". Lo vinculaba con la manca de sensibilidad feminista del Lliure y reclamaba más presencia de la juventud en el Lliure y en el diseño de políticas culturales.

De inmediato, un comunicado firmado por el colectivo Dones i Cultura, que aseguraba que agrupaba a centenares de personalidades del mundo de la cultura (aunque mantenía el anonimato de los firmantes) dio apoyo a Andrea Ros y pidió la dimisión de Pasqual. Numerosos artistas de primera línea, como réplica, firmaron un manifiesto de apoyo al director del Lliure. El Teatre aseguró que estudiaría la situación, pero la crisis se ha cerrado con la dimisión del director.