Carles Puigdemont, un año después de ser encarcelado, ha regalado a la prisión de Neumünster cien libros de autor catalán traducidos al alemán. Entre estos figuran obras de los escritores catalanes más internacionales, los más traducidos, como Jaume Cabré (con Señoría, entre otros); Mercè Rodoreda (con La plaza del Diamante y Cuánta, cuánta guerra...); Quim Monzó (con Mil cretinos y Ochenta y seis cuentos); Maria Barbal (con cuatro obras, entre las cuales, obviamente, Pedra de tartera...)...

El grueso de los libros regalados son de los grandes autores catalanes del siglo XX: al frente, Josep Pla, con cinco obras (como El cuaderno gris y La calle estrecha); Carme Riera (con El verano del inglés); Baltasar Porcel (con Caballos hacia la noche); el Bearn, de Llorenç Villalonga; Sergi Pàmies (Si te comes un limón sin hacer muecas); los Cuentos de Narcís Oller; la Obra poética, de Salvador Espriu; Mar y cielo, de Àngel Guimerà; tres libros de poesías de Miquel Martí i Pol (encabezados por Querida Marta); un volumen de los Diarios de J.V. Foix; Deshielo, de Maria Mercè Marçal; la Incierta gloria, de Joan Sales...

Entre estos hay obras que entroncan plenamente con la realidad alemana, como K.L. Reich, de Amado-Piniella, sobre los campos de concentración, o El huevo de la serpiente, las crónicas que escribió Eugeni Xammar desde Alemania en los años 1920.

Entre los autores más recientes figuran Rafel Nadal (con La maldición de los Palmisano); Xavier Bosch (con Alguien como tú); Najat El Hachmi (con El último patriarca)... Incluye también algún ensayo como Tor, de Carlers Porta.

Y no falta una representación de los clásicos catalanes. Hay cuatro volúmenes de Ramon Llull, desde el Libro de Amigo y Amado hasta el Árbol de la Filosofía del Amor. En el lote está El sueño, de Bernat Metge; La disputa del asno, de Anselm Turmeda; una compilación de Jordi de Sant Jordi...

Una espléndida representación de la literatura catalana para la biblioteca de una prisión alemana.