La Universitat Pompeu Fabra (UPF) acoge hoy un homenaje a Josep Fontana, uno de los fundadores de la universidad, y el historiador más influyente de la Catalunya de los últimos tiempos. El acto se ha celebrado en el Campus de la Ciutadella, y ha contado con una presencia de académicos de primer nivel, presididos por Jaume Casals (el rector de la UPF), que han querido mostrar la deuda intelectual que les une a Fontana. Casals ha querido destacar que además de ser una persona de un gran nivel intelectual, Fontana fue una persona "perfectamente "limpia". Aunque no era el centro del debate, muchos de los presentes han querido también destacar el compromiso político de un historiador al que le tocó vivir bajo la dictadura, pero que nunca dejó de defender las libertades.

La plana mayor de los historiadores catalanes

En este acto han estado presentes muchos de los historiadores catalanes más destacados: Joaquim Nadal, Anna Sallés, Borja de Riquer, Jordi Maluquer de Motes, Carlos Martínez Shaw, Josep M. Salrach... Y tampoco hay faltado, obviamente, su amigo y editor Gonzalo Pontón, que llevó al papel la mayoría de las obras de Fontana. Pontón ha recordado que Fontana, a través de las editoriales Ariel y Crítica, durante una colaboración de más de 40 años, fue el responsable de publicar algunos de los libros de historia más influyentes en la historiografía catalana. No sólo escogía los libros, sino que revisaba las traducciones, escribía las contraportadas, seguía las ventas de los libros... Pontón ha destacado el compromiso de Fontana en la difusión de la historia a través de los libros, una faceta de él que con frecuencia se olvida.

Uno de los padres de la UPF

Josep Maria Delgado, director del Departamento de Humanidades, ha recordado que Fontana, discípulo de Vicens i Vives y Pierre Vilar, fue su maestro, como el de tantos otros profesores de las universidades catalanas, y ha querido destacar cómo ha influido sobre toda una generación de historiadores y sobre las generacions siguientes. Casals, en nombre de la UPF, ha querido agradecer, también, a Fontana, la donación de materiales que ha garantizado que este centro académico tenga un fondo bibliográfico impresionante, básicamente de historia, pero también de otras materias. Los ponentes han recordado que Fontana fue el creador del Institut Universitari d'Història Jaume Vicens i Vives, y que se involucró decisivamente en la realización de los planes de estudio para los estudiosos de historia.

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Josep Fontana en el Institut d'Història Jaume Vicens i Vives. Foto cedida por la UPF.

El hombre que quería hacer una historia total

Joaquim Albareda, catedrático de Historia Moderna, ha destacado que Vicens i Vives era un hombre que supo combinar las teorías de Hobsbwam, Walter Benjamin, Jaume Vicens Vives... Y que, sobre todo, aspiró a hacer una "historia total", como defendía Pierre Vilar. Algunos de los participantes han querido destacar que esta tarea de querer hacer una historia total sólo era accesible a un intelectual con unos intereses muy diversos, con un conocimiento enciclopédico y con mucha vocación multidisciplinar. Y Fontana logró salir adelante en lo que para otros era muy difícilmente.

Maestro ante todo

"Antes que investigador soy profesor", afirmaba Fontana, y los testimonios de los presentes han descrito a un hombre abierto a todo el mundo, que colaboró con numerosas investigaciones con paciencia infinita. En realidad, era un hombre en lo que muchos todavía tratan de "maestro", un tratamiento que ha caído en absoluto desuso en la universidad catalana. Pero además, han descrito a un hombre alejado de todo dogmatismo y de la autosatisfacción. Un hombre que nunca repetía la misma conferencia, porque creía que tenía que adaptarse siempre al público que tenía delante, al que se debía. Se ha querido recordar también el papel de Fontana como pensador de la pedagogía de la historia, un hombre que siempre se preocupó sobre cómo enseñar a pensar críticamente a los niños y jóvenes, y que colaboraba estrechamente con las asociaciones de maestros.

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Josep Fontana en la UPF. Foto: UPF.

Un hombre comprometido

Albareda ha explicado que Fontana era "Inequívocamente de izquierdas, de un profundo catalanismo que no necesitaba etiquetas y siempre crítico con los políticos". Pero también ha querido dejar claro que escapaba de cualquier dogmatismo, y que por eso era amigo de disidentes de regímenes comunistas como el cubano Manuel Moreno Fraginals. Un compromiso político que siempre fue muy firme, y que le fue costoso; Fontana fue represaliado profesionalmente por su participación en la Capuchinada, cuando era militante del PSUC. Es más, según Anna Sallés, a causa de su compromiso político, no se quiso entregar a Fontana el doctorado honoris causa en la UAB, universidad a la que estuvo involucrado en el momento de su creación, aunque muchas otras universidades le dieron esta distinción. Y justamente por su posición política, Fontana recibió muy tarde los honores institucionales, como la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona. Pero Montserrat Duch ha querido dejar claro que Fontana, en cambio, ha recibido el homenaje de la ciudadanía, que ha leído sus obras como la de ningún otro historiador, y que leía con voracidad sus artículos sobre temas de actualidad.

El hombre y el país

El especialista en historia económica Albert Carreras ha destacado que Fontana siempre había querido hacer la historia de los que no tenían voz. Tomàs Montagut ha querido recordar su interés por los derechos y costumbres de los catalanes, con una voluntad de usar la historia del derecho para reivindicar las libertades catalanas. Aunque en principio Fontana había sido escéptico hacia el catalanismo más radical, sus compañeros han querido destacar que Fontana había dado un giro en los últimos años, y que uno de sus últimos libros es La formación de una identidad, en la que Fontana estudiaba la catalanidad. Y se ha querido destacar que en los últimos años el maestro de historiadores había querido estudiar el triunfo del neoliberalismo y la división de la sociedad entre una minoría muy rica y una mayoría cada vez más empobrecida. Su libro póstumo, justamente, es un análisis de la pérdida de bienes y de derechos por parte de buena parte de la población. Y, a pesar de todo, todos han querido recordar a Fontana como un hombre muy amable y con sentido del humor. Anna Sallés, colaboradora de Fontana en la UAB, además, ha querido recordar, también, al Fontana culé, el hombre que llevaba bajo el brazo El Mundo Deportivo cuando iba a clase, por gran escándalo de algunos de sus compañeros de departamento, que consideraban que esta lectura no estaba a la altura de tan eminente historiador.