Desde 1968, la Universitat Catalana d'Estiu (UCE) organiza un encuentro en Prada (Conflent) entre estudiantes, profesores y ponentes. Se trata de un espacio genuinamente catalanista, que mezcla formación con actualidad política. El encuentro, que tradicionalmente marca el inicio de curso político, se ha sol·lapat este año con la reanudación de la actividad parlamentaria por el referéndum del 1 de octubre. El presidente del equipo rector, Jordi Cassassas (1948), es la principal cara visible del acontecimiento.

Cassassas, con una larga trayectoria como catedrático e historiador, explica las principales novedades de la edición de 2017, que se centrará de nuevo en el procés. Por otro lado, comenta el futuro del encuentro y el escenario político y cultural de Catalunya para los próximos tiempos.

¿Cómo encaráis la Universitat Catalana d'Estiu de este año?

La UCE ha tenido tradicionalmente una vertiente académica pero también una connotación política. La universidad, como el país, se enmarca en la culminación del procés. Este año será un in crescendo: tendremos que adaptárnosnos a lo que venga porque la política catalana sólo está de vacaciones hasta el día 15 de agosto y nosotros empezamos el 17. Tal como están las cosas, en la edición de este año tendremos que estar muy pendientes de lo que oourra en Catalunya.

¿Qué papel quiere tener la UCE en esta recta final hacia el 1-O?

Tenemos un compromiso con el país como institución. La UCE es pionera en el procés porque ha tenido un carácter de resistencia durante el estado franquista y el centralismo borbónico. No obstante, también se tiene que mencionar que existen sensibilidades diferentes entre los miembros del equipo y el personal que asiste al encuentro.

La UCE ha resistido el estado franquista y el centralismo borbónico

¿Entonces, queréis ser de nuevo el centro de la política catalana?

Acudirán personalidades políticas muy relevantes, como Lluís Llach, Jordi Sánchez, Irene Rigau, entre otros. Ahora bien, no podemos esperar que los políticos den pistas de cómo irá el curso político durante la UCE, como pasaba otros años. Si hablaran más de la cuenta podría haber un pitote: podría ser contraproducente por las posibles reacciones gubernamentales y del Tribunal Constitucional.

Cada año otorgáis un galardón, el premio Canigó, a una persona o entidad por su trayectoria cultural, científica o política. ¿Qué ha motivado que Lluís Llach reciba esta distinción?

El motivo es su trayectoria vital y profesional, especialmente ahora en este momento final del procés. Llach podría estar disfrutando de su jubilación pero ha preferido dar una representatividad y una resonancia a la causa independentista. En definitiva, es un reconocimiento a un largo camino en el espacio del catalanismo político.

La nueva edición llega después de años de recortes. ¿Cómo habéis de afrontado la reducción del presupuesto?

Estamos trabajando para asegurar la continuidad y para que no se nos coman los intereses bancarios. Hemos salido adelante por los pelos pero bien. Hemos sufrido mucha angustia, nos hemos dedicado mucho y hemos perseguido a muchas personas para encontrar un duro aquí y un duro allí.

Jordi Cassassas / UCE

¿Qué perfil de estudiante asiste a la UCE?

Tenemos dos perfiles: uno muy habitual, maduro, que viene al acontecimiento para reciclarse; y otro más joven, que viene recomendado por los profesores de la facultad. El estudiante más adulto viene desde hace muchos años movido por un estado emocional determinado. Son los que mantienen el espíritu inicial patriótico de la UCE.

"La idea de Países Catalanes es irrenunciable"

¿Y ahora qué queda de aquel espíritu inicial?

Por una parte, queda el testigo. También nos queda la voluntad en mantener un espacio de tolerancia y diálogo que pueda poner al alcance experiencias en un estado con tics dictatoriales. Por otro lado, es irrenunciable la idea de Països Catalans, del espacio catalán: desde la Franja hasta el Alguer, desde la Catalunya nord hasta el confines de la provincia de Alacant. Todo eso es el espacio de referencia de la universidad.

¿Con la situación política actual, hay realmente alguna posibilidad futura de una relación más fuerte entre los territorios de los Països Catalans?

Nosotros nos planteamos dos escenarios: uno es aquel en que el procés va mal y se aplaza; y después está el escenario en que el procés va bien, Catalunya sale adelante y se convierte en un Estado independiente. Tanto en un escenario como en el otro habrá dificultades para el espacio catalán de relacionarse con Catalunya. Desde fuera se lo mirarán con lupa, como si fuera un peligro de expansionismo.

¿En este escenario, qué pasará con la UCE?

Las dificultades para llevar a cabo la UCE en una Catalunya independiente serán extremas, pero nunca se podrá evitar porque se hace en Francia. Seguirá habiendo un espacio de diálogo y de colaboración en una única nación dividida en diferentes estados. De hecho, esta función será mucho más necesaria en este futurible que en la actualidad. Si las cosas van afanadas, volveremos a tener una UCE en que el elemento de resistencia volverá a adquirir una gran importancia.

Si las cosas van afanadas, la UCE volverá a ser un elemento de resistencia

Jordi Cassassas / UCE

¿Y ahora tenéis problemas?

Ha habido grandes dificultades para que personalidades del País Valencià y de las Illes Balears vengan a Prada de manera oficial. Durante los gobiernos del PP era muy dificil pero ahora, después de los cambios políticos, siguen habiendo dificultades. Por ejemplo, las presiones españolas han impedido que venga gente de Andorra a la UCE.

Las presiones españolas han impedido que venga gente de Andorra a la UCE

Con independencia de las presiones y del clima político, el año que viene hará 50 años que empezó esta iniciativa.

Tenemos muchas expectativas puestas en el quincuagésimo aniversario. Lo vivimos con emoción y queremos que sea una edición sonada. La universidad ha tenido continuidad porque se ha sabido adaptar. Desde 1968 hasta el 2018, la UCE se ha mantenido porque ha sabido detectar los nuevos escenarios. Ahora, nuestro reto ahora es encontrar un equilibrio entre la esencia iniciática y los cambios de los tiempos.