John Irving visita Barcelona dentro de su gira europea para presentar su última novela Avenida de los misterios, un texto que en su edición americana ha recibido excelentes críticas. Lo han publicado Edicions 62 en catalán y Tusquets en castellano. El protagonista de la obra es un niño que se cría en los vertederos mexicanos, y que más tarde triunfa como novelista en Estados Unidos. Parte de la obra se desarrolla en Oaxaca, y parte en Filipinas; es un contraste frente a buena parte de la obra de Irving, que se desarrolla en Canadá o en Estados Unidos. Él lo justifica diciendo que es "el más internacional de los escritores norteamericanos", porque entre sus influencias hay, básicamente, autores extranjeros: asegura que muchos compatriotas suyos no sólo son muy nacionales, sino que incluso se los puede considerar a escritores regionales, porque sólo describen su zona.

El tema de los niños 

John Irving empezó a escribir este libro hace muchos años. Él reconoce que es normal que se pase cuatro o cinco años para documentarse para una obra, y cuatro o cinco más para escribirla. En este caso, se ha superado. En 1988 empezó a dar vueltas a la posibilidad de hacer una película sobre la explotación de la infancia en los circos, y empezó a plantearse la posibilidad de hacerlo en India. Pero tras viajar a India decidió trasladar el argumento a México. Hizo varios viajes a este país, pero en un momento determinado decidió dejar correr la película y centrarse en una novela. Cree que la novela "tiene más posibilidades cuando hablas de periodos de tiempos grandes, de personajes que pasan de la infancia a la edad adulta." Y, a pesar de todo, no descarta que en el futuro se pueda hacer una película. Quiere dejar pasar un tiempo antes de ponerse a arreglar el guion.

Religión y moral

Irving asegura que con el cambio de escenario a México, el argumento ganaba en profundidad y en credibilidad. Uno de los motivos para reubicar su novela en México se encuentra en la extensión de la religión católica. En la obra aparecen numerosos sacerdotes, que gestionan orfanatos. Pero Irving muestra una gran desconfianza hacia la Iglesia como institución. Sus personajes tienen una gran fe, pero desconfían de su institucionalización. Él asegura que, en sus estancias en México, tuvo una experiencia de este tipo: "vi que la gente creía en la Virgen, en los misterios, pero no en las leyes, en los rituales, en las instituciones".

Los setenta

Avenida de los misterios se desarrolla en dos periodos de tiempo, en 1970, y cuarenta años más tarde, cuando Juan Diego, el protagonista, revive su pasado. Irving confiesa que siempre había querido colocar en sus novelas a un norteamericano desertor, y que ubicó la trama durante la guerra del Vietnam para hacer creíble a este personaje, el "gringo bueno". El protagonista, Juan de Diego, crece, pero siempre está retornando al pasado, para Irving: "Es un niño de los setenta que no se ha hecho grande".

Un mundo incómodo

El mundo de John Irving es un mundo que incluye aspectos profundamente inquietantes: el sida, los abusos sexuales, los abortos, los niños huérfanos, la explotación infantil... Y a pesar de la dureza de algunas descripciones, Irving descoloca en el lector incorporando algunos elementos con puntos de fantasía, como la chica que lee el pensamiento, o los milagros de la virgen. Algunos de sus personajes desafían abiertamente la moral de su tiempo: se travisten, desertan, tienen relaciones homosexuales...

Creador de renombre

John Irving estudió en los Estados Unidos, pero más tarde se desplazó a Viena. En 1967 publicó su primera novela, pero se hizo famoso en 1978 con El mundo según Garp. Algunas de las obras de Irving han pasado en el cine; en buena parte porque él sempre se ha interesado mucho en este medio y también se ha dedicado a escribir guiones . En el 2000 consiguió un Óscar al mejor guion adaptado con The Cider House Rules. Ahora está preparando el guion de una miniserie basada en El mundo según Garp. Sus libros traducidos han tenido mucho de éxito, como Una mujer difícil, Hasta que te encuentre o Personas como yo. Tiene un público muy fiel en Barcelona.

Una novela o un guión se tienen que dibujar

Poca productividad

Irving no escribe mucho. Entre un libro y otro siempre deja pasar un periodo de 3 o 4 años. Él asegura que aunque domina muy bien la mecanografía, escribe los guiones y los libros a mano: "Una novela o un guion se tienen que dibujar. Se tienen que escribir muy poco a poco. Se tienen que pensar. Justamente por eso cuando escribo al ordenador hago muchos errores, y cuando escribo a mano no hago casi ninguno". Asegura que tardaremos en tener en nuestras manos su próximo libro.