El poema más antiguo en lengua inglesa se llama Beowulf y se calcula que fue escrito en el siglo VIII. Sus más de tres mil versos hablan de un monstruo, Grèndel, un gigante que supuestamente es descendiente de Caín y está condenado a vagabundear por el mundo aterrorizando y devorando a los hombres del rey de Dinamarca. Como la mayoría de poemas antiguos, sin embargo, la historia tiene un final feliz: finalmente el joven Beowulf consigue poner fin al reinado del terror del monstruo, convirtiéndose en un héroe. Han pasado más de doce siglos y los seres humanos ya no tenemos miedo de los monstruos y con rostro mal·lèvic, pero sabemos que siguen existiendo, ahora con diferentes formas. "Monstres", precisamente, es como se llama la exposición de Joan Fontcuberta al Museo Can Framis de la Fundación Vila Casas, donde el artista reflexiona sobre la verdad y la mentira a partir de la fotografía. Es de estos monstruos contemporáneos con los cuales hemos hablado en la primera entrevista de El café de la rana, el nuevo podcast cultural de ElNacional.cat.

¿Cuáles son los monstruos en el siglo XXI, pues? Esta es la gran pregunta que nos pone sobre la mesa Fontcuberta cuando se entra a la exposición, ya que su recorrido traza una línea muy clara entre dos mundos: el viejo mundo analógico, donde el monstruo es el paso del tiempo estropeando los materiales fotográficos, y el nuevo mundo digital donde el monstruo es el poder del retoque y la capacidad del algoritmo para crear aquello que no existe. No es casualidad, por lo tanto, que en la entrada figure escrita con letras bien grandes la famosa frase de Antonio Gramsci según la cual "el viejo mundo se muere, el nueve tarda al aparecer y en este claroscuro surgen los monstruos".

Es así, de las imágenes naturales en las imágenes postizas, como el artista rastrea los claroscuros existentes en la fotografía actual y señala las monstruosidades emergentes: monstruosidades del lenguaje, monstruosidades de la tecnología y monstruosidades de la política.

Joan Fontcuberta fotografo artista - Sergi Alcàzar

Que en una exposición titulada "Monstruos" la primera gran imagen esté protagonizada por el rey emérito Juan Carlos I es, cuando menos, disruptivo. Según Fontcuberta, "la monarquía es una monstruosidad contemporánea", seguramente por eso la obra Botswana Safari 2015 en la cual el padre del rey de España aparece matando un elefante es una fusión de denuncia y aviso: del rechazo a un sistema político concreto, salpicado por la monstruosidad de la corrupción, y de la alerta por la veracidad de las mentiras, tal como plasma la aparición del Pequeño Nicolás en la imagen.

Fontcuberta Botswana Safari 2014 Mosaico mármol Carrara 120 x 160cm

Es un fotomontaje, claro está, pero parece real. El personaje también es un impostor, claro está, pero durante años consiguió engañar a mucha gente haciéndose pasar por una cosa que no era. Esta lucha entre la falsedad y la autenticidad es el tuétano de la muestra, ya que "las imágenes pueden ser un trozo de papel con unas manchas a las cuales nosotros, al interpretarlas, damos un significado. Pero también pueden ser una manera de reemplazar mágicamente la realidad", tal como dice Fontcuberta en un momento de la entrevista.

Joan Fontcuberta fotografo artista - Sergi Alcàzar

La exposición, que se podrá visitar hasta el 23 de enero en el Museo Can Framis, presenta media docena de proyectos que construyen un yin y un yang conceptual: de los escombros de la fotografía —las imágenes de los archivos y los álbumes familiares que se estropean y ocurren amnésicas, mientras se trasluce su belleza más terrible—, hasta las predicciones de futuros posibles y algoritmos. De los rostros desdibujados de los enfermos mentales de Pere Mata, en Reus, fotografiados hace cien años para|por el Dr. Joan Obiols, en los deepfakes con Donald Trump, Silvio Berlusconi, Juan Carlos de Borbón y Dominique Strauss-Kahn teniendo un orgasmo en público mientras pronuncian un discurso.

Joan Fontcuberta fotografo artista - Sergi Alcàzar

Ni una cosa ni el otro, sin embargo, son verdad: los rostros creados por el algoritmo acaban dibujando imágenes más propias de una obra de Bacon, y los vídeos con orgasmos no son nada más que una construcción falsa a partir de un dataset o conjunto de datos de rostros experimentando el orgasmo, extractos de la página web www.beautifulagony.com. Y principalmente de eso va "Monstruos": como confiesa el mismo Fontcuberta, "en la actualidad, las imágenes nos cuestionan constantemente, ya que la tecnología que tenemos al alcance permite construir con ellas lo que queramos: lo que hace falta saber es si esta posibilidad se convierte en una promesa de futuro o, de lo contrario, una pesadilla".