I am what I amJe suis comme je suisYo soy lo que soySoc el que soc... Se puede cantar de muchas maneras y en muchos idiomas, pero el tema central de La jaula de las locas, se interprete como se interprete, es un canto a la libertad.

La locura, las plumas, la purpurina y los zapatos de tacón se han instalado en el teatro Tívoli de Barcelona de la mano del musical La jaula de las locas. El montaje es una versión musical de una pieza teatral de Jean Poiret, estrenada en Broadway en 1983: La cage aux folles. Ha llegado a la capital catalana bajo la dirección de Àngel Llàcer, que a la vez es el protagonista de la obra, con Ivan Labanda como coprotagonista y con la dirección musical de la inseparable pareja artística de Llàcer, Manu Guix.

La jaula narra la historia de George (Ivan Labanda), el propietario de un night club de variedades de Saint-Tropez, y Albin (Àngel Llàcer), su pareja y la estrella drag-queen del local. Albin es un transformista que actúa bajo el nombre de Za-Za y se alimenta de los aplausos de su público y el amor de George.

Llàcer se pone en la piel de la estrella del nightclub y se hace un baño de masas cuanto antes del entreacto interpreta I am what I am y abandona el teatro atravesando la platea del Tívoli con el público de pie; una escena que encanta al personaje y al actor.

La relación de los dos protagonistas se ve afectada cuando el hijo de George, Jean-Michele, anuncia que se casa con la hija de un diputado ultraconservador que está decidido a conocer al padre y a la madre de su futuro yerno. Albin se tendrá que disfrazar e intentar convencer a sus consuegros de que Jean-Michele viene de una familia conservadora.

Una superproducción

La obra aterriza en Barcelona con un gran formato, con 23 actores y 8 músicos, y con una gran inversión de cerca de 2 millones de euros. Es por eso que la Jaula aspira a ser como los grandes musicales de Broadway: 2 horas y media de música y coreografías y una orquesta de 8 músicos que cuando los escuchas parece que sean el doble.

1.050 personas enviaron su currículum para participar en la obra, y los organizadores hicieron el casting a más de 600 personas, para escoger a la treintena de participantes. A lo largo de la obra hay 140 cambios de vestuario y se interpretan 13 canciones.

"Un canto a la libertad"

Ya lo explicaba Llàcer cuando se presentó la obra, La jaula de las locas es "un canto a la libertad y que cada uno sea como quiera. Ahora que parece que las libertades está desapareciendo o que está saliendo más que no somos libres, es un muy buen momento por decir que soy quien soy y no me avergüenzo de ello", apuntaba el director y actor.

En la Jaula no se juzga a nadie, ni por su interior ni por su exterior, y eso es lo que reivindica el musical, ser como eres sin que nadie te impida expresarte. El espectáculo ya nació en Broadway para reivindicar el colectivo LGTBI y lo sigue haciendo en Barcelona 45 años después: cuando se estrenó en Nueva York lo hizo durante los primeros años en que el SIDA era una enfermedad de alto riesgo, pero el equipo creativo, todos ellos homosexuales, consideraron que el show era ideal para dar apoyo a los que sufrían la enfermedad y a todo el colectivo. La jaula de las locas es el primer musical que se crea de temática gay.

Un himno del movimiento LGTBI

La jaula de las locas te hace reír, el sentido del humor de los personajes hace que nunca haya silencio absoluto en el teatro y que se escapen carcajadas continuamente.

Ahora bien, también tiene momentos emotivos, y si destaca uno es cuando Àngel Llàcer interpreta I am what I am, la canción más icónica del musical que fue grabada por Gloria Gaynor e inmediatamente se convirtió en uno de los himnos del colectivo LGTBI.

El musical se podrá ver en el Teatro Tívoli durante unos meses, todavía no hay fecha para bajar el telón, y después se irá a Madrid.