Enfant terrible nuestro, Jair Domínguez no es sólo quien se atreve a decir que el rey va en pelotas, sino que también es el que nos avisa de que se ha pasado la noche en un prostíbulo, drogándose y fundiéndose la pasta que ha robado al pueblo. Mente lúcida con sentido del humor corrosivo como el ácido sulfúrico, suma un nuevo capítulo a su faceta como novelista con la publicación de Estructures profundas (Columna Ediciones, 2021) una afiladura crítica a la sociedad actual a través de una historia que nos transporta a un universo distópico con Jordi, un fumigador solitario y paranóico, como figura central.

Jair Dominguez periodista guionista - Sergi Alcàzar
Jair Domínguez acaba de publicar su nueva novela, Estructures profundes. Foto: Sergi Alcàzar

¿Has hecho alguna vez de fumigador?
De fumigador, no. De pequeño, me crie en un pueblo donde todo el mundo era campesino. De vez en cuando los ayudaba a sulfatar. Manchaba un poco.

¿Dónde vivías?
En Garrigàs, cerca de Figueres. Mis padres eran hippies de Can Fanga y fuimos a elaborar queso. Era inicios de los años 80 y todavía recuerdo calles sin asfaltar. Era muy guay, vivir allí.

La infancia es la verdadera patria.
Vivir en Garrigàs me ha hecho muy anti urbanita. La cabra tira al monte, y, aunque he estudiado y trabajado en Barcelona, a la que he podido me he vuelto a marchar hacia allí.

Escribir es la manera que tengo de comunicarme

Has hecho de todo, sin embargo y sobre todo, escribir.
Empecé a escribir muy pronto. Escribía historias y cuentos para mis compañeros de clase. Siempre tenía un cuaderno abierto para escribir. Es la manera que tengo de comunicarme. Escribir te deja pensar y escoger muy bien las palabras que quieres utilizar. Yo tengo muchos problemas para centrarme y construir un discurso cuando hablo, me voy por las ramas y no sé volver. Escribiendo no me pasa. Soy mucho más reflexivo. Cuando hablo, tiendo a hacerlo a chorro y sin filtros. Eso no significa que cuando escribo no haya momento en que no me suelte y me abandone a un ejercicio casi de escritura automática.

¿Escribir, de pequeño, era también una forma de evasión de aquel entorno rural?
Cuando eres pequeño la vida nunca puede ser ordinaria, porque siempre estás haciendo el loco con los amigos, menos en aquella época en la que no había ni ordenadores, ni tabletas, ni móviles. Escribiendo, sin embargo, imaginaba hechos y lugares extraordinarios. El día a día no tiende a lo extraordinario y a mí siempre me ha gustado ir un poco más allá.

Jair Dominguez periodista guionista - Sergi Alcàzar
Jair Domínguez, cienciaficción o realismo pesimista. Foto: Sergi Alcàzar

¿Es por eso que la cienciaficción es un común denominador en muchos de tus relatos?
Mis novelas siempre han sido catalogadas como cienciaficción. Yo prefiero pensar que es un realismo pesimista, un hecho bastante habitual en los relatos de ciencia-ficción. Queremos que todo vaya bien: que la gente se enamore y hable de cosas normales. A mí me interesa todo lo contrario. En el día a día yo lo que veo es que todo es gris, todo es horrible. Las relaciones se van a tomar por el saco y los trabajos sueño una mierda.

Sorprende este pesimismo cuando eres un tipo que, cuando menos desde fuera, parece que hace lo que le da la gana.
Soy un tipo que siempre ha tenido mucho suerte. Como todo el mundo, empecé trabajando haciendo cosas muy aburridas y también algunas poco legales.

¿Ilegales?
Cosas ilegales como, mucho o poco, todo el mundo ha hecho en su vida. Pero ya han prescrito, espero. Llegó un momento en que me dije que no quería volver a hacer nunca más un trabajo normal, un trabajo físico. Y concentré todas mis fuerzas a hacer lo que quería. Y una cosa llevó a otra.

Llegó un momento en que me dije que no quería volver a hacer nunca más un trabajo normal

¿Primero en la radio, verdad?
Envié un currículum a una empresa petrolera...

Espera, ¿!cómo!?
Me hice pasar por geólogo analista de estratos. Todavía ahora no sé lo que es, pero era lo que pedían y yo les dije que lo era. Me aceptaron. Tenía que ir a vivir al golfo de México. Pocos días antes de ir me llegó que habían montado una radio en Figueres. Ona Catalana, que en paz descanse. Necesitaban a alguien que llevara la mesa de sonido e hiciera un poco de producción. Me pareció mucho más interesante quedarme en mi ciudad con mis amigos, que marcharse al golfo de México a ve a saber qué hacer.

Jair Dominguez periodista guionista - Sergi Alcàzar
Jair Domínguez, el geólogo analista de estratos que acabó haciendo de guionista. Foto: Sergi Alcàzar

Me está explotando la cabeza... ¿Ibas al golfo de México a hacer qué?
Geólogo analista de estratos. Es el tipo que tienen allí para analizar las capas del suelo. Habría sido una fuente inagotable de anécdotas para escribir un libro. Pero también habría podido morir devorado por un calamar gigante. Era el año 1999. Eran los primeros años de Internet y era muy fácil acceder a mails muy extraños de trabajos muy raros. También teníamos las herramientas justas para falsificar currículums sin que nadie los pudiera contrastar porque Google todavía ni existía. Hice el currículum con Photoshop y coló.

Pero te quedaste en Figueres.
Y tampoco tenía ni idea de cómo funcionaba una mesa de sonido. No había hecho ir ningunba en mi vida. Pero lo hice. Poco después me dijeron de hacer una sección en uno de los programas. Y después preguntaron si alguien quería conectar con Barcelona para hacer una sección hablando de temas locales. Nadie se ofreció excepto yo. Me hacía mucha gracia escribirme mis guiones y salir en antena. El programa de Barcelona lo conducía Quim Morales y Oriol Parreño. Les caí en gracia y me propusieron que me sumara al equipo como guionista. Una semana después ya estaba en Barcelona.

Sospecho que en Catalunya hay 20 o 25 guionistas que lo hacemos todo. El gremio está enquistadísimo

Y desde entonces no has parado.
Una vez entras en la rueda ya no paras. Y de la radio pasé a la tele... Sospecho que en Catalunya hay 20 o 25 guionistas que lo hacemos todo. El gremio está enquistadísimo.

Generación tapón.
Somos una generación... Si yo ahora hiciera de guionista estaría haciendo de tapón, cierto. Por suerte, en el 'Està passant', tenemos un equipo de guionistas jóvenes que escriben mucho mejor que yo. Me daría mucha rabia hacer de tapón, pero el sector necesita una regeneración. Cuesta que alguien nuevo entre a formar parte de la rueda. Constantemente recibo propuestas de trabajos de guionista y pienso que nosotros no tendríamos que estar haciendo estas cosas sino dirigiendo la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, pero no nos dejan.

¿Por qué?
Porque  los que están sí que son una generación tapón al máximo nivel.

Jair Dominguez periodista guionista - Sergi Alcàzar
Jair Domínguez, el colaborador que no será nunca director de la Corpo. Foto: Sergi Alcàzar

¿Qué harías si fueras el director de la Corpo?
Odio mandar. Pero si me tocara, haría una limpieza increíble y haría entrar gente nueva. No puede ser que los enfants terribles del país seamos gente como Peyu o como yo. Con 41 años no puedo ser ni enfant ni terrible. Aspiro a poder hacer alguna cosa para cambiarlo. Creo que tenemos muchos problemas de vocabulario.

¿De vocabulario?
Sí, por ejemplo entre mi generación y la de los jóvenes que ahora tienen 20 años. Yo me entiendo perfectamente con Magí García, con Manel Vidal, con Maria Rovira... Ellos están un punto más frescos que yo, pero hablamos el mismo idioma. Son 5 o 6 años más jóvenes, pero nos podemos entender, podemos trabajar juntos. Me cuesta más conseguir esta conexión con la generación de Juliana Canet. Me gustaría que ya empezaran a ser referentes a un nivel más generalizado.

Garcia Melero, Toni Soler, APM?... Olor de naftalina.
Toni Soler empezó haciendo 'Malalts de tele' con 27 años. Era muy joven. Yo a su edad estaba escribiendo guiones para el Buenafuente. No había tenido la oportunidad de hacer el salto a presentar un programa.

No puedo negar que hago un papel de personaje destripado

¿Por qué?
Porque hay un tapón, porque faltan oportunidades, porque no confían en gente especialmente loca. Tienes que ser mucho mainstream para estar en TV3. Puedo entender que no me den un programa por miedo que pase alguna desgracia. Puedo estar allí como colaborador, pero como presentador... Hay mucha presión política.

¿Te has sentido alguna vez utilizado como enfant terrible?
Utilizado, nunca. Lo que no puedo negar es que hago un papel de personaje destripado. Pero vaya, no hacemos nada más que repetir los esquemas de siempre del payaso triste y el payaso alegre. Un papel que juego tranquilo porque me gusta decirlas bien gordas. Me gusta que la gente se alarme y se indigne. Estamos dormidos y no reaccionamos hasta que alguien mete un grito o les clava una hostia.

Jair Dominguez periodista guionista - Sergi Alcàzar
Jair Dominguez te necesita para acabar con la generación tapón. Foto: Sergi Alcàzar

En el libro justamente hablas de todo eso pero sin gritar.
Lo que escribo en Estructuras profundas son burradas que no diría nunca por la tele. Por eso las escribo en un libro que trata de un personaje en la superficie es de una manera pero por dentro, aunque parezca poco empático y gris, piensa de otra. Este tío si pudiera, lo reventaría todo.

¿En una Catalunya independiente habría estructuras profundas?
Si esta Catalunya independiente se está forjando en algún lugar, se está haciendo sin tenernos en cuenta a nosotros. Por lo que estas estructuras ya están corruptas de base. Las revoluciones si se han conseguido a golpe de machete era porque venía alguien por detrás empujando al pueblo. Por eso me emocionaron muchos de los hechos del 1-0: como ir al aeropuerto y pararlo todo. Me pareció puro, lícito e incluso un punto mágico. El pueblo movilizado lo puede cambiar todo, pero siempre hay alguien que tiene la mano más larga.

El pueblo movilizado lo puede cambiar todo, pero siempre hay alguien que tiene la mano más larga

¿Te decepcionó todo el que vino después?
Sí. He vivido muchos momentos de desilusión desde el 1-0. Además, la dinámica siempre ha sido la misma: hemos salido a la calle todos juntos, a veces a la brava, con un objetivo común hasta que alguien ha dicho que aquello se tenía que detener. Eso destrempa muchísimo y agota. Te deja destrozado y necesitas tiempo para reponerte. El país está cansado y decepcionado. Estamos baldados y, además, la pandemia no ha ayudado.

Jair Dominguez periodista guionista - Sergi Alcàzar
Jair Domínguez, un guionista cansado de las carellas por paridas. Foto: Sergi Alcàzar

¿En esta situación qué papel jugar el humor?
El humor tendría que tener un punto de catarsis colectiva. Está bien que el catalán se ría de él mismo pero siempre con un poso de querer ser y hacerlo mejor. No tenemos que tener siempre este ademán de perdedores. Pero somos un pueblo que se ofende cuando rajas de él.

¿En el 'Està passant' os reís de todo y de todo el mundo?
La intención siempre ha sido no ser sectarios. Que lleguen tantas querellas y demandas es... No me deja de sorprender que vaya por la calle sin que alguien me diga que me demandarán para|por este chiste o aquel otro.

Los catalanes somos un pueblo que se ofende cuando rajas de él

¿Te crea desazón todo el tema de las querellas, las demandas, las visitas al juzgado?
No. Da pereza. Estoy cansado de recibir tantas querellas por paridas. Cuándo me llama el abogado y me dice me han vuelto a denunciar pienso en el día que perderé para tener que ir a declarar. Esta gente que pone demanda, si nunca ganan es porque te cansas. Pero en absoluto tengo miedo. Saben que si te envían 40 burofaxos lo más probable es que acabes callando. Y lo hacen desde España, pero también lo hacía el FC Barcelona con los compañeros de La Sotana. Pero si eso pasa también es señal que estás haciendo alguna cosa bien, que estás picando la cresta al poder.