Madrid, 24 de diciembre de 1714. Hacía tres meses y medio que las tropas de la Alianza borbónica de las Dos Coronas (monarquías hispánica y francesa), habían completado la ocupación de Catalunya, el último país austriacista de la península. Y hacía nueve meses y medio que Felipe V, el primer Borbón hispánico, había enviudado de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya. El rey viudo e Isabel Farnese, que en la corte sería despectivamente llamada "la parmesana", celebraban unas precipitadas bodas que no contentaban a casi nadie. Pero el Borbón y la parmesana, que estuvieron casados treinta y dos años y que engendraron a una extensa prole, crearon una nueva estirpe que a medida que desaparecían los hijos del primer matrimonio, acabarían instalados en los tronos de Parma, de Nápoles y de Madrid. La Farnese llegaría silenciosamente después de la derrota catalana de 1714, y sería la primera reina de la larga represión borbónica.

¿Quién era y de dónde venía la Farnese?

Isabel Farnese había nacido en Parma (ducado independiente de Parma) en 1692, y era sobrina de los dos últimos duques de la estirpe Farnese parmesana. Este detalle solo explica lo que pasaría más tarde, y que en el momento de las bodas con el Borbón no se sabía: que por una combinación de circunstancias, acabaría heredando el ducado (1731). Sus tíos paternos, los duques Francisco y Antonio morirían sin descendencia. Y su padre, el aspirante Eduardo, también, se iría a hacer compañía a los gusanos nada más después de tenerla. Pero lo que explica el desprecio y la desconfianza que siempre le dispensó la corte de Madrid, era a causa de una de sus raíces familiares: la Farnese era prima-segunda de Jorge de Hessen-Darmstadt, el "príncep Jordi" de los catalanes que había desembarcado en el Principado con Carlos de Habsburg después de que Catalunya se hubiera sumado a la alianza internacional austriacista (1705).

Retrato de los antepasados alemanes de la Farnese. La familia de Maxilimilià y de Carles. Fuente Kunsthistorisches Museum
Retrato de los antepasados alemanes de la Farnese. La familia de Maxilimiliano y de Carlos. Fuente Kunsthistorisches Museum

La redención de los pecados de la Farnese

Pero la Farnese era, también, descendiente de Alessandro Farnese (1545-1592), uno de los gobernadores-carniceros de la monarquía hispánica en Flandes durante los años de plomo previamente a la independencia neerlandesa (1579-1588). Este carnicero era nieto ilegítimo de Carlos de Gante, sucesor de los Reyes Católicos. Y eso es lo que hicieron valer el cardenal Giulio Alberoni, ministro plenipotenciario de Felipe V, y su aliada política Marie Anne de la Tremoille, princesa de los Ursinos y consejera sexual del Borbón y de la difunta reina Gabriela: la presentaron al viudo taciturno y a su corte lujosamente envuelta y con un vistoso lazo como la lejana descendiente del primer monarca hispánico. Alberoni y Tremoille se decidieron por la Farnese —y no por otra candidata— porque no tenían ningún remedio más y porque les pareció que la diferencia de rango la perpetuaría en una posición secundaria. Y a ellos en una posición de privilegio.

¿Qué pensaba la Farnese de los catalanes?

La Catalunya de los meses y años inmediatamente posteriores a la derrota de 1714, era la viva imagen de un país carbonizado. Nueve años de conflicto y una brutal represión política, cultural y fiscal, perpetrada desde el momento en que el régimen borbónico pone las garras sobre el país (1707) habían transformado Catalunya, que había pasado de ser una potencia preindustrial y exportadora (textiles, barcos y alcoholes) a ser un agujero de destrucción, de miseria y de muerte. Aquello que nos habían explicado de que el 12 de septiembre de 1714 los tenderos de Barcelona abrieron, de nuevo, las puertas de sus comercios es totalmente falso. Durante meses no hubo nada que vender y nada que comprar. Catalunya quedó reducida a cenizas, y la Farnese, no mostró nunca ningún interés por aquel país ahumado que habían defendido sus parientes alemanes y que había devastado su flamante marido.

Grabado del asalto borbónico sobre Barcelona (1714). Fuente Cartoteca de Catalunya
Grabado del asalto borbónico sobre Barcelona (1714). Fuente: Cartoteca de Catalunya.

La derrota catalana y la llegada de la Farnese

No se puede entender la derrota catalana de 1714 sin la previa derrota hispánica de 1713 en la mesa de negociación de Utrecht. Felipe V (aconsejado por su abuelo y valedor Luis XIV de Francia) compró la retirada de Habsburg y de sus aliados a un precio elevadísimo: Gibraltar, Menorca, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Países Bajos hispánicos, el "Asiento de Negros" (la parte del león del negocio colonial), y un largo etcétera de cesiones que desnudaron a la corona hispánica y la condenaron a una posición secundaria en el concierto internacional. Y es en este contexto claramente regresivo —solo atenuado por lo que representó la conquista de Catalunya— que llega la Farnese. Aunque parezca una burrada, si los Borbones (el francés y el español) no hubieran podido conquistar Catalunya (después de las vergonzosas cesiones de Utrecht), la Farnese y su descendencia desde Carlos III hasta Felipe VI no habrían existido nunca.

¿Qué expectativas tenía el viudo Borbón?

Después de la muerte de Gabriela (14 de febrero de 1714), la cancillería de Madrid se puso manos a la obra para encontrar a una nueva reina. Pero las expectativas eran escasas. Ya había trascendido que el Borbón era uno tarado y un pervertido (había mantenido relaciones sexuales con el cuerpo agonizante y con el cadáver de Gabriela). Y también que el imperio que había heredado con el dudoso testamento de Carlos II —el último Habsburg hispánico— (1700), lo había malbaratado, en buena parte, en las mesas de negociación de Utrecht (1713). El enorme imperio colonial que había sido una extraordinaria fuente de ingresos para la corona hispánica pasaba a ser una pesadísima carga. Y su desintegración era cuestión de tiempo. En las cancillerías europeas de la época, una negociación matrimonial con el Borbón español daba mucha pereza y no generaba ningún entusiasmo.

La Farnese, su marido Felipe V, sus hijos a la derecha y sus hijastros a la izquierda. Fuente Museo del Prado
La Farnese, su marido Felipe V, sus hijos a la derecha y sus hijastros a la izquierda. Fuente: Museo del Prado

¿Qué relación había entre la Farnese y Catalunya?

En la corte de Madrid echaban fuego por los ojos porque Alberoni y la Ursinos no habían conseguido un enlace con una hermana del flamante rey británico Jorge I; o con una hija del difunto archiduque José I; que habría permitido reabrir Utrecht y renegociar en condiciones más favorables. Pero era muy complicado porque el Borbón estaba muy desacreditado. Solo la conquista de Catalunya —que completaba el mapa hispánico anterior a la guerra— detuvo la caída libre de Felipe V y de su régimen. Acto seguido llegaría a Madrid una chica, según las fuentes tragona y huraña, para ser reina. Y años después (1735), con la escandalosa tributación de guerra que el régimen borbónico había impuesto a Catalunya —el origen del espolio fiscal es de 1714—, aquella tragona y huraña armaría un gran ejército y lideraría la conquista de Nápoles y la consolidación de Parma. Pero no para España, que le era indiferente, sino para sus hijos.

Retratos de Alberoni y Ursins. Fuente Museo del Prado y Museo Condé
Retratos de Alberoni y Ursinos. Fuente: Museo del Prado y Museo Condé


Imagen principal: Retrato de Isabel Farnese. Circa 1718. Fuente: Museo del Prado.