A partir de este viernes los cines ofrecerán la nueva película de Isabel Coixet, Spain in a day, que ya se presentó en el festival de cine de San Sebastián. Se trata de una cinta hecha a partir de un llamamiento abierto a que los españoles grabaran sus vivencias a lo largo de un día, el 24 de octubre de 2015. En este caso, Coixet y su equipo recibieron 22.678 grabaciones, de gente que se ofreció a colaborar de forma altruista. A partir de este materiales se escogieron 404 vídeos que son los que Isabel Coixet ha usado para elaborar esta cinta mediante un montaje. En realidad, la propuesta de Coixet es heredera directa de un modelo iniciado en el 2011 con Life in a day, y que ya ha sido trasladado a la India, en el Japón, en Italia... Un modelo cinematográfico que aspira a crear el documental más profesional a partir del reality amateur. A nivel técnico, Coixet ha conseguido un éxito indudable: ha dotado de coherencia a vídeos muy dispersos y ha escogido materiales de una calidad estética bastante digna (algunas grabaciones son realmente espectaculares).

Voluntad de inclusión

La mayor virtud de esta cinta es el gran número de gente que ha colaborado en ella. Encontramos perfiles bien diversos: enfermos, españoles que han tenido que salir del país, inmigrantes que viven en España, viejos, homosexuales, parejas idílicas, niños, parados, cooperantes que trabajan fuera del país... Hay individuos de todas las procedencias, e incluso gente que vive en España pero que nació fuera. Esta diversificación es muy efectiva, porque entre los centenares de personajes retratados todo el mundo encontrará a algún individuo que tenga una historia próxima a la de sus amigos o parientes, o incluso encontrará a alguien con quien identificarse. Y Coixet no duda al recurrir a historias heroicas e impactantes, infalibles a nivel emotivo, como la de la enferma de cáncer de que lucha contra la enfermedad o la del voluntario que salva refugiados en lanchas en medio del Mediterráneo. Pero al fin, a pesar de todo, la cinta tiene tendencia a dar más visibilidad a aquellos testigos que tienen un perfil social y económico más alto. El 22,7% de la población española que está en paro tiene un papel más bien reducido en la película. Quizás porque es más vistoso a nivel cinematográfico aquél que se lanza en paracaídas que quién se queda encerrado en casa porque no tiene presupuesto ni para ir a tomar una cerveza al bar de la esquina.

Entre el reality y el documental

El mismo formato de la película condiciona, obviamente, la visión del mundo que nos ofrece. La gente sólo suele grabarse en sus mejores momentos. En Spain in a day todo el mundo se levanta de buen humor, a diferencia de lo que pasa en el mundo real. Parece que aquel día nadie ha discutido con el su jefe. Nadie, entre los 404 testimonios, está completamente solo, aunque este país está lleno de gente que vive y muere sola. Y ninguno de los que llega por sorpresa a casa encuentra su pareja con algún amante. Probablemente aquellos que querían participar en la película y no tuvieron un día ejemplar renunciaron a enviar su vídeo. La gente quiere transmitir la mejor imagen posible de sí misma y la película Spain in en day, obligatoriamente acaba ofreciendo la mejor imagen posible de cada uno, y al fin, la mejor imagen posible de España.

Isabel Coixet. Fotografia: Sergi Alcàzar.

Centenares de actores

Sorprende el alto número de personas que han participado de una forma u otra en Spain in en day. En el fondo, el modelo "in en day" es absolutamente tributario del éxito de las redes sociales. La gente se muere por tener seguidores en Facebook, en Instagram y en Twitter. Y para conseguir eso, para tener su minuto de gloria en el espacio virtual, no duda en exponer su privacidad ante todo el mundo. Sacar a relucir la intimidad en una película que se proyectará en los cines y que verán miles de desconocidos supone la consagración para los cultivadores del propio ego. Una escena es bien reveladora: una chica llama a su padre y a su madre para decirles que los ama mucho; la madre se limita a comentarle que nunca le había dicho esto. Obviamente, para la chica, aquel día no es un día cualquiera: es el día que hizo de actriz para el Spain in a day. Escogió el papel de hija que adora a sus padres.

Un país ideal

La trampa del modelo "in en day" es obvia. Para dar alguna coherencia al guion, la gente no graba y explica lo que quiere, sino que responde a una serie de preguntas. La elaboración de las preguntas y la posterior elección y recorte de las respuestas condiciona profundamente la imagen de España que se dará. Y el modelo "in en day" trata de desactivar cualquier dimensión política de la vida. Las cuatro preguntas que vehiculan el documental son: "¿Qué amas?", "¿En qué crees?" "¿Qué temes?" y "¿Cuál es tu sueño?". Con estos grandes ejes se consigue una visión absolutamente edulcorada de la sociedad. Para Spain in a day España es un país (eso ya se ha establecido de principio) donde puede haber mucho problemas, pero donde no hay ningún conflicto ("A los españoles nos unen más cosas de las que nos separan", declaraba hace unos días a la directora catalana).

En la España de Coixet la gente está en paro, o es pobre, pero nadie tiene la culpa. La desigualdad social, la corrupción i la injusticia son irrelevantes. Para Spain in a day hay dificultades, pero todas acaban pasando con las grandes dosis de espíritu de superación que tienen los españoles. No estaría mal que en un documental de estas características preguntaran: "¿Quién te hace la vida imposible?", "¿Qué piensas de tu sociedad?" o "¿A quién pegarías dos bofetadas?". Probablemente saldrían a relucir bastantes fantasmas más de los que salen en la edulcorada película de Coixet.

Efectiva

La película consigue los objetivos que pretende: reforzar la identificación del público con la gente que aparece. De hecho, el eslogan que aparece al final de todo, en la pantalla, es "Que nada ni nadie acabe con nuestra forma de vivir", una especie de rancio canto al "spanish way of live". Coixet recurre a un arsenal de escenas tópicas pero efectivas: bodas, niños encantadores, enfermos con afán de vencer la enfermedad, parejas incombustibles, padres amantísimos, fiestas sorpresa, parejas idílicas...Con estos ingredientes, la lagrimita está asegurada. Por si acaso, en algún momento también se apela a cuerpos atléticos haciendo deportes de aventura... La variedad de personajes y de situaciones evita una repetición excesiva de las escenas; y, además, Coixet ha tenido el acierto de limitar la película a menos de 90 minutos. Suficiente para transmitir el mensaje que quería sin ser demasiado reiterativa excesivamente. Es probable que Spain in a day se convierta en un éxito de público: el precedente de películas similares augura colas en las taquillas.