Ildefons Cerdà vuelve a estar de actualidad. En 2017 se cumplen 150 años de la publicación de su obra magna, la Teoría General de la Urbanización, un texto que se considera como el punto de partida del urbanismo moderno. Hace 50 años, el profesor Fabià Estapé reeditó, en facsímil, este texto y permitió que se recuperara el legado de Cerdà. Ahora, la Universitat de Barcelona, la Fundació Urbs i Territori Ildefons Cerdà (FUTIC) y el Ayuntamiento de Centelles aprovechan la efeméride para recordar la genialidad de Cerdà mediante unas jornadas: Cerdà, camins de futur, que se celebrarán desde este martes hasta el jueves. Los actos tendrán lugar en el paraninfo de la Universitat de Barcelona y al Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y también ha programado una visita al Mas Cerdà de Centelles.

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Cerdà desde la modernidad

La primera ponencia del seminario irá a cargo del urbanista Michael Neuman, de la Universidad de Wentmister, un reconocido admirador de Cerdà. También participarán algunos veteranos especialistas en Cerdà, como Joan Tort (UB) o Salvador Tarragó (UPC). Pero al mismo tiempo habrá ponencias que aportarán nuevas visiones de diferentes aspectos de la obra de Cerdà: su relación con la cultura popular, su plan de comarcalización, su relación con la naturaleza... Incluso habrá una ponencia sobre su relación con su hija Clotilde, la conocida arpista conocida como Esmeralda Cervantes.

Reivindicación de Cerdà

Joan Tort, uno de los organizadores de las Jornadas, afirma que éstas están destinadas a hacer ver "la vigencia y actualidad del pensamiento de Cerdà", a quien califica de "autor de dimensión universal" y al que compara con los grandes artistas del Renacimiento, por su visión, muy completa e interdisciplinar, del mundo de su tiempo. Tort apunta que la obra de Cerdà es muy amplia y diversa y que difícilmente se podrá conocer entera. Y a pesar de todo, Cerdà, como urbanista y pensador del territorio, estaría "muy vivo, muy actual (...) un autor que podría ser de mucho interés a países y periodos muy diversos". Tort afirma que el Eixample de Cerdà, que sólo se llevó a cabo parcialmente, fue una plataforma para aplicar sus ideas sobre la ciencia urbanística, pero que su pensamiento es mucho más amplio que el plan barcelonés. Eso sí, aunque cada vez hay más autores que vinculan a Cerdà con el esoterismo, no habrá ponencias sobre este aspecto de su creación en las Jornadas. Para Tort, "Cerdà tiene mucho más interés en aquello que es claro, evidente, conocido".

No sólo el plan Cerdà

Ildefons Cerdà (1815-1876) fue un hombre polifacético, a pesar de que es conocido sobre todo por su proyecto de Eixample de Barcelona. Su padre confiaba en que fuera sacerdote, y por eso estudió en el seminario, pero prefirió dedicarse a la arquitectura y a la ingeniería: dejó la Iglesia y se dedicó a estudiar estas materias. Tuvo mucho contacto con el socialismo utópico y militó en las fuerzas republicanas federales. En 1859 el consistorio de Barcelona aprobó su plan de Eixample de Barcelona, aunque nunca se libró de las críticas. Se trataba de un proyecto revolucionario, porque intentaba hacer viviendas dignas, con espacios verdes, con una previsión de cómo garantizar la movilidad de los ciudadanos... Hoy en día se admira sobre todo su capacidad de previsión: aunque planificó la ciudad mucho antes del invento del automóvil, el Eixample está perfectamente preparado para la circulación de vehículos modernos. En 1873 participó en la proclamación del Estado Catalán desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona. A pesar de sus méritos, murió arruinado, porque las instituciones dejaron de pagarle los honorarios por muchos de sus trabajos.

 

Portada: Retrato de Ildefons Cerdà del pintor Ramon Martí i Alsina.