La música es un lenguaje universal y sólo hay que escuchar las primeras notas que entonaron Il Divo en el festival de Pedralbes este domingo para saber que las cantaban desde el corazón y que tenían que contener las lágrimas, igual que las 2.000 personas que los escuchaban. Il Divo son, o mejor dicho eran, un cuarteto de cantantes de ópera, cuatro artistas talentosos con buena planta y sentido del humor que hace medio año se tuvieron que despedir de uno de sus miembros: Carlos Marín murió a los 53 años a causa de la covid. Il Divo ya no es el mismo pero han sabido encontrar a un sustituto a la altura y este domingo han hecho un tributo impresionante a Marín.

El público asistente en el Fetival de Pedralbes sabíamos que la velada sería emotiva, pero creo que no nos imaginábamos un tributo hecho con tanta delicadeza e incluso con un toque de humor. Urs Bühler, Sébastien Izambard y David Miller han hecho un homenaje a Marín explicando anécdotas de su paso por el grupo y eso hizo enternecer a un público que después de cada canción se ponía de pie para ovacionarlos. El lugar de Marín no se podrá sustituir pero los miembros originales han hecho un nuevo fichaje: Steven LaBrie. Los cuatro en un castellano perfecto han emocionado y han recordado a su compañero. El cuarteto ha dado un repaso de sus éxitos arrancando con su versión de I'll be there, entrando al escenario sin decir nada y cantando con el corazón en la mano, un buen inicio de concierto para decirle a su amigo que no lo olvidarán y que siempre estarán a su lado.

Emotivo, elegante y respetuoso

Esta gira se tenía que hacer con Carlos Marín y sus compañeros han explicado que han cambiado el repertorio para escoger canciones que realmente tengan que ver con la esencia del compañero muerto ya sea por su letra, porque le gustaban mucho o porque se refieren a momentos vividos juntos. El concierto del Festival de Pedralbes se podría definir como emotivo, elegante y respetuoso. Uno de los instantes que más lágrimas arrancó al público fue con la canción Hallelujah de Leonard Cohen: los tres cantantes originales aparecen al escenario con un taburete vacío iluminado con un foco y con la voz inconfundible de Marín, grabada para sonar en las estrofas que él acostumbraba a cantar.

Il Divo también regaló momentos festivos como cuando interpretaron la mítica Ain't no mountain high enough de Marvin Gaye y Tammi Terrell. Los asistentes no pudieron evitar ponerse de pie y bailar, esta canción ya tiene este efecto cada vez que suena, pero que cuatro hombres encorbatados, con voces líricas y ademán serio te hagan levantar de la silla para bailar.... eso sí que tiene mérito. En el repertorio también se pudieron escuchar temas como Come what may, que se popularizó con la película Moulin Rouge, Time to say goodbye, la versión en inglés de Con te partirò de Andrea Bocelli o bien Somewhere, uno de los temas principales del musical West Side Story.

Pues sí, una servidora ha pasado del Barcelona Beach Festival, del Canet Rock i del Vida para ir a escuchar Il Divo, y me alegro mucho de haberlo hecho. Soy una asidua del Festival de Pedralbes y eso que por edad me tocaría más ir al Canet Rock (bien, quizás no soy tan joven y me tocaría más ir al Vida), pero el Festival de Pedralbes tiene una atmósfera que engancha. Los conciertos se hacen en un espacio privilegiado, delante del palacio, y vale la pena ir al parque exactamente dos horas antes del inicio del espectáculo para disfrutar de la oferta gastronómica de restaurantes como el Flash Flash, Kao Street, Il Giardinetto o Pizza del Born, entre muchos otros. Hacer una copa de vino o una cerveza refrescante rodeada de música, buena comida y naturaleza, no tiene precio. Y hacerlo sabiendo que después escucharás unas de las voces líricas más bonitas de la historia de la música (con el permiso de los Tres Tenores), todavía menos.