Los estadounidenses Wilco dieron el jueves el pistoletazo de salida al festival Alma en el Poble Espanyol de Barcelona con un concierto a la altura de su leyenda: un viaje sólido y emocional por tres décadas de impecable trayectoria musical. Una auténtica clase magistral de rock y sensibilidad
Un viaje sólido y emocional por tres décadas de trayectoria impecable. Una auténtica clase magistral de rock y sensibilidad
La noche empieza sin tregua
La noche comenzó sin tregua con las primeras notas de Company in My Back, tema que la banda de Jeff Tweedy enlazó rápidamente con Evicted y Handshake Drugs, donde la última nota quedó flotando en la guitarra de Nels Cline antes de fundirse amb el resto del engranaje de la banda que un día fue bautizada como los Radiohead del country alternativo. Era el preludio de Side with the Seeds, una pieza que tiñó de oscuridad el cielo de Montjuïc —ya sin luz del día— con un riff que coqueteaba con la psicodelia pero que se desvaneció antes de estallar del todo.

La intensidad emocional subió con I Am Trying to Break Your Heart, en la que la voz quebrada de Tweedy tomó el protagonismo más desnudo y frágil
La intensidad emocional subió con I Am Trying to Break Your Heart, en la que la voz quebrada de Tweedy tomó el protagonismo más desnudo y frágil. El efecto, casi incómodo, se deshizo cuando batería, teclado y bajo irrumpieron con fuerza para cerrar el tema. A continuación llegaron If I Ever Was a Child y You and I, que recuperaron un tono más íntimo. Los momentos de experimentación sonora siguieron con Via Chicago, esa balada sobre el regreso a casa en la que Tweedy quedó prácticamente sepultado bajo una tormenta de batería, como si Glenn Kotche estuviera improvisando sin freno en pleno ensayo. El orden volvió con One Wing, aunque la guitarra eléctrica parecía querer romperlo todo. Luego llegaron la juguetona Hummingbird, de aires beatle, y la delicada Quiet Amplifier.
Canciones escritas por niños de 4 años
Uno de los grandes momentos del concierto fue Either Way, del álbum Sky Blue Sky (2007), tras la cual saltaron a su disco más reciente, Cousin (2023), con Meant to Be, y después viajaron hasta los 90 con Box Full of Letters (1995), una muestra del extenso y sólido catálogo de la banda. También sonaron temas más recientes como Annihilation, que Tweedy describió con humor como “tan fácil como si la hubiera escrito un niño de cuatro años”. Aunque no era un concierto pensado para corear, todo el Poble Espanyol cantó el “our love” de Jesus, etc., del mítico Yankee Hotel Foxtrot (2002), uno de los discos más emblemáticos de su carrera, que dio paso al siempre celebrado Impossible Germany y su eterno solo de guitarra con un Nels Cline en estado de gracia.

Wilco han abierto el festival Alma con una lección de rock y sensibilidad / Foto: Alejandro García / EFE
Los hemos visto decenas de veces, quizás centenares, pero Wilco siempre consiguen rompernos el corazón
Después de la ovación, volvieron con la energía revigorizante de Heavy Metal Drummer, y cerraron con Spiders, con otro solo extenso que hizo las delicias del público. Pero todavía quedaban algunas sorpresas: en los bises, regalaron tres temas más —California Stars, Walken i I Got You (At the End of the Century)— antes de decir adiós a Barcelona. Los hemos visto decenas de veces, quizás centenares, pero Wilco siempre consiguen rompernos el corazón.