Miquel Martí i Pol cumpliría este año 90 años. Y con motivo de esta fecha, Sembra Llibres ha querido publicar una obra sobre el poeta de Roda de Ter que ha encargado al también poeta y periodista alcoyano Hèctor Serra. El Nacional ha hablado con el poeta valenciano aprovechando que este está de gira de promoción de Martí i Pol. Somiar el demà en el marco de la Setmana del Llibre en Català.

MMP Olot 1988

Visitando una escuela de Olot, en 1988. Foto cedida por la Fundació Martí i Pol.

¿Este libro es un estudio académico sobre la obra de Martí i Pol?

No, es más bien un homenaje. Yo siempre considero que los liderazgos referentes es bueno reivindicarlos siempre, pero esta efeméride da mayor resonancia al poeta y es una buena ocasión para hablar de él. El libro no quiere tener un tono académico. Hay muchas publicaciones sobre Martí i PoI, pero esta, por una parte, quiere tener un tono más ágil, y por la otra, quiere ir más allá del "tot està per fer i tot és possible" ("todo está para hacer y todo es posible") y más allá del Martí poeta, porque él fue poeta, pero fue muchas otras cosas... En realidad, Somiar el demà​ está pensado para que el legado de Martí i Pol llegue a las nuevas generaciones.

Martí i Pol fue un poeta de y para el pueblo

¿El mensaje de Martí i Pol tiene validez para los jóvenes de hoy?

¡Sí! ¡Claro! Ahora que nos acercamos al 11 de septiembre, se puede releer su poemario insignia para las luchas colectivas y nacionales, L'àmbit de tots els àmbits, y se ve que continúa vigente. No ha cogido nada de polvo. Me gustaría saber cómo estaría viviendo Martí i Pol lo que ha estado pasando en los últimos años en Catalunya, con la conculcación de sus derechos nacionales. Sabemos de qué parte estaría hoy Martí i Pol, que siempre militó por los oprimidos. Pero tampoco ha cogido polvo toda la dignidad que demostró en sus poemas de amor de ternura, de melancolía, de muerte... Es un poeta a reivindicar. Este libro, pensado para la gente más joven, quiere mantener encendida la llama de Martí i Pol y que los jóvenes cojan su legado. Pretende mostrar que fue un poeta de y para el pueblo.

La edición del libro es muy cuidada, con fotografías, poemas... ¿Cómo se llegó a materializar eso?

La propuesta entra dentro de una serie de Sembra Llibres que quiere homenajear grandes hombres y grandes mujeres de la lengua catalana. Se han hecho libros sobre Montserrat Roig, sobre el Ovidi Montllor, sobre Manuel de Pedrolo... Y se quería hacer un libro atractivo, con materiales que lo enriquezcan: incluye muchas ilustraciones y algunos manuscritos que ha cedido la Fundació Martí i Pol... Para hacer esta obra he contado con la ayuda de Montse Queralt. Y aproveché la colaboración de la gente que había trabajado con el poeta, como el crítico literario Alex Broch, o Lluís Llach, que ha vestido su discografía con versos del poeta.

Incluye también unas obras del artista alcoyano Antoni Miró para la Suite de Parlavà. ¿De dónde surgen?

Se trata de una serie de collages que Miró, que había conocido a Martí i Pol, dedicó en los años noventa al poemario Suite de Parlavà y que el Institut d'Estudis Catalans mostró en varias exposiciones. En realidad, en el libro no se incluyen todos los collage; he hecho una elección.

Martí i Pol tuvo que salir de un caparazón que lo oprimía, que no lo dejaba ser él...

Miquel Martí i Pol, de familia católica y ultraconservadora experimentó un giro brutal en su vida. ¿Cómo fue eso?

En el primer capítulo de Martí i Pol. Somiar el demà, al referirme a su niñez, hablo de abertura, porque él tuvo que llevar adelante un proceso gradual de librarse de las marcas e imperativos de su época. Él nace en 1929, en puertas de la guerra civil, y como todos sus compañeros sufrió una represión feroz. En un momento determinado tuvo que salir de un caparazón que lo oprimía, que no le dejaba ser él... Lo hizo con el magisterio de algunas personas de su comarca. Y su contacto con el marxismo le sirvió como herramienta mental para llegar a la conclusión que hemos nacido al lado equivocado del tiempo y de la historia y que eso tiene que ser cambiado por nosotros. Él da un giro y se convierte en el defensor del obrero, en el defensor de los derechos.

Martí i Pol fue siempre el poeta de Roda de Ter, y por lo tanto, un creador excéntrico, situado al margen del mundo cultural de Barcelona. ¿Cómo lo condicionó eso?

En una entrevista con Montserrat Roig él se mostró muy crítico con el centralismo. A él lo penalizó el hecho de no ser de Barcelona, el centro cultural de entonces. En muchas antologías y obras sobre la poesía catalana ni se lo mencionaba. Pero él defendía mucho su enraizamiento en Roda.

¿Lo menospreciaron algunos círculos intelectuales barceloneses?

Sí. Lo penalizaron, también, por usar un lenguaje transparente, que entiende a todo el mundo. Martí i Pol es un poeta muy inteligible. Había una corriente en la época que presuponía que su claridad era porque estaba alejada de la calidad. Pero la gran calidad de Martí i Pol se ha basado en poner suas palabras al servicio de la gente. Su poesía era la encarnación de su vida. Y podemos reflejarnos en él a través de sus versos. No nos suena nada extraño o ajeno, gracias a su lenguaje próximo.

Martí i Pol no era de los poetas que dice mucho y hace poco. Fue un hombre de acción

Martí i Pol se identifica plenamente con los obreros de la fábrica, aunque su experiencia no fue exactamente la de un proletario...

Martí i Pol no era de los poetas que dice mucho y hace poco. Fue un hombre de acción. Fue cantautor, fue militante del PSUC, fue traductor, cultivó la prosa... Era un activista total. Él exactamente, no era trabajador en la planta: era escribiente y se encargaba de las cuentas de la fábrica. Pero se consideraba siempre al lado de los oprimidos. Y hacía a unas críticas feroces a la explotación de los obreros en sus poemas.

Mucha gente conoce al Martí i Pol enfermo, de los últimos años de su vida. En el libro hay un esfuerzo por conectarlo con el creador joven...

La enfermedad es parte insoslayable de la biografía de Martí i Pol. En realidad, tendríamos que hablar de enfermedades, en plural, porque a los 19 años contrajo una tuberculosis pulmonar, muy grave, y pasó un año encamado. Aquel año le sirvió para profundizar en su vocación de escritor. Leyó muchísimo, se reencontró con el catalán (había empezado a escribir en castellano)... Y en los años setenta, 20 años después de la tuberculosis, le diagnostican la esclerosis múltiple. Y sufre un deterioro. Se le estropea la voz: tiene que dejar de cantar. La movilidad la va perdiendo gradualmente. Había momentos en que durante meses no hacía apariciones públicas... Pero yo he querido quedarme con todas las fases de su vida. Lo que hay que reivindicar es que él usó la poesía para enfrentar todos los reveses que le presentaba la vida. Me ha dejado embelesado su capacidad. Cuando contrae la enfermedad, en sus escritos todo es pozo, pozo, pozo... Después hay una cierta estabilización. Y al final deduce que hay que vivir plenamente a pesar de la enfermedad. Y lo consigue. Él recibió muchos homenajes en vida. Gozó del calor de su pueblo.

Martí i Pol no perdía nunca la sonrisa, ni mostraba una pizca de vanidad

MMP refresco Pais Basc MAYO 1956

Martí i Pol bebiendo un refresco en un viaje al País Vasco, en mayo de 1956. Foto cedida por la Fundació Martí i Pol.

En realidad, mantuvo su optimismo hasta el final, a pesar de ser enfermo crónico y estar desengañado políticamente...

Fue la gran lección de humanidad que nos dio En el tramo final de su vida tuvo que enfrentar cosas bonitas, pero también cosas duras, como la muerte de su primera mujer. Después se volvió a casar. No perdió nunca el optimismo. No perdía nunca la sonrisa, ni mostraba una pizca de vanidad.

Cuando el Parlament lo intentó promover en el Nobel, iba tarde

En el libro comentas que no le gustaba ser tildado de "poeta nacional"...

Él siempre dijo que él no era el poeta nacional, porque todos los poetas son nacionales... Pero sí que fue un poeta del pueblo. Cuando el Parlament lo intentó promover al Nobel, llegaba tarde, porque el pueblo ya le había designado como portavoz de unos anhelos sociales.

¿Qué papel tuvieron los cantautores en la difusión de la obra de Martí i Pol?

Las giras con Lluís Llach son parte fundamental de su vida. Estaban cargadas de adrenalina y sirvió para que conociera los Països Catalans. Y lo dieron a conocer a mucha gente.

Políticamente, la transición supuso un gran desencanto, para él, ¿no?

A nivel político quedó muy desengañado con el proceso político de esos años. No le gustaba nada cómo iba el final de siglo. Me gustaría saber qué pensaría, si todavía viviera, del mundo que nos ha quedado...