Salón del Tinell. Palau Reial. Barcelona, 16 de abril de 1519. Hace 505 años. Carlos de Habsburgo y de Trastámara, primogénito de Felipe de Habsburgo —denominado "el Hermoso"— y de Juana —hija de los Reyes Católicos y mal llamada "la Loca"—, juraba las Constituciones de Catalunya y era nombrado conde de Barcelona. Carlos (Gante, condado de Flandes, 1500) no era el primer extranjero que obtenía este nombramiento, pero sí que era el primero de la estirpe Habsburgo. Con la muerte de Fernando II (1516) se producía el inevitable relevo: los Trastámara, que habían logrado sentarse en los dos principales tronos peninsulares, que habían culminado el proyecto de unión dinástica hispánica y que se habían convertido en una de las estirpes más poderosas de Europa, desaparecen en la nebulosa de la historia. ¿Quiénes eran aquellos Habsburgo que habían devorado a los Trastámara y de dónde venían?

Maximilià de Austria y Fernando el Católico. Fuente Kunsthistoriches Musueum. Viena
Maximiliano de Austria y Fernando el Católico / Fuente: Kunsthistorisches Museum, Viena

¿Quién era Carlos de Gante y por qué "de Gante"?

Carlos, el nieto superviviente mayor de Maximiliano de Austria y de María de Borgoña, y de Fernando de Catalunya y Aragón y de Isabel de Castilla y León, es el personaje que hereda los dos lotes territoriales más importantes de la Europa del momento (1516 y 1519), y que crea un gran dominio de arquitectura confederal: la monarquía hispánica. Esos lotes estaban formados por la herencia paterna (archiducado independiente de Austria, ducado independiente de Borgoña y condados independientes de los Países Bajos), y por la herencia materna (coronas catalanoaragonesa, castellanoleonesa y navarra) y las colonias americanas. La historiografía moderna lo llama "de Gante" para desplazar la falsa idea difundida por la historiografía nacionalista española, que lo llama "I de España y V de Alemania", cuando ni España ni Alemania son, todavía, conceptos políticos.

¿Por qué los Trastámara y los Habsburgo se entroncan?

La Europa de finales del siglo XV estaba evolucionando hacia un nuevo escenario político que trabajaba para soterrar el régimen medieval feudal. Los estamentos reales del continente recuperaban el poder perdido durante los siglos anteriores y aquellos reyes preabsolutistas se convertían, de nuevo, en el centro de la vida política. En ese contexto, aparecen dos estirpes (con una evolución paralela, pero con escenarios geográficos distintos) que rivalizan para liderar el ranking continental: los Trastámara y los Habsburgo. Tanto unos como otros se reflejan en Carlomagno y codician reunir todos los dominios del continente y reeditar el Imperio carolingio del siglo IX. La diplomacia haría el resto, y el acuerdo conduciría a la celebración de un matrimonio doble (1497), que perseguía la unificación de ambas estirpes. Pero, ¿con qué patrónimo?

Joan de Aragón y Margarida de Austria. Fuente Museo del Prado, Madrid y Metropolitan Museum, Nueva York
Juan de Aragón y Margarita de Austria / Fuente: Museo del Prado, Madrid, y Metropolitan Museum, Nueva York

La siniestra carrera Habsburgo-Trastámara

En la negociación para unir las dos estirpes más poderosas de Europa, no se fio ningún detalle a la suerte. Las dos partes negociadoras situaron a sus respectivas opciones en posición de ocupar el trono del imperio que estaban construyendo. El doble matrimonio es la máxima expresión de ese juego de estrategias. La boda y descendencia de Juan (el único hijo varón de los Reyes Católicos) y de Margarita (la hija de Maximiliano de Habsburgo y María de Borgoña) era la opción de Fernando el Católico. Y la boda y descendencia de Felipe (el primogénito de la casa Habsburgo-Borgoña y hermano mayor de Margarita) y de Juana (la segunda hija de los Reyes Católicos) era la opción de Maximiliano. Ambas opciones tenían el mismo propósito: culminar la unión de las dos estirpes, pero, naturalmente, imponiendo su patrónimo por la inexistencia de vástagos masculinos de la otra opción.

¿Cómo se desarrolló esa carrera?

Esa carrera empezó a decidirse poco después de la celebración de dichas bodas. El 20 de enero de 1495, en Amberes, se firmaban los acuerdos matrimoniales. El 3 de abril de 1497, en Burgos, se casaban Juan (19 años) y Margarita (17 años). Y el 4 de octubre de 1497, en Salamanca, y tan solo seis meses después de las bodas, el heredero Juan moría —oficialmente— de tuberculosis y —extraoficialmente— debido a los excesos cometidos durante su corta pero apasionada vida matrimonial. Fernando acusó a Margarita de irresponsable y de ninfómana, pero la joven Habsburgo estaba embarazada y el Católico se cargó de paciencia esperando al heredero deseado. Finalmente, ese fatídico 1497 culminaría con el inesperado aborto de Margarita, y Fernando, terriblemente enojado, la expulsaría de la corte hispánica y la obligaría a regresar a casa de sus padres.

Felipe de Habsburgo y Felipe el Bello. Fuente Museo del Louvre, Paris, y Kunsthistoriches Museum, Viena
Felipe de Habsburgo y Felipe el Hermoso / Fuente: Museo del Louvre, París, y Kunsthistorisches Museum, Viena

La opción portuguesa que pretendía cerrar el paso a los Habsburgo

El 20 de octubre de 1496, en Lirre (Flandes) se casaban Felipe (18 años) y Juana (17 años). Pero su vida matrimonial era inexistente y en ese escenario de frivolidad e impostura empezarían a gestarse los problemas psicológicos de Juana. Fernando, bien informado, trazó un "plano B". Mientras el heredero Juan se consumía en la entrepierna de Margarita, el Católico aceleraba el pacto matrimonial entre su primogénita Isabel, viuda de Alfonso de Portugal, y el nuevo rey portugués Manuel I. El 30 de septiembre de 1497 los casaban, y el 23 de agosto de 1498 (diez meses después de la muerte del heredero Juan), nacía el primogénito de la pareja, Miguel de la Paz, quien, inmediatamente, sería proclamado heredero a los tronos de Barcelona, Toledo y Lisboa.

Un giro radical del guion que, finalmente, no fue

El nacimiento de Miguel de la Paz imprimió un giro radical al guion de Fernando. La madre del bebé, Isabel, había muerto después del parto. Pero Fernando reaccionaría proclamando que renunciaba a su proyecto europeo, que recuperaba la idea de unión dinástica de todos los reinos ibéricos (y se reconciliaba con las oligarquías castellanas y portuguesas), y que aceptaba que el rey que reuniría ese conjunto de dominios no sería un Trastámara, pero tampoco un Habsburgo, sino un Viseo. Maximiliano, perplejo, obligaría a Felipe a cumplir. El 24 de febrero de 1500, en los lavabos del Palacio de Gante, nacía Carlos, "la esperanza blanca" de Maximiliano. Y el 20 de julio de 1500, en la alcoba real del Alhambra de Granada, moría inesperadamente Miguel de Paz "el mal menor" de Fernando. Todas las fichas volvían a la casilla de salida.

Manuel el Afortunado e Isabel de Aragón. Fuente Monasterio de los Jeronims, Belén y Monasterio de Las Huelgas, Burgos
Manuel el Afortunado e Isabel de Aragón / Fuente: Monasterio de los Jerónimos, Belén, y Monasterio de Las Huelgas, Burgos