Coetáneo de maestros del retrato como Man Ray, Moholy-Nagy, Renger-Patzsch y Sougez, Pere Català i Pic fue uno de los pioneros de la fotografía y la publicidad en nuestro país. De formación autodidáctica, especialmente relevante fue su tarea como autor de carteles bélicos y propaganda republicana durante la Guerra Civil Española. Suyo es el icónico Aixafem el feixisme en el que se ve un pie calzado en una alpargata de siete vetas a punto aplastar una esvástica. Aunque pasó buena parte de su vida en Barcelona, entre 1915 y 1931 se estableció en su ciudad natal, Valls, donde ejerció como fotógrafo retratista. Allí, en la capital del Alt Camp, nacieron sus hijos: Maria Àurea Català i Roca, Francesc Català-Roca y Pere Català i Roca.

Muy pronto las tres criaturas se interesaron por el trabajo del padre, que les incentivaba el amor por la fotografía dejándoles una de sus viejas cámaras para que hicieran sus primeras instantáneas. Eso sí, cada vez que tomaban la cámara, Maria, Francesc y Pere tenían que firmar un contrato en que se comprometían a hacerse cargo de la reparación si la estropeaban. Aunque los tres destacaron como fotógrafos, fue Francesc quien sobresalió en su trabajo como retratista, convirtiéndose con el paso de los años en el mejor fotógrafo catalán del siglo XX, sin obviar el legado de compañeros de profesión como Agustí Centelles, Xavier Miserachs, Oriol Maspons, Colita o Joaquim Gomís.

Francesc catala roca
Foto: Francesc Català-Roca

El gran retratista de Barcelona

Francesc Català-Roca hizo su primera fotografía con seis años. Sí, fue con la cámara que le dejaba su padre después de firmar un contrato. Ya no dejó de disparar nunca. Nacido el año 1922 en Valls, tenía solo 14 años cuando estalló la Guerra Civil Española. Durante aquellos funestos tres años, Francesc hizo de ayudante de su padre en el Comisariado de propaganda. Allí entró en contacto con fotógrafos de la dimensión de Gerda Taro o Robert Capa. Una década después, en 1948, abrió su propio estudio en la Travessera de Dalt de Barcelona. Solo tres años después, en 1951, ganó el premio Ciudad de Barcelona. Lo volvió a ganar en 1952. Ya entonces destacaba como el gran retratista de la capital catalana.

Gran amante de las artes plásticas, amigo de pintores como Joan Miró o Salvador Dalí; las instantáneas de Catalán-Roca, que a lo largo de su trayectoria también experimentó con éxito con el mundo del cine, recogían el ritmo cotidiano de la ciudad a través de un filtro que no rehuía la propuesta artística, pero que preponderaba la vertiente costumbrista. Como más de una vez él mismo quiso matizar, el fotógrafo consideraba que sus creaciones tendían más hacia la creación documental a través de las imágenes del día a día de los barceloneses, más que considerarlos retratos artísticos. Maestro en juego de las luces y las sombras, a Catalán-Roca le gustaba crear un contacto natural con los espacios y las personas que quería captar a través de su objetivo. Perfeccionista enfermizo, podía pasar horas y horas y horas en una misma localización esperando disfrutar de la luz perfecta para la fotografía que quería conseguir.

Francesc catala roca 2
Foto: Francesc Català-Roca

Un referente de la fotografía urbana

Francesc Català-Roca murió el 5 de marzo de 1998, dejaba un legado de más de 200 mil negativos, que sus herederos depositaron el año 2007 en el Arxiu Fotogràfic del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya. Ayer se oficializó que el Departament de Cultura de la Generalitat ha adquirido el fondo fotográfico Catalán-Roca con un coste de 2 millones de euros. La parte principal de todo este material se depositará en el Arxiu Nacional de Catalunya y las copias de época de autor en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC). Se trata de cuatro bloques de documentos: 167.701 negativos en blanco y negro y color, 3.109 diapositivas a color, cerca de 14.000 hojas de contacto y 2.000 copias de época de autor.

Se trata de un archivo de un valor incuestionable, que ha sido reconocido en los últimos años de manera unánime. "La innovación, la mirada y los puntos de vista, los encuadres, la utilización y recreación en las luces y las sombras hacen de sus obras, en especial las creaciones en blanco y negro fechadas en los años cincuenta y sesenta del siglo XX, de las más relevantes de la historia de nuestra fotografía", han apuntado desde Cultura. "Francesc Català-Roca es un verdadero referente de la fotografía urbana y documental y el creador de algunas imágenes icónicas que se han convertido en un auténtico referente en el imaginario de los catalanes. También fue un innovador en el campo del color, uno de los pocos maestros de la fotografía que hizo la transición del blanco y negro al color, a principios de los años 70 del siglo XX," han añadido. Está previsto que, como mínimo, dentro de tres años se organice una gran exposición antológica en el MNAC.