Ferran Torrent
Sedaví, 1951
Fan de los falsificadores. Siempre jugando a la contra
Acaba de publicar la novela
Memòries de mi mateix (Columna, 2023)

-He tenido suerte. Todo autor lo que quiere es que lo lean, más que ganar dinero. Es un trabajo duro, aunque en la mina se está peor, pero es un trabajo de muchas dudas. Escribir es un proceso. Y en un proceso pasan muchas cosas. Una novela es un estado de ánimo. Y un día piensas que eres el más burro del mundo y el otro, el mejor. Seguramente no soy ni una cosa ni la otra.

Una novela es un estado de ánimo. Y un día piensas que eres el más burro del mundo y el otro, el mejor

-Un día, volviendo de una cena, me pararon en un control de alcoholemia. El Guardia Civil que me hizo soplar me reconoció y me explicó que en el instituto le habían hecho leer mis libros. "Espero que no me multes por eso", le respondí.

-Me parece feo decir que Memòries de mi mateix es mi mejor novela, pero es de las que estoy más satisfecho. Es la novela que quería hacer. Me lo he pasado muy bien escribiéndola, aunque al principio tenía dudas por si me estaba enrollando demasiado. La literatura no es una ciencia. No es una cosa demostrable. Es un hecho totalmente subjetivo.

ferran torrente
Ferran Torrent acaba de publicar su nueva novela, Memòries de mi mateix / Foto: EFE

-La vida es una paella, a veces te toca un muslo, otras, una ala. No tenemos derecho a la queja. Me di cuenta de que me había tocado muslo y que, por lo tanto, tenía una vida privilegiada, en el momento en que conseguí ganármela con el oficio más maravilloso: escribir.

-No lo digo yo, lo dicen los expertos: el 50% de los cuadros que circulan de Dalí son falsos. Como también son falsos el 30% de los cuadros que se exhiben en los museos. Soy fan de los falsificadores, por eso, de todos, mi personaje predilecto es el Mítico Regino. Un tipo que por circunstancias históricas se acaba convirtiendo en un héroe.

-Tenía un amigo que murió en el 2021, durante la pandemia. Solíamos quedar cada 15 días y siempre que nos veíamos nos regalábamos un libro. Con el tiempo, nos tocábamos los cojones el uno en el otro regalándonos libros que no nos gustaban. Eso lo he colado en la novela. Un detalle, el relleno del relato, que dicen, que para el lector seguramente no tendrá ningíun interés, pero sí para mí.

Soy fan de los falsificadores, por eso, de todos, mi personaje predilecto es el Mítico Regino

-Me quedaría a vivir eternamente en los años 60, 70 y 80 del siglo XX, que para mí es el siglo más importando de la historia de la humanidad. ¿Cuándo se jodió todo eso? No lo sé, pero el mundo ha cambiado más en medio siglo que en 2000 años. Tanto cambio cuesta digerir. Antes no cambiaba nada: ni el hombre, ni la mujer, ni la casa, ni el trabajo... Y eso también es aburrido, pero es que ahora... Te compras un teléfono y a la semana ya ha quedado desfasado. A pesar de que a mí me da igual porque tengo un teléfono de mierda.

-Siempre toco personajes outsiders en mis novelas. Son mis héroes a la vida. No van a la contra por ideologia, sino porque no se sienten cómodos en esta vida. Por eso se montan y mueven en lo que he denominado "segundo sistema".

-La nueva novela empieza con una pintada: "Vixca la República". De joven yo también hice pintadas. Cambiábamos los nombres de los pueblos del castellano al valenciano. Fue divertido porque, aunque alguna vez nos pilló la Guardia Civil, no sufrimos ninguna desgracia. Hay gente que durante el franquismo sufrió la represión y la tortura más extrema. Lo nuestro era un juego.

Soy una persona que no se mira el ombligo. Lo que hice en el pasado ya está hecho. Ahora tengo que hacer otras cosas

-Los cambios de destino me fascinan. A veces son malos, a veces son buenos, pero siempre son necesarios. Me gusta que pasen cosas que no estaban en el catálogo. Tengo una personalidad que prefiero la incertidumbre de ser escritor a que me paguen diez veces más por estar cerrado ocho horas en una oficina. Prefiero el riesgo.

-No he releído ninguna de mis novelas. Es mejor no hacerlo. Soy una persona que no se mira el ombligo. Lo que hice en el pasado ya está hecho. Ahora tengo que hacer otras cosas.

e62c1b30959a782b0e1e106dd6a12faaf739658bw
Ferran Torrent, presidente del segundo sistema / Foto: EFE

-A la gente de mi edad cada vez nos hace más pereza opinar. En algunas cosas ya me he retirado. Como las redes sociales. Cuando llegué a los 40.000 seguidores en Twitter, lo dejé. Sentí que me controlaban demasiado y que la gente quería que tuviera opinión de todo. Vivo mucho mejor sin Twitter ni Facebook. Ya no te hablo de Instagram ni Tik Tok. Soy una persona de pueblo. Me gusta la conversación cara a cara.

-Me han hecho propuestas para convertir en series algunas de mis novelas, pero las he rehusado. Una vez aceptas una propuesta, rompes la posibilidad de que te hagan otra. Tienes que saber esperar a que te hagan la mejor oferta. Y si no llega, ya la recibirán mis herederos. De una manera u otra, estoy seguro de que mis personajes acabarán en una serie.

Creo en cosas sencillas. Una buena comida, una buena tertulia. Creo en la gente que tengo a mi alrededor. Creo en mí mismo. Estoy seguro de que no me traicionaré

-Creo en cosas sencillas. Una buena comida, una buena tertulia. Creo en la gente que tengo a mi alrededor. Creo en mí mismo. Estoy seguro de que no me traicionaré. Creo en la libertad personal, más que en la colectiva. No confío en el colectivo. Cuando hay mucha gente que va en una misma dirección, yo siempre cojo a la contraria.

-Soy un narrador de historias desde niño y así será hasta el día que se acabe, porque todo se acaba. Un mal día lo tiene todo el mundo, pero dos... Es importante saber parar, ser consciente del momento en que lo tienes que dejar. O como decimos en Valencia: "Hasta aquí llegó la riada".