Suelen ser pequeñas, pero alcanzaron un gran valor. Las especias en principio "sólo" sirven para modificar el sabor de los alimentos, pero la gente les ha dado un altísimo valor. Probablemente, porque el sabor de los alimentos no es, en absoluto, una cosa intrascendente (en realidad, las especias se han asociado, con frecuencia, también, al erotismo). En tiempos de los romanos las especias ya llegaban, no sé sabe exactamente por qué vías, desde las islas Molucas (en Indonesia) hasta el Mediterráneo occidental. Desde entonces, el comercio no se ha interrumpido nunca. Ahora la editorial Acantilado traduce al castellano una minuciosa obra de Jack Turner, Las especias. Historia de una tentación, un ensayo en que se describe detalladamente el papel de las especias en la historia mundial (la traducción ha ido a cargo de Miguel Temprano).

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Avalancha de erudición

Jack Turner destina casi 450 páginas a analizar la historia de las especias. Y eso que cierra el libro hacia 1750, cuando las especias empiezan a perder relevancia, porque la cocina moderna deja de valorarlas. Pero antes de esta fecha, Turner nos presenta una avalancha de datos, sobre diferentes lugares, diferentes periodos, diferentes especias... Muestra todas las informaciones básicas, pero también anécdotas jugosas que sabe dosificar con destreza y que nos transportan a los palacios de los emperadores romanos, a los barcos coloniales portugueses u holandeses, o a las precarias cocinas medievales. Y gracias a esto podremos conocer la vida cotidiana de nuestros antepasados. A través de la historia de las especias, Turner nos explica mucho sobre la humanidad.

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Esclavos de las especias

Turner recuerda que el comercio de especias se sustentó, en algunos periodos, en una brutalidad equiparable a la de las plantaciones de azúcar del Caribe. La Compañía Holandesa de las Indias Occidentales (VOC) cometió todo tipo de brutalidades para conseguir que el clavo fuera un monopolio holandés. Se colonizaron las islas donde se producía esta especie y se aplastaron con toda brutalidad las revueltas de la población local (el gobernador holandés en persona, en 1650, se encargó, en persona, de torturar a un insurgente y después de rebanarle el pescuezo...). Las tropas holandesas hacían expediciones periódicas por el territorio para destruir los bosques de clavo que no controlaban y para matar a aquellos que les discutían su monopolio. En el siglo XVII la VOC ya había exterminado a los nativos de las islas de Banda, y los había sustituido por esclavos... Las especias que endulzaban la vida de algunos, eran la perdición para otros (años más tarde sucedería lo mismo con el azúcar, el tabaco y el cacao...).

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Los mitos, donde les corresponde

La historia de las especias está llena de leyendas, hasta el punto que la historia y el mito llegan a confundirlos. A las especias se les atribuían orígenes misteriosos, se aseguraba de que tenían propiedades inverosímiles, se creía que provocaban enfermedades o que curaban males, se afirmaba que existían en cantidades infinitas en el otro extremo del mundo... Turner trata de delimitar estrictamente lo que es cierto de lo que es falso. Pero explica un gran número de historias falsas sobre las especias. Porque al fin y al cabo, la historia de las especias está condimentada, en buena parte, por las mentiras que se creían sobre ellas. Las especias son las especias, y todo lo que ha creído la humanidad a lo largo de los siglos sobre ellas.

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Cata

Los romanos usaban la pimienta como regalo; era típico darlo por las fiestas saturnales. En realidad, en aquella época había comerciantes romanos en la India que, entre otros productos, llevaban especias; a pesar de todo, no explicaban demasiado lo que había en Asia, para evitar la competencia, de tal forma que proliferaron las leyendas urbanas sobre estos territorios tan lejanos. Apuleyo estaba convencido de que en la India había ríos de oro fundido. Galeno recomendaba, para el dolor de cabeza, una cataplasma con una mezcla de lombrices y granos de pimienta molidos... Algunos siglos más tarde los médicos árabes recomendarían el jengibre como un afrodisíaco que podía garantizar que los polígamos cumplieran sus deberes conyugales con sus esposas y las embarazaran a todas... Estas son sólo algunas de las historias que explica Turner en Las especias. Historia de una tentación.

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Un libro para oler y devorar

Turner consigue, con este volumen, hacernos consciente de la importancia de las especias durante una parte importante de la historia del mundo. Pero además de ofrecer conocimientos enciclopédicos, el autor es capaz de contagiar al lector su fascinación por el mundo de las especias. A lo largo de estas páginas, el lector no dejará ni por un momento de sentir los aromas del clavo, de la nuez moscada, de la pimienta... Las especias no sólo es la Historia de una tentación, como indica su subtítulo, sino que es una tentación intelectual y gastronómica en sí mismo. Es un libro que se puede acompañar de la degustación de una ratafía, con todo el aroma del clavo y la canela. Y al acabar la lectura tendremos que sellar el libro con un plato correctamente sazonado con sus especias, sea con una zarzuela con su azafrán o con la sugerente mezcla de especias de un curry hindú.