Ramon Solsona (Barcelona, 1950) es uno de los grandes nombres en activo de la literatura catalana. Después de adentrarse en el pasado de un comerciante de pianos en Disset pianos (Proa, 2019), vuelve ahora con la que es quizás su novela más ambiciosa hasta el momento: Temps enrere (Proa). Con el paso del tiempo y la familia como temas principales, el libro conecta la emigración catalana a Alemania en la década de los sesenta con la transformación de la comarca del Priorat. Casi setecientas páginas que se centran en la historia de un matrimonio, el de Elvira y Tomàs, y su evolución, y en que aparecen anécdotas y episodios que el autor ha ido recopilando a lo largo de toda su vida. "Una novela de cocción lenta", dice él.

La memoria es un elemento muy importante de la novela.
¡Mucho!

¿Está la voluntad de trazar la genealogía de las vidas de los dos protagonistas y de su familia?
Si, se llam Temps enrere porque el libro va tirando atrás y vas viendo el recorrido vital de los dos protagonistas y de sus familias. La historia empieza cuando ellos son mayores y acaba cuando son pequeños. Entonces, evidentmente, el mundo se ha transformado mucho y se va viendo como ellos dos han ido evolucionando y como el mundo de Catalunya, del Priorat, de Barcelona, etc. también lo ha hecho.

Los protagonistas ven cómo todo cambia y siente que su pasado es la "prehistoria".
Cuándo te haces mayor, empiezas a contar atrás por décadas y llegas a dudar si eres del s. XX o del siglo XIX (risas). En la novela sí que hay esta sensación que el pasado, franquismo o no franquismo, la infancia y la juventud están muy lejos. Y todavía más cuando ha habido un cambio de valores sociales muy importantes, porque el franquismo era una época oscurantista y, por lo tanto, aquello parece mentira que haya pasado.

Entrevista Ramón solsona, escriptor porta plàsenser / Foto: Carlos Baglietto

El escritor de Temps Enrere, Ramón Solsona. / Foto: Carlos Baglietto

Es un tema constante en mis novelas: la familia y el paso del tiempo salen siempre

Los episodios, sin embargo, están invertidos temporalmente. ¿Qué criterio has seguido para ordenar la historia?
El criterio es sobre todo novelar el paso del tiempo. Es un tema constante en mis novelas: la familia y el paso del tiempo salen siempre. De hecho, íntimamente tengo la convicción de que los protagonistas de la novela son tres: Tomàs, Elvira y el paso del tiempo mismo. El paso del tiempo está remarcado el muchas cosas: desde el punto de vista de los valores social a cómo va mejorando la vida cotidiana.

Tú mismo dices que el paso del tiempo es uno de los enigmas de nuestra existencia.
Si, es un misterio: no sabemos qué nos pasará ni a ti ni a mí, ni mañana ni pasado mañana. Es un juego de ruleta que depende del azar y de las circunstancias individuales. Entonces aquí el misterio lo he querido invertir un poco. Ya sabemos hacia dónde va todo. Quien no lo sabe, sin embargo, son los personajes. Cuando tú tiras atrás con los personajes, ellos no saben qué les espera, pero el lector sí que lo sabe. Y a mí esta inversión de papeles me gusta mucho.

Dices también que Temps enrere ha sido una novela de cocción lenta.
¡Si porque aquí hay muchas cosas que vienen de muy lejos, pero de muy lejos! Por ejemplo, hay un personaje con síndrome de Down que viene de cuando yo vivía en  Gracia de pequeño. Había una familia del barrio que tenía un hijo que se llamaba Ricardet y que era igual que el personaje de la novela. Te lo digo como ejemplo de un recuerdo muy antiguo. Hay muchas cosas que a lo largo de los años vas reuniendo, muchas notas tomadas, y lo vas arreglando siempre con este guion básico de decir 'el paso del tiempo'.

Crear personajes es de los momentos más intensos i excitantes de escribir una novela

¿El proceso de crear a los personajes ha sido pues de recopilar anécdotas y hechos pasados?
Hay muchos personajes. Eso me ha obligado a hacer esquemas para no perderme, porque es una novela larga y, por lo tanto, sale mucha gente. Yo no me pongo a escribir hasta que no tengo clara la historia y la estructura. Crear personajes es de los momentos más intensos y excitantes de escribir una novela. Antes de escribir los vas llenando, los vas definiendo, los vas creando. Y cuando ya lo tengo todo pensado y estructurado, entonces empiezo.

¿El proceso de escritura ha sido largo, teniendo en cuenta que el libro tiene casi 700 páginas?
Yo ahora estoy jubilado y por lo tanto no tengo obligaciones. Han sido tres años, además intensos porque prácticamente no he hecho nada más. Y la pandemia ha ayudado. Para un escritor o una persona que hace un trabajo cerrado en casa, ayuda. Aquí había trabajo.

¿Es una novela que pasa revista a la generación nacida a partir de los años 40 y de la Guerra Civil y su periplo vital?
No me atrevo a decirlo de una manera tan genérica. Los personajes no representan una generación entera. Pertenecen en una época concreta y tienen todas las ventajas e inconvenientes de la época. Hay vivencias que lo son mucho, como el franquismo, las manifestaciones, el estado de excepción, etc. Pero tienen unas características bastante concretas cada uno que les singularizan y, por lo tanto, no se puede generalizar. Por ejemplo, Elvira nace en un Priorat tan pobre que tiene que emigrar. Tomàs, que también nace en la pobreza, estudia gracias a becas porque es una persona inteligentísima. Claro está, no todo el mundo era así. Sí que tenía mucho de interés a hacer al catalán emigrado. Y que, emigrado, las pasa tan putas como el emigrante tradicional, el que viene aquí de Nigeria.

¿Por qué te interesaba especialmente la historia de la emigración catalana?
No es que sea abundante estadísticamente en comparación con todo el flujo migratorio de los años 60 de españoles que se marchaban también a Francia, Suiza y Alemania y que llevaban muchas divisas, sino que es como el reverso de la medalla. Catalunya ha sido un punto de atracción de emigración y ha venido una serie de gente a quien le ha costado mucho arraigar y que se ha tenido que sacrificar mucho, pero también ha habido catalanes que han hecho lo mismo hacia afuera. Y me gustaba este contraste.

Entrevista Ramón solsona, escriptor mans  / Foto: Carlos Baglietto

Ramón Solsona durante la entrevista. / Foto: Carlos Baglietto

No se ha explicado mucho, desde el punto de vista de la literatura catalana, la gente de fuera que ha venido aquí

¿Se ha explicado poco esta emigración?
Creo que se ha tratado poco, sí. Yo no lo conozco, al menos. Tampoco se ha explicado mucho, desde el punto de vista de la literatura catalana, la gente de fuera que ha venido aquí.

Es normal pues que cierna la idea que en Catalunya somos tierra de acogida pero no de emigrar.
Normalmente sí, aunque eso sería muy discutible en realidad. Emigración ha habido siempre lo que pasa que ha habido mucha de interior: la gente que bajaba de la montaña al valle, del pueblo en la ciudad, del campo en la fábrica... Eso es un terreno inmenso de movimiento demográfico, lo que pasa es que no está en el extranjero.

A pesar de ser emigrantes, los protagonistas parecen adaptarse muy bien a Alemania, el país que los recibe.
Sí, aunque el caso de Elvira es aparte, porque viene del Priorat. A mí el Priorat me interesaba mucho porque hay un Priorat de antes y uno de después: ¡el Priorat pobre, pero pobre de solemnidad eh!, que hasta el año 1990 encabezaba las listas de la comarca más pobre de Catalunya. Y el goteo migratorio del Priorat durante el s. XX es imparable. Y la familia de Elvira no es que sean pobres, pero las tierras no les dan lo suficiente. Lo que pasa es que a partir de los años 90 y finales del s. XX la comarca da un paseo y se ponen de moda sus vinos en todo el mundo. Entonces surge un movimiento de bodegas que cuando menos para esta sangría. En el Priorat, el que antes tenía una parcela del suelo no le servía para nada, arrancaban las cepas para plantar cualquier cosa. Después del cambio, sin embargo, tenía un tesoro.

¿Cómo llegas al interés por la comarca?
Hay un detonante que es el Centre Quim Soler del Priorat, con un alma al frente que es Roser Vernet, a quien está dedicada la novela. Ellos constatan que hay poca literatura sobre el Priorat y ponen en marcha el 'Priorat en persona', en el que cada dos años llevan en la comarca una serie de escritores. Yo fui y dije: ¡ostras, aquí hay posibilidades! Fue un detonante para que yo me fijara. El cambio este de trascender casi al mundo...

En la novela se explica la transformación de las diferentes generaciones de la misma familia respecto del vino.
Me interesaba mucho este cambio generacional. El padre de Elvira es un campesino que no tenía ganas de serlo pero se vio obligado y representa al campesino de toda la vida. ¡El vino de sus viñas lo llevaba la cooperativa, al sindicato, y venga! El cambio lo representa la nieta de este señor, que se ha formado de otra manera, que tiene unos criterios ecológicos y científicos, con bodegas hechas expresamente con unas determinadas características...

Entrevista Ramón solsona, escriptor braços creuats / Foto: Carlos Baglietto

Posado del escritor del libro Disset Pianos. / Foto: Carlos Baglietto

La novela no tiene mensaje, no tiene consigna. La novela retrata

Imagino que explicar todo eso ha exigido un proceso de documentación intenso.
¡(Risas) Han sido carpetas y carpetas! Por ejemplo de la emigración en Alemania de los años 60 cuesta mucho encontrar gente, porque todos son muy mayores. Y muchas otras cosas: la geología, cosas de la época... En qué momento se prohíbe fumar en los aviones, en qué momento desaparecen los disquetes, en qué momento tú ya te puedes conectar por correo electrónico, etc. Y no digamos el vino y la viticultura. Por suerte aquí hay gente que me ha ayudado mucho en el tema.

¿Qué explicaban en las entrevistas los catalanes emigrantes sobre marcharse?
Sobre todo la dificultad en adaptarse a un país imposible. Es lo mismo que pasa siempre en todas partes: la lengua, la comida y el clima. Te encuentras con que para una persona de una lengua románica no pilla nada de alemán. De los emigrantes en general decían 'por un par de años que tengo que estar, yo no aprendo alemán'. Estos dos años eran, de hecho, un hito bastante repetido. Muchos pensaban estar dos años, ahorrar y volver y comprar un bar, un taxi, hacerse una casa, etc. A la hora de la verdad no era posible porque los impuestos se llevaban mucho más de lo que la gente se pensaba.

¿Qué dice sobre la familia Temps enrere?
La novela no tiene mensaje, no tiene consigna. La novela retrata. De la familia del comienzo, más tradicional, a la de los hijos, hay una transformación importante, que se debe a la misma transformación de la sociedad. En el caso de España, todo estaba agravado por unas leyes muy retrógradas que unían mucho a la mujer. Hay una evolución del concepto de familia y también hay una importancia de los afectos familiares, que condicionan la vida de las personas.