"He nacido en Tortosa, soy millennial, me gusta la libertad y la verdad. Ahora vivo en París (desde hace casi 8 años) después de haber pasado por Barcelona, Berlín, Nueva York, la Coruña y Tarragona". Pepo Moreno es uno creativo que pasó del marketing y la comunicación, trabajando para compañías como Carolina Herrera, Prada y Paco Rabanne, a la producción artística. Dice que al principio de todo sentía que la palabra artista le venía un poco grande. Ahora ya se siente cómodo con ella. "Considero que ser artista es mucho más amplio que lo que creíamos y aquí me incluyo yo y muchas otras personas". Nosotros lo hemos descubierto con This Is a Gay Book (Paripé Books, 2022); libro recopilación de sus dibujos. Una especie de galería de sus obsesiones en que Pepo nos interpela exponiéndonos un universo en que la norma es ser gay.
Un pez fuera del agua
Pepo Moreno se sincera. Admite que no sabría decir si siempre ha tenido esta pulsión por cuestionarlo todo. Sí que recuerda, sin embargo, que había días que se sentía como un pez fuera del agua. Y eso le hacía ver las cosas a través de un filtro poco habitual. "Cuando eres diferente, te sientes amenazado de alguna manera, especialmente cuando te das cuenta de que la diferencia, muchas veces, implica marginación". Si se le pregunta si siempre se ha sentido diferente del resto, él contraprograma preguntando de qué resto. "Supongo que cuando era un adolescente, sí. Después, la vida te lleva a conocer gente más afín a ti y ves que, ni eres tan diferente ni tu historia es tan única. Te sientes abrazado y en comunidad. Eso pasa mucho en la comunidad LGBTQ+: encontramos a los amigos más tarde, ya bien entrados en la veintena, y entonces la perspectiva de vida también te cambia: ya no eres el rarito sino uno más".
De Tortosa a Nova York
Pepo admite que, para lo bueno y para lo malo, Tortosa ha tenido influencia mucho más importante de lo que él creía en la construcción de su personalidad. De hecho, reconoce que tiene ganas de poner un pie en el terreno después de pasar mucho tiempo fuera. "Me gustaría tener un estudio allí y poder pasar temporadas entre Tortosa y París. Work in progress". Hubo una época en que lo único que pensaba Moreno era marcharse de la capital del Baix Ebre. "Tenía muchas ganas de viajar solo y conseguí unas prácticas en una revista". En Nueva York sólo pasó unos meses, después se mudaría a Berlín, donde vivió casi cuatro años. Este septiembre volveré a Nueva York para exponer. Allí he trabajado mucho. Tengo muchos amigos. Incluso tuve una pareja de allí. La última vez que fui fue febrero del 2020, justo antes de la pandemia. Volver para exponer es muy emocionante".
Regreso al pasado
El autor de This Is a Gay Book explica que siempre ha sentido cierta pulsión artística. Quizás porque sus padres y sus hermanas ya eran gente creativa. "En casa el arte siempre estaba presente, pero nunca impuesto. De pequeño hacía obras de teatro, pintaba muchísimo... No creo que sea nada especial, todos los niños hacen eso". La diferencia es que Pepo lo ha seguido haciendo. De pequeño, sin embargo, el dibujo también era una herramienta para intentar decodificar el mundo, el suyo y el que le rodeaba. "Los secretos que tenía, los miedos... Todo eso lo dibujaba y después lo rompía. Había cosas que sólo podíamos saber yo y los dibujos". De alguna manera, This Is a Gay Book es un retorno a aquellos años. "Creo que hay un punto de juego y diversión. No pienso mucho en la técnica (no sé) y me centro en el mensaje, el color". Si se le pide por sus referentes artísticos de entonces y los actuales, cita un pantone de referentes que van de Picasso al anime, los dibujos de Pilarín, el porno gay de los años 70 y 80... "Pero sobre todo, Mariscal. Adoro su trabajo desde siempre".
El jersey verde que era gay
A finales del año pasado, Pepo Moreno participó de una exposición en el espacio La Sala de Barcelona. Un proyecto comisionado por el artista (y amigo suyo) Albert Madaula, que se presentó con el nombre de TOT ÉS GAY: un glosario de objetos, personajes y acciones que, por arte de magia, se volvían homosexuales. "Estaba en Menorca con unas amigas y una llevaba una camiseta verde. Me recordó una anécdota de cuándo era pequeño, cuando me hicieron bullying por llevar una camiseta que, para los otros niños, era de marica. Resulta que otro niño de mi clase llevaba la misma camiseta: quien hacía la camiseta marica era yo, no la camiseta". De aquel recuerdo surgió 'This green is gay', el primer dibujo de la serie del Pepo.
Y entonces llegó la pandemia y, cerrado en su piso de París, Pepo reanudó la pasión por el dibujo. "Vi que todas las piezas funcionaban muy bien juntas y que había una historia por explicar". Una colección de pinturas que antes de convertirse en libro fueron exposición. "Siempre digo que el libro es propaganda gay escondida bajo la forma de un libro para niños, para, precisamente, criticar la idea (inventada) de propaganda y lobby gay". Justamente, este potencial para crear incomodidad es el que le interesa como artista: si todo es gay, ser hetero es minoritario.
El libro es propaganda gay escondida bajo la forma de un libro para niños, para, precisamente, criticar la idea (inventada) de propaganda y lobby gay
Ironía y activismo
"Cuando vi el resultado de la expo en forma de catálogo digital, me dije que podría tener el potencial para editar un libro". Una idea que Pepo trasladó a su amigo Patricio Binaghi, editor de Paripé Books. Tres meses más tarde se publicaba This Is a Gay Book, libro con diseño de Setenta, icono de la cultura editorial de Barcelona, del cual ya se han imprimido tres ediciones. "Creo que todo lo que hago se puede leer desde una perspectiva irónica y activista a la vez. No censuraré nunca a alguien que le provoque reír lo que hago: de alguna manera esta es la intención, hacer ver que el sistema que han construido no tiene ni pies ni cabeza. Creo que todas las lecturas que se hacen de mi trabajo son correctas, pero quizás la más válida es aquella que habla de la empatía, la libertad y la vulnerabilidad". Actualmente, los dibujos del Pepo también se encuentran expuestos a Berlín. Desgraciadamente, no hay ninguna propuesta para traerlos a Catalunya. "En Barcelona no tengo nada programado, pero tengo un proyecto en Madrid en septiembre. Y, evidentemente, me gustaría mucho poder hacer alguna cosa en las Terres de l'Ebre en algún momento. Además, en octubre expongo en Nueva York, una exposición esponsorizada por Maison Kitsuné". Antes, a finales de julio, volverá a casa a pintar. "Y a hacer alguna visita al Delta del Ebro".