Tres mujeres y un cadáver. No tienen ningún nexo en común excepto el joven muerto. Nada es lo que parece. La arquitecta británica de best-sellers Paula Hawkins, autora de La chica del tren vuelve a la actualidad editorial con A fuego lento (Columna, 2021), novela criminal con todos los ingredientes para deleitar a los fans del género. Y es que 27 millones de lectores por todo el mundo no pueden estar equivocados. Tú tampoco. Entrevistamos a la escritora del momento (con permiso de Sally Rooney).

Y por fin ya tenemos aquí: A fuego lento, el nuevo libro de Paula Hawkins.
Este espacio de tiempo entre que acabas de escribir y publicas tu novela, es seguramente el momento en que siento más nervios.

¿Por qué?
El libro ya está escrito, ya está aceptado por la editorial, ya está corregido, ya está editado... Ya no puedes hacer nada. Ya está en manos de los traductores para que se hagan las diferentes ediciones internacionales, y sólo hay que esperar las primeras crìticas.

¿Haces caso de las críticas, las lees?
Siempre buscas respuestas. Cuándo tu libro llega a la librería es una sensación indescriptible de alivio. El lector ya lo puede tener, ya lo puede comprar, ya lo puede leer. Una vez llegados aquí, es cuando se completa el proceso. Hasta que no llega este momento, la novela no es real del todo.

La novela negra es la mejor manera para entender el mundo

El manuscrito de A fuego lento ha sido protegido con unas medidas de seguridad espectaculares para una novela: contratos de confidencialidad para todo el mundo que tuviera acceso, etc. Más que un manuscrito parecía que se tratara de altos secretos de Estado. ¿Cuál es la primera persona que lee tus manuscritos?
Mi agente. Hace años que trabajo con ella, y es la primera persona que lee lo que escribo. Ella y mis editoras. No acostumbró a enseñar mis textos a gente de mi entorno emotivo: ni mi pareja, ni familiares, ni amigos

Tendrían que ser las personas que en generasen más confianza.
Sospecho que no serían del todo sinceras con sus opiniones. Cómo quieres que la gente que te ama te digan la verdad si lo que escribes no les parece lo bastante bueno. O cómo puedo enfadarme yo con ellos si me dicen que lo que he escrito no les ha gustado. Creo que es mucho mejor dejarlo en un terreno estrictamente profesional.

A fuego lento es una novela confinada: la escribió los meses que estuvo cerrada en casa por culpa de la pandemia.
Fui ser extremadamente afortunada. Cuando va empieza el confinamiento ya tenía muy adelantada|avanzada la idea de la novela y los personajes. Tenía un borrador y sabía hacia dónde quería ir y qué tenía que hacer. Sin tener ningún tipo de distracción|descuido más allá de escribir, porque no podía salir ni podía hacer nada, fue un buen momento por sentarse y escribir la novela.

¿Qué habría pasado si el confinamiento lo hubiera cogido sin ninguna idea?
Me habría sido muy difícil crear. Seguramente me habría bloqueado. Nadie tenía ni idea de qué estaba pasado ni hacia donde|dónde íbamos. A fuego lento no es una novela sobre la pandemia, ni mucho menos, pero sí que hay alguna cosa en el estilo.

¿Cómo?
La soledad de muchos de los personajes de la historia. Las desigualdades. La oscuridad. Todos estos temas se van accenturar con el confinamiento. La gente que vive sola quedó muy aislada. Y las personas que vivían en situación precaria financieramente, se volvieron mucho más vulnerables. Excepto eso, no es una novela sobre la pandemia, ni mucho menos. Tampoco me atrevería ni querría hacerla.

Con todo, la novela negra, el thriller, es uno de los géneros que mejor capta la realidad del momento.
La novela negra es la mejor manera para observar, entender y decodificar la sociedad y el mundo en que vivimos. Lo que yo escribo, hasta cierto punto, es un reflejo de lo que la gente está pensando. En la novela negra, el elemento principal es el conflicto, pero tienes espacio para escribir sobre muchos hechos y mucha gente. Y eso es necesario pero también es un riesgo.

¿Por qué?
Porque hablamos de vidas, de muertos, de crímenes. En la novela negra puedes plantearte y explorar los conflictos que acontecen a la sociedad actual: inmigración, desigualdad económica...

En A fuego lento todo nace con el personaje de Laura, que a la vez es su favorito.
Sí, todo empezó a ella, Laura. De hecho, mis novelas siempre empiezan así.

¿Con un personaje?
Sí, me viene un personaje a la mente y construyo la historia a su alrededor. De hecho, esta es la gracia, ver qué historia construiré a partir de este personaje central. En este caso fue Laura.

¿De dónde surge, Laura?
Un amic d'un amic em va explicar una història d'algú que coneixia. La filla d'un amic seu havia tingut un accident greu. A partir d'aquest fet va començar a experimentar canvis en el seu comportament, Em vaig començar a preguntar què significava això: si patim un gran accident el món ens sembla diferent? No pots expressar el que sents com t'agradaria expressar-te i, pitjor encara, el món no t'entén i a més a més et jutja perquè ningú no entén com et comportes. La Laura és algú per a la qual el conflicte és el seu pa de cada dia. Per això em va semblar tan interessant. A foc lent és una novel·la sobre els traumes del passat i com convivíem amb ells i intentem superar-los. Té moltes capes de dificultats a les quals ha d'enfrontar-se dia a dia.

Paula Hawkins
Paula Hawkins: La chica del tren ahora escribe asesinatos A fuego lento

Una persona con qué es fácil empatizar.
Porque es vulnerable. No hace lo que hace para que sea mala. Ella tiene unos retos y unos desafíos en la vida. Este es el tipo de personajes que me gustan.

Pero una novela tiene que ir mucho más allá de un personaje.
¡Claro! Tiene que tener una buena historia. Me gusta mucho pasear por los canales de Regent Street, en Londres, donde hay las barcazas amarradas. Un escenario muy interasante. Una comunidad justo en medio de Londres pero con una personalidad totalmente diferente. Un rincón que en ciertos momentos puede parecer un poco siniestro. De la fusión del escenario y el personaje de Laura surgió el resto de A fuego lento.

Todos tus personajes, en las novelas pasadas y en esta también, son poliédricos. Todos tienen capas y matices.
Los personajes tienen que ser reconocibles y parecer reales. Hay buenos y malos, pero todos tienen matices. Y este espacio de indefinición es el que los hace interesantes. Estas contradicciones son las que hacen que aparezcan el drama y el conflicto. Si todo el mundo es muy bueno o todo el mundo es muy malo, la narración acabará siendo amuermadamente lineal. El mundo es así. Y así es la gente real. Y yo quiero que mis personajes parezcan reales.

Escribir una novela es como conducir de noche, no ves más allá de donde llegan las luces pero sabes que la carretera continúa hasta llegar en tu destino

¿Cómo trabajas las tramas?
Desde el principio sé dónde quiero llegar, sé cuál es el final y sé quién es el asesino y sé por qué ha hecho lo que ha hecho. Pero siempre dejo un margen para la improvisación, porque las ideas más interesantes aparecen cuando estás escribiendo, observando cómo interactúan los personajes entre ellos. Escribir una novela es como conducir de noche, no ves más allá de donde|dónde llegan las luces, pero sabes que la carretera continúa hasta llegar a tu destino.
De tus novelas, justamente, siempre se dice que nada es lo que parece, tal vez porque no nos deja ver más allá de donde llegan las luces del coche.
Los lectores de novela negra esperan un asesinato, suspense|suspenso, misterio y un giro inesperado. Pero no necesariamente tienes que ofrecer a los lectores todo el que se esperan. No se tiene que forzar el relato ni la construcción de los personajes. Todo tiene que salir de una forma mucho más natural.

¿Te diviertes escribiendo?
Mi vida ni es bohemia ni interesante. Lo que yo hago es bien aburrido. Cada día, después de levantarme, salgo a pasear. Es cuando vuelvo que me siento a escribir hasta media tarde, hasta que se me acaban las fuerzas y me pongo a leer o asunto otras cosas. Funciono mucho mejor por la mañana. Y también es cierto que cuando empiezo una novela me marco retos: escribir mil palabras cada día.

¿Lo consigues?
Eso sólo es al principio. Después cojo ritmo y no importa cuántas palabras escribo mientras oiga que el relato ha avanzado.

A fuego lento es una novela la gran mayoría de los personajes sueño mujeres y dónde la maternidad está mucho presente.
De hecho, hablo mucho de la maternidad a mis novelas, y una maternidad que no es feliz. Gran parte de las veces: alguien quiere ser madre y no lo consigue o es una mujer que ha vivido una tragedia con uno de sus hijos.

A qué se debe esta reiteración.
Pues es un hecho que me pregunto a menudo. Yo no soy madre. De hecho, la maternidad, la paternidad, son términos que me dan un poco de miedo. Encuentro que tiene que ser muy difícil. La maternidad siempre se nos ha vendido como una cosa maravillosa y estupenda. Y supongo que sí, que lo es para la mayoría de la gente, pero no para mis personajes, gente que acostumbra a vivir un poco al margen de lo que la sociedad considera normal. Tiene que ser devastador oír que eres una mala madre que no cumple con las expectativas que ha creado la sociedad.

Curiosamente, el único personaje masculino, Teo, es que tiene más similitudes contigo.
Espero no parecerme mucho a Teo (risas). Pero entiendo lo que quieres decir: es un escritor que vive un éxito abrumador cuando publica su primera novela y tiene que encarar toda la presión que viene después. Me lo he pasado muy bien, trabajando Teo. Fue muy interesante para mí escribir sobre escribir, sobre los escritores y la industria de la literatura.

Una novela que nos sitúa en un espejo y nos hace preguntarnos qué seríamos capaces de hacer en determinadas situaciones.
Así es como me planteo las historias. Puede ser que leyendo el diario lea una noticia o, como en este caso, que alguien me explique un hecho, me pongo en la otra banda|lado, y me pregunto qué habría hecho yo en aquellas circunstancias. Me fascina cómo reaccionemos cuando tenemos un trauma. El dia siguiente, las consecuencias más inmediatas o 10 años después. Cómo vivimos con ello y cómo lo gestionamos,

¿Escribir la ayuda a superar sus traumas?
Sí. Escribir me ha ayudado a superar algunos hechos traumáticos. Escribir ha sido terapéutico. Nunca he ido a terapia. Quizás tendría que ir, ahora que lo pienso. Pero yo he encontrado la salida a las angustias escribiendo ficciones. Miedos que no se marchan, pero que encaras de otra manera.

¿Ya le han comprado los derechos de A fuego lento para rodar una película?
Todavía no, pero espero que pase.

La película de La chica del tren tuvo tanto éxito como el libro.
Me gustó mucho, la película. Hay lectores que criticaron mucho que la acción pasos de Londres en Nueva York, pero creo que mantuvieron la esencia de la historia. Además, el reparto, con Emily Blunt al frente, estuvieron espectaculares. Aunque admito que eso de las películas basadas en libros es peligroso.

¿Por qué?
Yo como lectora de libros es difícil que me gusten las películas que se basan en ellos. Encuentro que seguramente es más difícil de aceptar para un lector que para un autor.