"Hoy tengo un poco de dolor de garganta", avisa Lluís Llach. "Pero eso es bueno. Quiere decir que voy bien. Cuando estaba en activo, siempre antes de un concierto sufría de dolor de garganta. Una manía que parece que no he perdido". Son las 10 de la mañana del miércoles y poco a poco la sala Luz de Gas se va llenando de músicos: Joan Reig, el batería de Els Pets, Suu, Montse Castellà, Natxo Tarrés... Y finalmente llega él, una de las figuras más relevantes de la historia de nuestra música popular. Retirado de los escenarios y la composición desde 2007, el autor de "L'estaca" ha decidido volver a la actividad por una sola noche. Será este próximo sábado 18 de diciembre en el Palau Sant Jordi acompañado de amigos y colegas de gremio a los que admira en una velada de apoyo a Debat Constituent, colectivo que promueve un proceso participativo transversal, inclusivo y plural con el que establecer las bases del futuro político de Catalunya. Llach aparece por el escenario de la sala de la calle Muntaner y a dos voces con Montse Castellà revive los primeros versos de "La gallineta". Cuando acaba, asegura que está perfecto de voz, pero fatal de memoria. La cantautora ebrense se lo mira y admite que "eso del teleprónter es un gran invento".

 

¿El del sábado es un acto cultural o político?
Es un acto eminentemente artístico. Las canciones están pensadas mucho en el sujeto de lo que es el Debat Constituent, y eso implica el cuestionamiento de muchas cosas: desde el propio país y su identidad hasta las diversas crisis que estamos sufriendo: educación, cultura, energía, vivienda, el sistema económico... Justamente esto es el Debat Constituent, un espacio en el que la gente pueda decir, opinar y desahogarse. Pero, nuevamente, el concierto será un acto estrictamente artístico. Un acto de sensibilidad, de estética... La semántica tiene que estar en el contenido del mensaje. No tenemos que hacer un panfleto.

 

Lluis Llach - Carlos Baglietto
Lluís Llach vuelve este sábado al escenario en un concierto de apoyo a Debat Constituent / Foto: Carlos Baglietto

Este concierto es un acto artístico. La semántica tiene que estar en el contenido del mensaje. No tenemos que hacer un panfleto

¿Echabas de menos los escenarios?
¡No! (risas). Siempre había pensado que echaría de menos la composición, porque es un acto íntimo de desahogo de fantasmas interiores. Pero ha resultado que, cierto, he acabado echando de menos más al público que la composición. Y eso ha sido una sorpresa. Pero este no ha sido el motivo por el cual he vuelto, sino que lo he hecho porque creo en lo que propone Debat Constituent, un colectivo de gente que conozco y del cual formo parte desde el primer momento. Pasa que me siento demasiado conspicuo, demasiado visible. Pero me parece una iniciativa maravillosa, incluso si fracasamos con nuestros propósitos. Y si no queremos pedir ayuda a nadie, si no queremos depender de nadie, si queremos ser absolutamente libres, teníamos que tener una financiación propia.

¿Así surgió la idea del concierto?
Sí. Un recital que tenía que ser diferente de como acabará siendo, pero del cual estoy muy contento de cómo ha acabado saliendo.

El concierto ha sido convocado en poco más de un mes. Hay cierta sensación de urgencia.
Debat Constituent no es un grupo empresarial. Somos un grupo asambleario con una coordinadora nacional de veintipico miembros. Un acto como este se tiene que consensuar en grupo, teniendo en cuenta, además, previsiones de covid. Y justo cuando nos ponemos de acuerdo, empiezan a surgir los problemas. Cada día hay más contagios, y a medida que aumentan las cifras, la venta de entradas flaquea. Quizás yo no he sido capaz de seducir a la gente como tocaba.

Con más tiempo...
Somos lo que somos y llegamos donde llegamos y asumimos lo que asumimos. Con todo, todavía quedan días y sólo quedan 3.000 entradas a la venta. El Palau San Jordi estará lleno.

¿La música puede cambiar el mundo?
No he creído nunca que la música pueda cambiar el mundo. La música puede acompañar a la gente que quiere cambiar el mundo y darle motivaciones. Es lo que hizo Víctor Jara en Chile, lo que he hecho yo aquí. Es lo que ha hecho muchísima gente: Raimon, Ovidi... Nosotros acompañamos a la gente y les decimos que no están solos en su lucha. Porque en esta sociedad, la gente que quiere cambiar o recambiar un sistema se siente muy abandonada porque no tiene micros. Que de golpe haya un medio de comunicación con la fuerza de la canción, que diga que no queremos las migajas sino el pan entero, es muy importante. Por eso somos tan peligrosos y por eso el franquismo nos perseguía. Y por eso los grandes medios nos apartan. Pero yo estoy muy contento de estar apartado.

 

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Lluís Llach actuará acompañado de amigas y colegas de gremio a los que admira / Foto: Carlos Baglietto

La música puede acompañar a la gente que quiere cambiar el mundo y darle motivaciones

Ser altavoz de los que no tienen micrófono es una gran responsabilidad
Sí. Y es una responsabilidad que a veces uno no se siente preparado para asumir. Pero como el desierto es tan inmenso, aunque seas un cactus, vale la pena estar. Del mismo modo, soy consciente de que la canción, como los videojuegos, han pasado a formar parte de la maquinaria de alienación de la juventud. No sólo eso, sino que imponen otro sistema de valores: posesión, machismo, violencia...

El sistema ha engullido y manipulado el poder de la música.
Y censura... Todo lo que quieras y más.

Cuando te despediste de la música el año 2007, escribiste de urgencia el tema "Verges 2007". ¿Has compuesto algo especial para, a pesar de que efímero, este retorno?
No. Nada de nada. No, no.

¿Y a lo largo de estos 14 años no has escrito, no has compuesto nada?
No. Tengo alguna melodía inacabada que todavía me ronda por la cabeza y que algún día me gustaría aprovechar. Pero ya no me siento con el ánimo de hacerlo.

¿Ya has pensado el repertorio?
Todavía no del todo. Estoy haciendo el orden y las presentaciones. Pero si canto "no és això companys, no és això", el contenido político es clarísimo: "hacia donde vamos, no vamos bien". Esta es una apreciación personal no vinculada a Debat Constituent, pero creo que estamos en una etapa errónea del post-155. Y si canto "Silenci" o "La gallineta" ya hay un mensaje implícito. Todo el recital está pensado a partir de todo eso. Hay una canción que cantaré acompañado que habla de la situación de la gente sexualmente marginada y abusada.

¿Tocarás "L'estaca"?
Esta vez sí. No la cantaba porque es una canción que ya no es mía, es de la gente. Y así lo demostraremos el sábado.

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Natxo Tarrés, de Gossos, es otro de los invitados del concierto del sábado / Foto: Carlos Baglietto

Estamos en una etapa errónea del post-155

A tu lado habrá nombres destacados de la escena musical del país como Els Catarres, Joan Dausà, Montse Castellà, Suu, Joan Reig...
Artistas que he escogido por estima y admiración. Y Natxo Tarrés de Gossos quiero que esté por un motivo concreto, Suu por otro y Montse Castellà por otro. En su caso concreto, por la territorialidad, que es uno de los debates internos más importantes que tenemos en Debat Constituent: qué hacemos con el territorio. El país sufre un equilibrio bestial y muy probablemente el territorio tiene que tener otro tipo de voz. ¿Tenemos que ser una república federal?

Hace muchos años que no subes al escenario. ¿Cómo está la voz?
La voz, bien. La memoria, fatal.