"Ets una espècie en extinció, ets un planeta nou". Así empieza el nuevo disco de Intana, una de las voces más especiales de nuestro entorno sonoro. Toda una declaración de intenciones que mezcla con mucho gusto su preocupación por la emergencia climática con imágenes costumistas, metáforas naturistas e ideas reflexivas. Hablamos con Núria, nombre real de Intana, para saber más sobre este nuevo trabajo.

Planeta nou es un título que sólo con dos palabras resumen el concepto general del disco a la perfección. ¿De dónde salió la idea?En realidad la idea salió de algo muy secreto que no puedo decir. Surge de algo muy personal y, a partir de ahí, me di cuenta que era un nombre muy potente que representa un poco cómo me siento, las cosas que me preocupan, me motivan... Me he tomado este disco como una oportunidad para ligar todo lo que forma parte de mí. Yo me dedico a la investigación en el mundo de la arquitectura con temas relacionados con la ecología y tengo algo de ecoansiedad. Todo esto lo he intentado sacar a partir de la música, pero desde un punto de vista más positivo y luminoso, por no quedarme en la distopía y de ahí la idea de crear una utopía a través de la música.

Quiero crear una utopía a través de la música

El sonido de este disco parece un poco la conclusión de un proceso de autoconocimiento.
Sí. Yo cuando era adolescente escuchaba mucho punk pop, tenemos referencias muy guays de aquella época. Yo me siento muy identificada con Phoebe Bridgers. Somos de la misma generación y venimos de las mismas referencias musicales. Yo he intentado unir esa energía del punk pop con letras melancólicas, con un folk o canciones más intimistas, como las de Bon Iver, llevadas a las sonoridades del pop indie actual. Este disco ha sido una conclusión del sonido Intana en el momento en que nos encontramos.

El disco empieza con una canción que sónicamente es bastante más diferente al resto y me sorprende que empieza muy arriba con tu voz al segundo cero.
Me permití la licencia de probar un tema que tuviera una producción diferente al resto del disco. Pensé que fuera el pistoletazo de salida y que fuera una canción que me lo pasara bien haciéndola. Me puse a escuchar sonidos de Billie Eillish o Taylor Swift, y jugué con esto porque me apetecía. A su vez, conceptualmente es una declaración de intenciones de la temática del disco.

Intana 2
Intana acaba de publicar su nuevo disco, Planeta nou.

¿El disco cuánto tiene de utópico y de distópico? A mí me cuesta diferenciar la génesis de los dos términos, en el sentido que muchas veces uno nace a raíz del otro.
Realmente a mí me cuesta conseguir un equilibrio entre las cosas que me decepcionan y me frustran del mundo que nos ha tocado vivir: emergencia climática, desigualdad sociales... y la esperanza de creer en un mundo mejor. Tengo esta dualidad dentro que va muy ligada a la dualidad que tenemos todos entre ser más melancólicos o más optimistas. Realmente, las canciones reflejan esta dualidad, nacen desde esa distopía que nos rodea y dije: "venga, voy a crear una utopía", y entonces me salen todas las dudas. De hecho, existen diferentes capítulos que son más distópicos, y sobre todo hay muchos temas que están dentro del apartado dualidad; me daba cuenta de que hablaba de ambas cosas. Del sí pero no, de cómo manejar todas estas incertidumbres. Cómo aprendo a vivir centrándome en las cosas que encuentro más esenciales en un mundo que se hunde y de esto habla mucha gente: cómo amar, cómo crear arte en un mundo que se hunde, qué sentido tiene hoy en día esto. Pero, claro queremos seguir amando, teniendo relaciones de amistad, creando música... Y cómo enmarcamos esto dentro de esta amalgama de sensaciones distópicas.

En el disco utilizas conceptos como 'especie en extinción', pero dándole un valor positivo, o 'planeta nuevo', como alguna cosa positiva cuando esta idea implica que necesitas un planeta nuevo porque el antiguo ya es inhabitable.
La utopía nace en respuesta a la distopía. Hay gente que dice que las distopías son necesarias para hacernos abrir a los ojos y actuar al respecto, pero yo creo que es más importante apostar por las utopías: en el pensamiento, en el urbanismo, en las políticas... Si ya ni te lo propones, seguro que no lo vas a conseguir. Sí que es verdad que existe esa oposición entre contrarios en el disco.

Hay gente que dice que las distopías son necesarias para hacernos abrir en los ojos y actuar al respecto, pero yo creo que es más importante apostar por las utopías: en el pensamiento, en el urbanismo, en las políticas...

¿Cuál es tu opinión sobre la problemática climática?
Yo lo veo muy negro, muy distópico (Risas). No, a ver, yo me enfado y me frustro mucho. Muchas veces son cosas que nos afectan y, en ocasiones, llegamos a la situación en la que preferimos no saber de política, no votar o no mirar las noticias porque es muy duro. Ésta es una opción, porque debemos protegernos e intentar vivir, que ya es suficiente dentro de nuestras circunstancias. Al mismo tiempo es necesario que miremos la realidad de cara y nos enfrentamos a ella y hagamos propuestas. Yo lo intento en todo lo que puedo a nivel personal, profesional y artístico. Aún así, todos tenemos nuestras contradicciones y no hay nada perfecto, pero ha llegado el momento en que debemos reivindicar que todo el mundo se implique. Sobretodo, a mí lo que me desespera es la gente inmovilista. Yo, por ejemplo, me enfado con la generación de mis padres. Hay gente que ha hecho un recorrido y es más consciente, sin embargo otros siguen en contra de iniciativas de este estilo. Prefieren tener sus comodidades de neorico en este mundo neoliberal capitalista en la que se ha puesto por delante la productividad y el consumo, de las necesidades básicas y los derechos colectivos de vivir con salud. Pues yo me enfado con estas personas.

Volviendo a tu música. Es la primera vez que haces un disco conceptual. ¿Hasta qué punto la pandemia es la culpable de eso?
Yo no creo que sea tanto por la pandemia. Aun así, sí que tienes toda la razón de que en el primer disco hice unas canciones en mi habitación y decidí hacerlas crecer juntos y al grabarlas, las grabamos todos a la vez y salió algo muy orgánico y acústico vinculado al directo. El segundo disco cogimos todas las canciones que tenía hechas y decidimos atarlas y ponerlas en un saquito y ya está. Por eso, había cosas más distintas en cuanto a sonoridad, idioma, ritmos... Con este tercero sabía qué sonido buscábamos, que estamos haciendo y que estamos yendo a buscar. Yo también he hecho un camino personal durante ese tiempo. Empecé Intana con 23 años y ya tengo 30. Empiezo a tener una idea de quién soy y quién quiero ser. Vi que yo soy esa persona ahora y decidí expresarlo a través de un disco conceptual. Por deformación profesional, como arquitecto, mi trabajo es crear proyectos. Y por eso, en este proceso me he involucrado en todo: hay un concepto, un hilo conductor, hay diferentes capítulos, referencias estéticas, un imaginario... Además, todo lo que acompaña al disco está basado en la economía circular: la escenografía está hecha de plástico 100% reciclado, el vestuario está hecho con mermas de tejidos orgánicos y reciclados, estamos preparando una edición especial del CD con un proyecto de innovación hecho con fabricación digital con impresora 3D a partir de residuos del contenedor amarillo de Barcelona. Me lo he tomado como una manera de juntar todo lo que me motiva y me gusta, y tenía sentido hacerlo con esa coherencia.

Está claro que el ecologismo es el hilo conceptual del disco, pero, al fin y al cabo, es un disco que, principalmente, habla de amor .
Efectivamente. Yo en este disco he intentado hablar de estos temas, pero a través de metáforas muy cercanas a lo cotidiano, a las escenas domésticas del día a día, a relaciones sentimentales, a cosas que sentimos cercanas y propias. También es porque cuando digo que busco una utopía, lo que busco es no tener que sufrir por el futuro del planeta y centrarme en estar bien conmigo misma, en tener tiempo para hacer canciones, en poder amar, en poder conectar con la naturaleza y las cosas que me aportan paz y me hacen ser feliz. En las canciones no sé hablar de otra cosa. Me ha gustado poder celebrar el costumbrismo y las domesticidades. Me gusta mucho cuando algunas cantautoras escriben hablando de la realidad y del día a día de una forma muy directa y sin filtros. Allí está la verdad, la genuinidad, las cosas con las que conectan; también te muestras vulnerable con estas escenas. Por eso tenía mucho sentido hablar de estos temas.

¿Y cómo creaste el ambiente para poder construir todo este concepto?El proceso de cómo y dónde escribí el disco tiene mucho que ver con el ecosistema del que formamos parte y todas estas ideas de las que estamos hablando. Hice dos estancias creativas en una casa en medio de la nada. Muy conectada con el paisaje, desacelerando y dedicándome sólo a tocar la guitarra, leer... No ser productiva por una vez en mi vida. Fue un regalo que me hice para poder escribir canciones. Hay muchas ideas del disco que te llevan a la vegetación, al río, a la luna... todas esas imágenes que me rodeaban y tenía la suerte de poder apreciar por un momento.

En las canciones no sé hablar de otra cosa. Me gusta poder celebrar el costumbrismo y las domesticidades

No es un disco que se pueda escribir en un piso a Barna.
Tienes toda la razón, este disco no podía escribirse en un piso Barna. De hecho, no he podido escribirlo en mi piso. Mira que estoy a gusto en mi piso, pero no he conseguido tener un espacio, más mental que físico, para escribir canciones en la rutina que me lleva la ciudad, que está muy vinculada al trabajo. Y qué pena que así sea. Deberíamos poder tener todos los espacios mentales que necesitamos en el lugar en el que vivimos. Es un disco que habla de otras velocidades y referencias, y un poco he tenido que buscarlo. Si no me hubiera reservado ese tiempo, este disco no estaría aquí o seguro que no sería así.

¿Pudiste no ser productiva?
En realidad, tiene una contralectura bastante perversa. Cuando estoy haciendo música, también estoy produciendo de otra forma. Desgraciadamente, no vivo exclusivamente de eso, también me gustan el resto de trabajos que hago, pero es otra forma de ser productiva. Para mí, no lo estoy haciendo tanto porque el último motivo por el que hago música es por el dinero. Por tanto, aquí las prioridades son otras. Necesité unos días de transición, de aterrizar e ir bajando marchas. Leí mucho, busqué referencias que me han inspirado el concepto y la estética del disco.

Y si ahora, de repente, pudieras vivir sólo de la música. Entrarías en una gran contradicción.A veces, con los intanos, el resto de la banda, nos rallamos con este tema. Para nosotros, hacer música con Intana es literalmente un refugio y una apuesta muy personal para la que por otra parte nos escañamos por trabajar y cubrir unas necesidades básicas. Ellos son profesores en escuelas de música y vamos de culo para después tener una pequeña parcela de la vida y hacer las canciones que realmente queremos hacer. Hablamos mucho de eso, o sea, también representa mucho lo que sentimos todos como banda. A veces, decimos que como no dependemos de Intana, podemos hacer lo que queremos, somos totalmente libres. Es lo bueno que nos queda. Pero sí, creo que me gustaría vivir en esa utopía a la que pudiéramos vivir de lo que nos llena. Al menos, decidir cuáles son los tempos y cómo quieres relacionarte con el trabajo. Yo no cambiaría mi trabajo, lo que sí intentaría es poder dedicarme más a la música y poder hacer menos trabajo del resto de cosas.

Intana 3
Intana, pop luminoso y con conciencia.

Es un buen pitote.
Toda la vida mi madre diciéndome: "Núria haces demasiadas cosas". Y yo siempre diciéndole qué no. Ahora, en cambio, estoy llegando a la conclusión de que sí, que hago demasiadas cosas. También estoy contenta porque me gusta lo que hago y me han salido muchas oportunidades y no quieres perderlas, y menos cuando eres autónoma. Pero, durante este principio de año he llegado a un límite que he empezado a decir que no a cosas y estoy intentando aplicarme el cuento que yo predico con estas canciones.

La canción ‘Què vols de mi’ es quizás de las más oscuras y de las que más dista de la tónica general del disco.De hecho, ésta fue de las primeras canciones del disco antes de tener una idea de concepto, ésta sí que fue previa. Estaba harta de las experiencias que había tenido como mujer en un escenario y sobre todo de músicos que admiro. Al acabar un festival en el que había coincidido, me felicitaban y se veían legitimados a darme su opinión al respecto mi actuación con un sesgo de género exageradísimo. Uno de ellos me dijo que estaba súper guay, pero para que me respetaran más como música no debería ir femenina, por un lado, ¿qué quiere decir femenina?, y no me maquillara mucho. Y esa persona era progre, de izquierdas como muy cool. Otro tío muy guay igual, me dijo que todo súper guay, que qué rollazo, pero que debía ser más guarra sobre el escenario. Yo reía. Ahora reaccionaría diferente porque ha pasado un tiempo y ahora mi respuesta sería menos correcta, sin embargo sí que al final me quedé con la de ‘¿que queréis de mí?’. ¿En qué quedamos? No quiero escucharte, nadie te lo ha preguntado, para empezar. A partir de esa frase construí toda la canción. A su vez, con 'què vols de mi’ también estoy hablando de una relación tóxica que tuve y de nuestra relación con el trabajo, que nunca es suficiente.

En la escena musical catalana actual hay un caldo de cultivo, un movimiento, unas ganas de crear, unas inquietudes artísticas maravillosas

Escena musical catalana: Utopía o distopía
(Risas). Vamos hacia la utopía. A mí me ilusiona mucho que cada vez hay más propuestas. Hay un caldo de cultivo, un movimiento, unas ganas de crear, unas maravillosas inquietudes artísticas. No hace tantos años que empecé con Intana, pero he visto una evolución clara en estos últimos años. Me ha emocionado como chicas jóvenes que ahora están impulsando sus propuestas como front woman me venían y me decían: "Ostras Núria, propuestas como la tuya me han servido como referencia". Y más, dentro de la música en catalán. Antes teníamos una percepción de lo que era la música en catalán y ahora son muchas cosas. Qué puedas pensar en todos los referentes internacionales y que más o menos puedas decir que hay alguien de ese rollo en Cataluña que lo representa. La distopía está en las condiciones de la indústria (Risas). Queremos vivir de esto y nos faltan muchas cosas. La gente valora mucho la música, pero nos hemos acostumbrado a no pagar por ella. Y debemos volver a darle ese valor, tenemos que ir a los conciertos, tenemos que comprar los discos. Si piensas en las horas y el dinero que has dedicado. Nosotros ahora mismo estamos en negativísimos. Y entonces, se cuelga en Spotify y YouTube y ahí queda. Si nos quedamos sin la gente que compra entradas y discos, es lo último que nos queda ya. El resto de viabilidades económicas de la música ya las hemos perdido.