El año 1919, un joven Josep Pla que empezaba a estar tocado por la diabólica manía empezaba a escribir, por recomendación de sus mentores y amigos de la Peña del Ateneu, en el diario Las Noticias. Después del paso por el periódico dirigido por Miró i Folguera, y haber aprendido el oficio haciendo gacetillas y artículos sin firmar, pasó a La Publicidad, un diario más afín intelectualmente con el grupo de la calle Canuda, y empezaba una profesión de la cual no acabaría de desengacharse nunca.

Quizás como una forma de homenaje al Pla más periodista en el año que el galardón que lleva su nombre llegaba en la 50ª edición, y después de premiar a otros periodistas como Lluís Foix, Rafael Nadal, Llucia Ramis, Cristian Segura, Eva Piquer o Gaspar Hernández, Josep Pla del 2018 –celebrado como es tradición la noche del Día de Reyes en el Hotel Palace y con el preceptivo ritual acabado con roscón– ha ido a parar a manos de un periodista, Antoni Bassas. Presentado bajo el seudónimo de Jordi Galvany y con el título La comunitat, abierta la plica por el jurado formado por Rosa Cabré, Antoni Pladevall, Genís Sinca, Àlex Susanna y Glòria Gasch, el ganador ha resultado ser el popular y carismático periodista.

Antoni Bassas se añade de esta forma a Lluís Foix en un género que parece haber tenido buena fortuna de Destino: las memorias periodísticas. Y si en el caso de Foix, Aquella puerta giratoria se circunscribía a sus años en La Vanguardia, en el caso de Bassas, Bon dia, són les vuit se refiere a sus 14 años al frente del principal programa de Catalunya Ràdio. Según Bassas, la historia de este programa –todo un éxito de audiencias todavía en la memoria de muchos oyentes–, vinculada a nombres tan recordados como los desaparecidos Carles Capdevila –con quien creó Alguna Pregunta Més, premio Ondas de 1997–, Emili Teixidor, Raimon Panikkar o Francesc Sanuy, era también la historia de un país.

Los 14 años  -1995-2008- intensos al frente del Matí de Catalunya Ràdio evocados por Bassas en el libro, acabaron con polémica, cuando el periodista anunció que a pesar de ser líder de audiencia, no renovaría y abandonaba la radio. Se despidió con la canción "Un núvol blanc" de Lluís Llach, afirmando: "Si la clase política catalana no aguanta un programa como éste, es que tenemos una cultura democrática muy justita". En este sentido, durante el agradecimiento del premio, hizo referencia a que Bon dia, són les vuit sería un libro lleno de periodismo y de políticos, y de los pasillos donde estos se encuentran".

Unas palabras que, como en el caso del ritual inicial saludo a las "dignísimas autoridades" por parte de la conductora del acto, Núria Solé, contrastó con la discreta presencia política –a diferencia de lo que es habitual en este tipo de celebraciones literarias – por motivos evidentes. La alcaldesa de Barcelona Ada Colau fue la más alta autoridad presente, en una noche en que también destacaba la presencia de la diputada electa de ERC y escritora Jenn Díaz. Los presos fueron recordados por Bassas, que les dedicó el premio, señalando a Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart como "cuatro hombres de paz".

A pesar de la ausencia de caras conocidas, la cuestión política sobrevolaba conversaciones de escritores y periodistas -entre estos últimos, Tomás Alcoberro, Víctor Amela, Enric Calpena, Miquel Molina, Martí Gironell o Enric González- en los salones del centenario hotel de la Gran Vía. A nivel de presencias literarias, además de la abundosa nómina de periodistas presentes, no pasó desapercibida por nadie la presencia de los "imparables" Hèctor Bofill, Sebastià Alzamora y Manuel Forcano, la noche que se cumplían 15 años del triunfo de L'últim evangeli de Bofill, cuando el galardonado anunció ante todos los presentes que la suya era una generación imparable.

Con respecto al premio Nadal, que llegaba este año a su 74ª edición, el triunfo, después de las preceptivas deliberaciones del jurado, formado por Clara Sánchez, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y Emili Rosales, este fue para Alejandro Palomas y Un amor, la historia de 24 de una familia durante una boda, donde una llamada que rompe la felicidad aparente, da inicio a la acción.