El Museu Frederic Marès presenta, hasta el 25 de septiembre, una pequeña exposición de caricaturas de Josep Parera. Estos dibujos fueron cedidos por Joaquim Maria de Nadal Ferrer (1883-1972), cronista de la ciudad de Barcelona, al Museo Marès y forman parte de la colección de este centro. Se trata de dibujos pintados a la aquarela, de una gran belleza.

Representación diversa

El único personaje extranjero que aparece en la galería de 51 retratos es el conde de Cavour, el máximo responsable de la unificación italiana. El resto de retratados son catalanes. Entre ellos figuran, en lugar destacado, los indianos y sus familias: el negrero Joan Güell, Manuel Vidal-Quadras i Ramon, Josep Xifré i Dawning (hijo de Josep Xifré Casas, el traficante de esclavos que se convirtió en el hombre más rico de Catalunya en su época)... También hay otros miembros de la alta burguesía catalana: el banquero Manuel Girona, el terrateniente Josep Maria Despujol, el comerciante Baltasar Fiol, el financiero Josep Maria Juncaella, el banquero Evarist Arnús... Varios de los retratados han dejado su huella en el nomenclátor barcelonés: Rupert Santaló, Ramon d'Olzinelles... En cambio, hay pocos representantes del mundo cultural y artístico: el escenógrafo Francesc Soler i Rovirosa, el editor Antoni Brusi... Y, encabezando la exposición (por orden alfabético) Antoni Amatller, el rey del chocolate catalán.

Josep Parera i Romero

Parera nació en 1828 en Almería, hijo de madre andaluza y padre catalán, pero estudió en la Llotja de Barcelona. Se dedicó a la ópera y más tarde al retrato. Fue considerado un mal pintor, pero a partir de 1863 empezó a trabajar en la prensa gráfica catalana como ilustrador. Desde 1866 se vinculó a la Casa Real española y viajó en varias ocasiones con miembros de la realeza. Se estableció durante algún tiempo en Francia y en Italia. A partir de 1875 empezó a hacer caricaturas aisladas, que combinaba con pinturas. Murió en 1902 en Barcelona. Su obra está muy dispersa, pero hay buenas muestras de ella en diversos museos.

Delicia artística, vacío social

Parera fue un gran caricaturista. Sus obras tienen una calidad artística indudable. Y, a pesar de todo, sus obras no tienen ninguna connotación social. Los personajes son retratados al margen de sus actividades profesionales o políticas. No se trata de chistes, sino de simples representaciones que representan y exageran características físicas de los personajes. Es agudo e irrespetuoso, pero no social. Por lo tanto, sus caricaturas no constituyen un material para el estudio sociológico de la época, a diferencia de otros materiales humorísticos. Aunque el catálogo nos ofrece breves descripciones de los personajes, hoy en día prácticamente desconocidos, la descripción en los paneles y en el tríptico es muy breve. Se agradecería una mayor contextualización de estas maravillosas caricaturas.

 

Imagen de portada: retrato de Josep Xifré i Dawning