"Art. 18.4. Cualquier manifestación de amor, de emoción de ternura, de empatía, está prohibida." Este es un fragmento de la constitución que Eider Rodríguez (Rentería, 1977) escribe que había regido siempre su familia. Un compendio de normas implícitas, nunca oficializadas, que gobernaban el día a día con su padre y su madre. Y es precisamente este universo, en el que la autora vasca se ha adentrado en Material de construcción (Penguin Random House), una historia cruda y emotiva, que explica la difícil relación entre una niña y su padre alcohólico. Rodríguez, que se había dado a conocer con el libro de relatos Un corazón demasiado grande (Penguin Random House), se atreve ahora con una novela que define con el apelativo de 'no ficción' (todos los materiales que ha utilizado para escribirla son biográficos) y que hurga en las rendijas de un silencio familiar y de un luto que la han acompañado durante décadas.

El libro también ha sido la forma que Rodríguez ha encontrado para reconciliarse con su padre, a quien dice que solo pudo amar realmente una vez había muerto

Escrito en forma de dietario y con una voz narrativa a caballo entre la infancia y la adultez, Materiales de construcción reflexiona sobre la adicción, las limitaciones del lenguaje y la doble cara envenenada del silencio. Pero más allá, el libro también ha sido la forma que Rodríguez ha encontrado para reconciliarse con su padre, a quien dice que solo pudo amar realmente una vez había muerto. Hablamos con la autora del luto, de la vergüenza y de por qué la palabra borracho no significa prácticamente nada.

EIDER RODRIGUEZ séptima / Foto: Montse Giralt
Eider Rodríguez deconstruye la relación con su padre en su nueva novela Material de construcción / Foto: Montse Giralt

El foco principal del libro es la relación entre un padre y una hija que es difícil de definir, de tan particular. ¿Cómo lo harías tú?
Es una relación de dos personas que vivían en la misma casa y compartían los mismos metros cuadrados, pero que no compartían afecto ni a través de las palabras ni a través del tacto. Mi manera de estar con él, como me he sentido más cerca de su afecto y amor, ha sido escribiendo. La única vez que he mirado a mi padre fijamente ha sido a través de la escritura. Eso parar mí ha sido increíble.

La única vez que he mirado a mi padre fijamente ha sido a través de la escritura. Eso para mí ha sido increíble

¿Hasta qué punto el libro es un retrato puramente autobiográfico?
Artificio lo es todo, porque al final se trata de una novela. Desde el momento en que los personajes hablan en euskera, ya es un artificio, porque en aquella casa no se hablaba euskera. Y, por otra parte, son personajes, los diálogos que salen no han existido de verdad, solo están inspirados en aquello que hubiera podido ser dentro de aquella constitución familiar. Pero todo el material que he utilizado, las cartas, los diarios, etc. Todo eso es puramente autobiográfico, material autobiográfico que está novelado, como si lo hubiera pasado por un procesador estético o literario. Por eso le hemos dicho 'novela de no ficción'.

Describes la relación dentro de la familia protagonista con una constitución que pone normas como 'no mostrar afecto'.
Entiendo a la familia como un pequeño estado, que tiene sus leyes, su constitución, sus costumbres y su idioma y léxico. Cuando al principio del libro describo esta constitución, estoy poniendo el marco y el tono en que se desarrollará la historia.

Entiendo a la familia como un pequeño estado, que tiene sus leyes, su constitución, sus costumbres y su idioma y léxico

Es una familia "salvaje" y con un gran compromiso "con la verdad y la rabia".
El padre tiene una rabia que no exterioriza y, por eso, se autodestruye. Pero él defiende que tiene derecho a odiar libremente. Son tonterías muchas veces, pero la fantasía de la niña es que su padre pudiera exteriorizar aquella rabia gritando contra las injusticias del mundo en lugar de estar tragándosela y bebiendo. Y la madre funciona de otra manera. Ella tiene un compromiso con la verdad y en la novela funciona así. Es lo que los mantiene estables y muchas veces la figura que impide el naufragio total de la familia. Y para poder hacer eso tiene que ser salvaje y bestia. Y dice la realidad como es: 'no te cases, no seas como yo', le recomienda a la hija. Tiene una capacidad increíble para sintetizar las cosas en frases cortas y de lenguaje muy vulgar.

Impide el naufragio cargándose muchas cosas a la espalda, como el alcoholismo del padre, claro está.
Totalmente. El retrato de la madre puede ser duro y crudo, pero depende del punto de vista con el que se la mire, puede ser también la heroína de la historia. Una heroína nada estereotipada porque es bestia y contradictoria, pero cada uno aquí hace el que puede.

El retrato de la madre puede ser duro y crudo, pero depende del punto de vista con el que se la mire, puede ser también la heroína de la historia

¿En la protagonista lo que prima en esta relación es el sentirse abandonada?
Yo creo que es el no sentirse lo bastante importante o atractiva para que su padre dejara de beber, que su nacimiento no había sido suficiente para apartarlo. Es una cosa que no consigue entender o aceptar. Y la escritura del libro sí que me ha traído esta aceptación.

EIDER RODRIGUEZ portada / Foto: Montse Giralt
Material de construcción reflexiona sobre la adicción, las limitaciones del lenguaje y la doble cara envenenada del silencio / Foto: Montse Giralt

En la novela hay también una reflexión muy interesante sobre la vergüenza. ¿Por qué te interesaba?
La vergüenza estaba allí, palpitando en todo momento. Esta historia nunca pensé a escribirla, nunca había hablado con nadie por vergüenza. El alcoholismo es una adicción o una enfermedad que genera mucha vergüenza tanto a la persona que la sufre como el suyo alrededores. Al libro aparecen diferentes vergüenzas: la vergüenza que siente la niña porque con un padre así se siente devaluada todo el rato, la vergüenza que utiliza para intentar conseguir que su padre deje de beber y la vergüenza que ella utiliza de forma agresiva con una de las compañeras de la escuela que tiene una madre también alcohólica y a la que veja para salvarse ella.

El alcoholismo es una adicción o una enfermedad que genera mucha vergüenza tanto a la persona que la sufre como en su entorno

En relación con el alcoholismo, también dices que la palabra 'borracho' no significa mucha cosa.
Soy muy lenta escribiendo, miro mucho las palabras que utilizo y trato de mirar el reverso, qué esconden. Esta es la historia de un borracho, pero ¿qué es un 'borracho' en realidad? Pues ser un borracho y ser la hija de un borracho quiere decir eso y eso es este libro. Al final yo tengo una relación de amor-odio con las palabras. A veces siento que con el silencio se puede decir todo. Pero no es cierto. Intento escribirlas, pero no llego a decir aquello que realmente querría decir. La paradoja es que no tengo nada más que palabras para intentar explicar eso que quiero.

Y las palabras también te ponen en peligro, afirmas.
Yo ya había intentado hacer el voto de silencio, no como los monjes, sino como protección y agresión hacia mis padres: "me estáis dejando una vida de mierda, pues yo os responderé con el silencio" y no obtendréis de mí ni una palabra ni una emoción, ni de tristeza ni de felicidad. Hasta que me doy cuenta de que el silencio no es posible, que las palabras ajenas también se me quedan dentro y que no las puedo gestionar. Entonces opto por romper el voto, sabiendo que hablar es ponerse en riesgo. Cuando hablamos metemos la pata, decimos cosas que en realidad no pensamos o nos equivocamos.

Tengo una relación de amor-odio con las palabras. A veces siento que con el silencio se puede decir todo. Pero no es cierto

En el libro explicas que en euskera la palabra isiltzen (callando) lleva dentro la palabra hiltzen (muriendo). ¿Callar y el silencio matan alguna cosa dentro de las familias?
En este caso no es que etimológicamente quiera decir eso, pero me gusta que lleve esta palabra. Todos llevamos historias que no sabemos que están dentro de nosotros, como me ha pasado con este libro. Creo que el silencio dentro de una familia puede ser devastador, tanto como la violencia física. Y esta novela ha venido a poner palabras a un silencio.

¿Te ha servido también para encontrar respuestas a la pregunta de por qué tu padre bebía o más bien a aceptar que nunca las encontrarás del todo?
Para la segunda. La manera en que me comunico mejor y entiendo mejor las cosas es a través de la escritura literaria. El libro no lo he escrito solo para mí misma, porque me he imaginado que tenía un lector amplio y colectivo, pero sí que ha sido para entender qué cojones era aquella relación rara.

Creo que el silencio dentro de una familia puede ser devastador, tanto como la violencia física. Y esta novela ha venido a poner palabras a un silencio

Y te ha ayudado a reconciliarte y ver que tu padre tenía que morir para que te dieras cuenta de que lo amabas.
Sí, para poder hablar con él, para poder acariciarlo y tocarle el pelo tuvo que morir o estar al borde de la muerte. Y es paradójico, pero la manera en que me he sentido más cerca de mi padre ha sido estando él muerto y yo escribiendo sobre él. O que la manera más real que tengo de comunicarme con el mundo sea a través de la literatura.

EIDER RODRIGUEZ tercera / Foto: Montse Giralt
Eider Rodríguez hurga en las rendijas de un silencio familiar y de un luto que lo han acompañado durante décadas / Foto: Montse Giralt

¿Tu madre ha leído el libro?
No ha podido todavía porque acaba de salir en castellano. No sé cómo reaccionará a la historia. Cuando empecé a escribir le expliqué y nunca se ha metido en lo que escribo. Pero yo también soy alumna suya y también tengo un compromiso con la verdad. Asumo que haya personas que se hayan podido molestar, pero es mi historia y me siento legitimada para escribirla y cargar con el peso que haya gente que se enfade a mi alrededor. Es un duelo entre él y yo, sin testimonios. O como mínimo, esta es la fantasía cuando lo escribes. La intimidad está muy mitificada o idealizada y es una cosa muy vulgar, porque después me ha escrito mucha gente explicándome historias muy parecidas y eso está bien también, saber que no es un secreto ni un tesoro.

Quería que el estilo formara parte de todo el caos que fue esta historia

El libro está escrito como si fuera un dietario con flashbacks entre presente y pasado. ¿Por qué escogiste esta forma?
Tenía claro que no quería que fuera una historia lineal ni que estuviera escrita en pasado. Quería que todo tuviera cabida y que pudiera tener diferentes registros, texturas y géneros. Por eso utilicé como mantra la segunda frase que aparece al libro, que la saqué de La escritura del desastre, y que dice "dejamos que el desastre hable por él mismo", aunque sea a través del olvido y el silencio. Quería que el estilo formara parte de todo el caos que fue esta historia.