Un pequeño delincuente que ha participado en un atraco en una joyería celebra el éxito del asalto con una gran fiesta con drogas en abundancia. Es el momento inicial de la trama de Efecto dominó, de Olivier Norek (Grijalbo). Cuando está yéndose a su casa, su coche tiene un accidente y la policía lo detiene. Uno de los agentes se da cuenta de que lleva un reloj de lujo y lo identifica como una de las piezas robadas en la joyería. Obviamente, acabará en la prisión. Pero este error de principiante, acabará teniendo consecuencias fatales, no sólo para el matón, sino para muchísima gente más. Un error desencadena una represalia violenta, y esta abre una espiral de crímenes. El encarcelamiento pone en marcha un terrorífico efecto dominó, que acaba demostrando la vieja ley de Murphy: "Si alguna cosa va mal, todavía puede ir peor".

De la policía a la literatura

Olivier Norek (Tolosa de Languedoc, 1975) se fue de Francia a los 17 años para dedicarse a tareas humanitarias. Estuvo en los campos de refugiados de la antigua Yugoslavia, y también a la Guayana francesa. Cuando volvió al Hexágono se incorporó a la policía y trabajó como teniente en la policía judicial, en los alrededores de París. Pasó 15 años en este trabajo. Ha publicado Code 93 (2014), Territoires (2015) y Efecto dominó (2016). El personaje estelar de sus novelas es el inspector Victor Coste, un policía enamorado de su trabajo y siempre preocupado por proteger a sus subordinados, que constituyen un grupo cerrado y muy solidario.

Cloacas de la sociedad

Uno de los ejes de la narración es la vida de los presos en el centro penitenciario de Marveil. Norek hace una denuncia sin paliativos del sistema penitenciario francés y de las condiciones de los centros de reclusión, donde los funcionarios dejan que los presos descarguen su violencia hacia los más débiles, con el fin de evitar que concentren sus energías contra sus vigilantes. Es la prisión el centro de todo tipo de violencias, vejaciones, abusos, perversiones... Frente a la prisión, donde la maldad es la norma, el mundo exterior es mucho más ambiguo. Allí incluso entre los delincuentes hay grandes sacrificios y muestras de lealtad, amor y ternura. De esta forma, Efecto dominó acaba convirtiéndose en una reflexión sobre las lógicas del odio y del amor, en la que las fronteras entre el bien y el mal se diluyen.

Trama redonda

Una de las mejores cualidades de esta obra es la solidez de la trama. El autor combina varios subtramas, a través de los cuales describe mundos bien diferentes: la prisión de Marveil, como representación del submundo más siniestro; una unidad de policía, donde se explora las relaciones de solidaridad entre sus miembros; la cúpula de la policía, donde domina la deshumanización de la burocracia; la mafia corsa, donde las lealtades son nibelungas; la relación de pareja del inspector Victor Coste, que es insatisfactoria para ambos... Norek consigue sincronizar las subtramas con la precisión de un reloj: logra que todos los personajes sigan el ritmo que impone a la narración y que mantiene hasta el final, no dejando ningún cabo suelto. La historia, a pesar de todo, habría ganado con un tono no tan moralizador.