CARD DISC CASTELLÀ

Que no pare. Aquí llega la sección moñetas. Por segunda semana consecutiva. Seguimos hablando sobre el amor, el puto pop y sus fijaciones. Al final, las obsesiones de la vida cómoda (¿de qué vamos a hablar por estas latitudes?). Hace unos días tuvimos a bien que para que una canción de los feelings funcione, tiene que tener chicha. Que con lugares comunes, no chuta. Ahí va la segunda premisa. La definitiva.

 Seguimos hablando sobre el amor, el puto pop y sus fijaciones

Un obseso de los feelings

¿Dónde hablamos de amor si no lo hacemos en el pop? El pop es un sarcófago, robusto. Más manejable, cierto. Igual no es un sarcófago. Más bien es como una de esas bolas de plástico con las que puedes andar sobre el agua: no se humedecen, no se apolillan, pueden compartirse, gustan a todos. Lo dicho, dónde mejor que en tres minutos, si vamos de culo y, además, podemos repetir una vez tras otra. No tiene sentido hacer pop sobre otro tema.

¿Dónde hablamos de amor si no lo hacemos en el pop? El pop es un sarcófago, robusto

Eso lo tiene claro MTINES, un joven de Barcelona que, aunque quisiera camuflarlo en algo más trascendental en Per què les coses no són més senzilles? (publicado en 2021 en el EP PQLCNSMS?), es peor que Leiva: un obseso de contar lo que aquí hemos bautizado como los feelings. De todas las formas posibles. Y hacerlo con una efectividad que asusta más que el chatGPT en un centro de secundaria.

Trascendiendo etiquetas

El tipo se ha perpetrado de la acústica, la caja de ritmos, los teclados expandidos y lo-fi, las segundas vocecillas pitufas de lo urbano. Una forma de hacer que recuerda a bedroom pop. Pero también al amanecer volviendo de fiesta, a la electrónica de la chica, el gato y el escritorio de Youtube. Incluso a Sen Senra.

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MTINES, Uma y la nostalgia por lo que ya no tenemos

Antes coqueteaba más con el fatídico pop metafísico, ese magma que todo lo engulló en Catalunya, culpa de Ferran Palau. Afortunadamente, lo está dejando. Y ha surgido un MTINES que, con la ayuda de Uma, por primera vez en catalán y en primer plano, y de Emili Bosch de los fantásticos B1n0, ha podido trascender la etiqueta y cantarle a otro amor.

On és l’amor? es una canción de metamorOn és l’amor? es, pese a los clichés estilísticos, la función del pop

Lo que ya no tenemos

El de –cito, no textualmente– la ventana de un taxi bajada, el airecito en la cara, el amanecer y, a su vez, el recuerdo de esconderse bajo la cama de los papis cuando algo nos daba vergüenza de pequeños. On és l’amor es una canción de metamor. On és l’amor? es, pese a los clichés estilísticos (rasgado de guitarra para volver al estribillo y esos restos de vaporosidad metafísica), la función del pop. Un masaje al oído que, de fondo, contiene más amor que el que el propio Santo Tomás de Aquino sentía por el amor.

Amor por lo que ya no tenemos, por lo que no volverá. Sensaciones que solo el pop puede guardar

Un fantástico presagio para el álbum que caerá en breves. Y que, a poco que contenga alguna otra referencia como ese “enyoro l’escola i els dies iguals” (echo de menos el cole y los días iguales), música para el club de la posmodernidad, será Dios. Amor por lo que ya no tenemos, por lo que no volverá. Sensaciones que solo el pop puede guardar.

On és l'amor?