La Academia del Cinema Català calienta motores de cara a la gala de entrega de los premios Gaudí, que tendrá lugar este domingo en el Fòrum. En el marco de las "Conversaciones de la Acadèmia" ha convocado a cuatro jóvenes directores con películas nominadas a la categoría estrella: Belén Funes, directora de La hija de un ladrón; Carlos Marquès-Marcet, director de Los que vendrán; Lucía Alemany, directora de La inocencia; y Neus Ballús, directora de El viaje de Marta. Ha moderado el encuentro el crítico Àlex Gorina, quien ha dejado claro que valoraba muy positivamente estas películas a pesar de que la presidenta de la Academia, Isona Passola, proclamara hace unos días que "Estamos en el peor momento de la producción audiovisual de Catalunya".

Adaptarse a las necesidades

Gorina ha querido dejar constancia que "es una suerte haber hecho estas películas con la falta de recursos que hay en el cine catalán". Todos los ponentes han coincidido en criticar la falta de financiamiento de la cultura en Catalunya. Lucía Alemany ha apuntado, a pesar de todo, que "forma parte de nuestra formación saber adaptarse a los recursos". Y Funes, aunque ha afirmado haber contado con lo esencial para hacer su cinta, y que asegura no llorar por la falta de recursos, reconoce que en el rodaje tuvieron que suprimir muchas cosas previstas al guion. Es significativo que todos los directores presentes, excepto Marquès, pasaran más de tres años, antes de empezar el rodaje, preparando la película y buscando financiamiento lo que denota las dificultades que tienen los directores para rodar. A pesar de todo, Alemany y Funes han defendido que las películas se cuezan a fuego lento y han apuntado que es normal pasar un largo periodo de preparación. En cambio, Banús ha apostado por trabajar en equipo y "hacer los procesos más rápidos", para adaptarse a las necesidades del mercado. Aunque los cuatro directores han llegado a los Gaudí con proyectos muy personales, no renuncian a trabajar por encargo o asumir proyectos de otros. "Entre hacer de camarera en un bar y hacer una película por encargo, yo lo tengo claro: hago de directora", explica con sinceridad Lucía Alemany.

Dura reestructuración

Carlos Marquès-Marcet hizo un rodaje extremedamente largo, de casi un año, para hacer Los días que vendrán. No sólo hizo un seguimiento del embarazo de los dos protagonistas, sino que, además, rodó algunas escenas adicionales después del parto. El secreto de un rodaje tan largo: lo hicieron en el que ahora es su piso (de la misma forma que Alemán afirma que rodar las fiestas de su pueblo, Traiguera, suponía un ahorro considerable en el rodaje). El director de Los días que vendrán afirma que no es extraño que muchas de las películas nominadas a los grandes premios de los Gaudí sean cintas de bajo presupuesto, porque apunta que en tiempo de crisis hay que ser imaginativos para resistir. Lucía Alemany reconoce que para ella fue un choque entrar en la industria cinematográfica, porque tenía "una idea muy romántica de lo que es ser autor", pero afirma que se ha sabido adaptar a las circunstancias. Banús apunta, a pesar de todo, de que los directores tienen problemas para rodar ciertos temas, porque la industria no quiere hacer "cosas incómodas". Añade, además, que la falta de presupuesto hace que el cine catalán tenga dificultades para llegar a la sociedad.

Renovación generacional

Entre los directores presentes, tan sólo Marquès-Marcet tiene una amplia experiencia en la dirección. Y los cuatro son excepcionalmente jóvenes (Funes y Alemany han sido nominadas en su primera película). Encaran sus películas, y su presencia en los Gaudí, como todo uno desafío. Lucía Alemany asegura que concibió La inocencia como "la salvación de mi vida", en un momento de crisis personal; afirma que su gran suerte fue encontrar a la protagonista, la jovencísima Carmen Arrufat (nominada a los Gaudí a mejor actriz y al Goya a actriz revelación): "Estoy segura de que no podría haber encontrado nada mejor". Neus Banús, por su parte, asegura que el rodaje en el Senegal, con un equipo multinacional, la ha transformado completamente y le ha demostrado que "se puede trabajar conjuntamente con gente de todas partes". Gorina ha querido poner de manifiesto, además, que este año hay muchas mujeres nominadas, a todas las categorías, incluso en dirección, un campo habitualmente reservado a los hombres, Pese a todo, Marquès-Marcet ha recordado que aunque el número de mujeres en el mundo del cine se ensancha, todavía son muy pocas "entre los que mandan de verdad", los productores. Y quizás la feminización de la dirección ha contribuido a que las cuatro películas de las que se hablaba en las Conversaciones de la Acadèmia fueran cintas con la familia como tema central. Y es que, como reconocían los cuatro ponentes, "la familia lo condiciona todo".