El territorio que actualmente denominamos País Vasco había sido la región más occidental de la monarquía navarra. Pero la crisis de poder en Pamplona (presión del estamento nobiliario, retroceso territorial) impulsaría el surgimiento de una antigua dependencia, Castilla, que ambicionaría crear un dominio desde el Cantábrico hasta el valle alto del Duero. La conquista castellana y el cambio de paradigma social y económico en la zona ocupada, claramente favorable a las clases urbanas (gremios y mercaderes), consolidaría aquel nuevo estatus y perpetuaría la separación entre dos espacios del mismo mundo histórico y cultural (el Señorío o Principado de Vizcaya) y el Reino de Navarra.