Getxo (Vizcaya, Euskadi), 30 de junio de 1929. Hace 96 años. Campo de Ibaiondo. 5 h de la tarde. Se iniciaba el partido de fútbol aplazado entre el Arenas de Getxo —quinto clasificado— y el FC Barcelona —segundo clasificado—, que podía decidir el título del primer Campeonato de Liga del fútbol estatal español. Pocos días antes, durante la última jornada, el líder, el Real Madrid, perdía en el viejo estadio de San Mamés contra el Athletic Club de Bilbao por 2-0, y el FC Barcelona —empatado a puntos y a average particular con el líder, pero con una menor diferencia entre goles marcados y encajados— tenía en frente la oportunidad de deshacer la igualdad en el liderato y ganar el campeonato.

¿Cómo estaba la clasificación antes de empezar ese partido?

Concluida la última jornada, y únicamente pendientes de jugar el partido aplazado entre el Arenas de Getxo y el FC Barcelona, la clasificación estaba liderada por el Real Madrid, que, tras dieciocho jornadas (aquella primera liga estaría formada solo por diez equipos), sumaba 23 puntos: 11 partidos ganados, 1 partido empatado y 6 partidos perdidos. En este punto, es importante recordar que en aquel momento las victorias valían dos puntos y no tres. El líder había marcado 40 goles y había encajado 27. La diferencia entre goles a favor y en contra —en este caso 13— era uno de los factores que, en caso de empate a puntos y a average particular, decidían el orden clasificatorio.

¿En qué posición estaba el Barça en la clasificación antes de empezar ese partido?

Antes de empezar aquel partido decisivo, el FC Barcelona estaba en segunda posición. Tenía los mismos puntos que el líder, pero había jugado un partido menos (el que se había aplazado). Aquel bagaje era el resultado de 10 partidos ganados, 3 partidos empatados y 4 partidos perdidos. El average particular —los enfrentamientos entre madridistas y barcelonistas— también estaba igualado. En Chamartín, se había impuesto el FC Barcelona por 0-1, pero en Les Corts, habían ganado los blancos por 1-2. El desempate final, la diferencia de goles, se inclinaba en beneficio del Real Madrid: los blaugranas habían marcado 35 goles y habían encajado 23, un saldo favorable de 12 goles, pero inferior al de 13 de los blancos.

El equipo del F.C. Barcelona que ganaría la Liga 1928 29. Fuente Wikimedia Commons
El equipo del FC Barcelona que ganaría la Liga 1928-29 / Fuente: Wikimedia Commons

¿Qué había hecho el FC Barcelona durante la Liga?

El inicio de los blaugranas fue muy discreto. Las cuatro derrotas que sufrió se habían producido, prácticamente, en la primera mitad del campeonato: en casa contra el Real Madrid (1-2) y fuera contra el Athletic Club de Bilbao (5-1), contra el Athletic Club de Madrid —posteriormente ha sido llamado Atlético de Madrid— (4-1) y contra la Real Sociedad de Donosti (3-0). Pero en el ecuador de ese campeonato, se producirían una serie de cambios que resultarían decisivos. A finales de marzo de 1929, después de la jornada 8, el presidente Arcadi Balaguer y el entrenador Romà Forns dimitían de sus cargos, y la nueva directiva fichaba —deprisa y corriendo— al inglés Jim Bellamy.

La remontada

La llegada de Bellamy al banquillo blaugrana cambió radicalmente la dinámica del equipo. Bellamy, un entrenador relativamente experimentado (tenía 38 años y había dirigido un equipo alemán y uno italiano), condujo a los blaugranas al liderato con una remontada espectacular. En el momento de sentarse en el banquillo, el FC Barcelona ocupaba la penúltima posición de la tabla clasificatoria. Los blaugranas habían jugado 7 partidos y presentaban un saldo decepcionante (1 partido ganado, 3 partidos empatados y 3 partidos perdidos). Pero con Jim Bellamy se encadenó una racha de 7 victorias consecutivas (jornadas de la 8 a la 14) y 11 domingos sin conocer la derrota (jornadas de la 8 a la 18).

Estadio de Ibaiono, de l'Arenas de Getxo (1925). Fuente Blog Memorias de Getxo
Estadio de Ibaiondo, del Arenas de Getxo (1925) / Fuente: Blog "Memorias de Getxo"

Final apretadísimo

El Real Madrid, tras una primera vuelta impecable —no había cedido ningún punto en casa y había arrasado por donde había pasado—, sufrió tres derrotas prácticamente consecutivas que comprimirían la tabla clasificatoria: en los históricos estadios de Sarrià, contra el RCD Espanyol (4-0); del Guinardó, contra el CE Europa (5-2), y de Atotxa, contra la Real Sociedad (5-4). En la jornada 13, a cinco de la conclusión del campeonato, los blaugranas alcanzaban a los blancos en la primera posición, que había sido de los madridistas desde el inicio. Y el tramo final sería extremadamente competido: entre las jornadas 13 y 18, blaugranas y blancos se disputarían el campeonato en un emocionante esprint final.

La última estación antes de la gloria

El 30 de junio de 1929, pendientes de la disputa de ese último partido aplazado, los blaugranas tenían el destino en sus manos. Dependían únicamente de sí mismos. Y eso quería decir que si lograban puntuar en Ibaiondo, se proclamarían campeones de esa primera Liga 1928-29. Pero el rival no era fácil. El Arenas de Getxo era el quinto clasificado y, como los blaugranas, había dibujado una trayectoria ascendente, que iba desde un inicio muy discreto hasta un final pletórico, que lo convertía en un rival muy complicado. En el encuentro de la primera vuelta (en el estadio de Les Corts), el partido había concluido con un 2-2 que ilustraba la igualdad entre ambos equipos.

Jim Bellamy, en su etapa de futbolista y en la de entrenador. Font F.C. Barcelona
Jim Bellamy, en su etapa de futbolista y en la de entrenador / Fuente: FC Barcelona

¿A quién alineó Bellamy para ese trascendental partido?

El FC Barcelona salió con el húngaro Franz Plattkó (30) en la portería, el valenciano Vicenç Saura (28) como único defensa (en aquella época, se jugaba solo con dos defensas, pero en aquel decisivo partido, donde solo valía puntuar, Jim Bellamy pondría toda la carne en el asador), un centro del campo formado por el valenciano Ramon Guzmán (20) y por el murciano Josep Castillo (20), y una delantera integrada por el murciano Antonio García (21), el canario Ángel Arocha (22) y los catalanes Vicenç Piera (26), Esteve Pedrol (25), Josep Samitier (28), Manel Parera (22) y Josep Sastre (24).

El Arenas de Getxo

Según las crónicas de la época, el partido fue muy igualado. El Arenas —con 19 puntos y en quinta posición—, si ganaba, escalaba hasta el tercer puesto y superaba en la clasificación final a sus rivales históricos (el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad de Donosti, tercero y cuarto, empatados a veinte puntos, pero con el average particular y la diferencia de goles a favor de los vizcaínos). Al inicio del partido, el Arenas aspiraba a confirmar la condición de mejor equipo de Euskadi (había ganado al Athletic —en casa y fuera— y había derrotado ampliamente a la Real Sociedad en casa y había caído por la mínima en Donosti).

Estadio de Chamartin, del Real Madrid (1929). Fuente Wikimedia Commons
Estadio de Chamartín, del Real Madrid (1929) / Fuente: Wikimedia Commons

El camino de la victoria

Pero tras una primera parte muy disputada, que acabaría sin goles, quienes inaugurarían el marcador serían los blaugranas. En el minuto 67, el delantero Manel Parera perforaba la portería vizcaína. Y en el minuto 84 (a seis de la conclusión), el propio Parera repetía diana con un segundo gol que ya sería definitivo. Al final del partido, 0-2 a favor de los blaugranas, que con ese resultado se situaban líderes en solitario y campeones de aquella primera Liga, con 25 puntos (11 partidos ganados, 3 empatados y 4 perdidos; 37 goles a favor y 23 en contra, con un diferencial de 14, que superaba los 13 del Real Madrid).

El estilo Barça

El FC Barcelona no era únicamente el que más puntos había acumulado, sino también el que presentaba mejores resultados parciales. No era un campeón especulativo, sino espectacular. Un equipo con un estilo de juego brillante, que no fiaba su destino solo al talento, sino que se entregaba al esfuerzo para satisfacer la exigentísima masa social barcelonista. Los datos de aquel primer campeón estatal lo certificaban como el equipo con el mejor rendimiento deportivo. Datos que ya ilustraban el característico estilo de juego del Barça, que ha convertido al club en un referente mundial.