Gran diva de la música negra, una Alicia Keys pletórica ha mesmerizado la noche de este pasado jueves 30 de junio a los 8.000 seguidores entregadísimos que se han reunido en el Palau Sant Jordi de Barcelona. La cantante y pianista estadounidense ha llegado a la capital catalana, nueve años después de haberla visitado por última vez con el tour 'Freedom', haciendo escala dentro de su gira mundial 'Alicia + Keys World Tour', ciclo de conciertos (que el lunes recalará en Madrid) con los que está presentando sus dos últimos trabajos de estudio Alicia (2020) y Keys (2021).
La mejor versión
Sofisticada pero sin resultar sobredimensionada, contenidamente exultante, así ha aparecido Alicia Keys sobre un esenario del Palau Sant Jordi en el que le esperaban una banda conformada por una corista, un guitarrista, un bajista, un teclista y un batería. Formación básica pero sobradamente eficaz para mostrar en directo la mejor versión de su repertorio.
Alicia Keys ha planteado su concierto en Barcelona dividido en tres actos. En el primero de ellos, etapa del espectáculo en la que se ha focalizado especialmente en sus dos últimos trabajos fonográficos: 'Net King Cole', 'Truth Without Love', '3 Hour Drive'..., la cantante de Harlem ha mostrado su faceta más pausada, por ratos azucarada.
Un estado mental
Las pulsaciones han ido aumentando a partir del segundo acto de la velada, momento en el que Keys se ha adentrado en los parajes más infecciosos de su decálogo. Esta fase de la velada ha culminado con una versión del tema 'My Boo' de Usher , City of Gods (Parte II) o su oda en la ciudad de Nueva York 'Empire State of Mind (Parte II) Broken Down'.
Ya nada podía ir mal. Exultante, Alicia Keys ha convertido el último acto de su concierto en Barcelona en una caja de resonancia de sus grandes logros. Así, uno tras otro, el recito olímpico barcelonés ha sido el amplificador de hits inapelables como 'Girl on Fire', 'Superwoman', 'No One', para despedirse con la imprescindible 'If I Ain't Got You'.