En el barcelonés Centro de Cultura de Mujeres Francesca Bonnemaison se ha presentado hoy el informe Dimensión social de la cultura. Estado de la cultura y de las artes, encargado por el Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes (CoNCA) sobre datos del periodo 2013-2017. Una de las principales conclusiones del informe es que sigue habiendo graves problemas de accesibilidad a la cultura. Sólo un 22% de la población va a las actividades culturales, y es la población de mayor nivel económico. Un 40% de los catalanes no leen nunca un libro... Hay mucha gente que vive al margen de la cultura. Carles Duarte, presidente del CoNCA, ha hecho un llamamiento a la "democracia cultural", y ha apuntado que quizás se puede acceder a ella a través de las nuevas formas culturales. "Somos cultura", ha explicado Duarte, para poner énfasis en la gravedad del problema, y se ha mostrado preocupado porque un mensaje tan sencillo se tenga que repetir una y otra vez. Duarte ha querido presentar este documento como una herramienta para poner en marcha políticas culturales con el fin de garantizar la equidad. Este informe, que se realiza anualmente, incorpora este año varios artículos de evaluación del movimiento cultural a partir de "nuevas voces" que analizan la cultura desde nuevas ópticas y, sobre todo, desde las nuevas formas culturales.

Desigualdades flagrantes

Aunque buena parte de la gente manifiesta estar muy interesada en la cultura, eso no se corresponde a las prácticas culturales reales. El CoNCA ha incluido en su informe una encuesta sobre el grado de importancia que se otorga a la cultura, en diferentes colectivos. En primer lugar es preocupante la poca importancia que dan los jóvenes a la cultura, que algunos han atribuido al simple ciclo vital... Sólo un 42% de los jóvenes de 14 a 19 años la consideran "muy importante". El interés por la cultura se incrementa con la edad, hasta llegar a un máximo en torno a los 60 años, para descender ligeramente con posterioridad. Con respecto al nivel de estudios, hay una diferencia enorme en su interés por la cultura entre la gente que no ha completado los estudios secundarios y los que han asistido a la universidad. También hay un pequeño desnivel de género, poco significativo: el número de mujeres que consideran la cultura nada o poco importante es ligeramente superior al de los hombres. Sin embargo, el hábito de leer libros es mucho mayor entre las mujeres que entre los hombres (pero el uso de internet y de videojuegos es sensiblemente mayor entre estos).

Los pobres y la pobreza cultural

La diferencia en la aproximación a la cultura en función de la clase social es evidente. La clase alta y la media alta son las que muestran más preocupación por la cultura, en tanto que la clase baja es la que muestra menor interés por ella, o incluso indiferencia. El estudio resalta que la cultura se hereda, y que la participación en la vida cultural está estrechamente condicionada por la clase social. En una sociedad donde las diferencias sociales crecen, el acceso a la cultura no se democratiza. El CoNCA apunta que se tiene que buscar cómo elaborar políticas para romper con estas dinámicas. Y concluyen que hay "pobreza cultural" y que muchos ciudadanos, hasta un 62%, declaran que el coste de la cultura les dificulta el acceso. El empobrecimiento de una parte significativa de la población a afectado a los hábitos cutlurales, En algunos de los estudios complementarios también se ha abordado el problema de la accesibilidad de la cultura a las zonas rurales y de su falta de adecuación a las necesidades locales de estas regiones.

La crisis de la cultura

El informe del CoNCA apunta una cierta recuperación de la cultura tras la dura sacudida que supuso la crisis del 2008 (pero sin recuperar los niveles del 2007). De 2013 a 2015 creció el número de gente que trabajaba en el sector cultural, gracias a un incremento, también, del número de empresas. El crecimiento, a pesar de todo, es muy diferente según sectores: mientras el sector del libro experimenta un tímido incremento, y las salas de cine también, las empresas de videojuegos viven un crecimiento espectacular. La asistencia a música en vivo y a espectáculos crece, excepto en lo referente a la música popular, que baja. Y las discográficas sufren oscilaciones dentro de una tendencia general negativa (con una reducción de los títulos publicados). Las visitas a bibliotecas también se reducen, aunque aumenta el número de personas que tiene el carné público de bibliotecas.

Paga el ciudadano

De 2013 a 2017 se observa un cierto estancamiento del gasto público en Cultura (la Generalitat, a pesar de las promesas del conseller Vila, mantiene un porcentaje de gasto cultural que el CoNCA considera "muy bajo"). El ligero aumento del gasto público en cultura, se debe sobre todo al esfuerzo de los ayuntamientos. A pesar de todo, de los 854 € gastados en cultura en Catalunya por cada habitante, tan sólo 131 corresponden al gasto público.

Asignaturas pendientes

Desde el CoNCA no se percibe con satisfacción la evolución del mundo cultural. Por una parte, ante los cambios que implica la sociedad actual y que suponen una reubicación de los marcos culturales, apuestan por un gran acuerdo para cambiar las políticas culturales, modernizándolas. Y tras la sacudida que supuso la crisis, se ha reivindicado la necesidad de reactivar económicamente el sector. La preocupación es grave, porque los informes denotan que la recuperación económica "no tiene un impacto directo y claro" en la cultura. Para resolver esta situación, el CoNCA reclama un crecimiento del porcentaje de presupuesto destinado a la cultura por parte de la Generalitat, que denuncia que está estancado. Por otra parte, se reivindica un incremento de los ingresos procedentes de fondo privados, a través de la ley del mecenazgo, y de la aplicación de tasas a las operadoras telefónicas y a las distribuidoras de contenidos. Con estos ingresos el CoNCA considera que se tendría que garantizar una retribución justa a los creadores y a los trabajadores de la cultura, que a menudo viven en un estado de precariedad. El CoNCA también apuesta por un mayor control que garantice el cobro de los derechos de autor que les corresponden a los creadores. A largo plazo, el CoNCA reclama una mayor implicación del sistema educativo en la cultura, potenciando las disciplinas artísticas y fomentando la creatividad de los alumnos, especialmente cuando son más pequeños. De esta forma se conseguiría que todos los ciudadanos tuvieran la formación básica que les garantizaría el acceso a la mayoría de contenidos culturales en el futuro.