"Tatxo ha sido muy valiente hoy", ha comentado a media voz un cargo del Govern con cara de aquí no ha pasado nada, circulen. Tatxo Benet, socio gestor del Grupo Mediapro, se ha despachado en el Foro del Consell de l'Audiovisual de Catalunya, este miércoles. Así: "si un día todas las cadenas españolas y las plataformas como Netflix emiten en catalán, al día siguiente habría que cerrar TV3, porque habría perdido su función principal".

A preguntas de dos asistentes al foro, ha respondido de buen humor que no hay que hacer de este debate "una discusión de catalanes, capaces de ponernos a discutir qué tenemos que hacer de TV3 cuando el resto de plataformas emitan en catalán. Todavía no estamos, aquí, y eso no pasará nunca". Si llega este momento, sin embargo, "seré el primero en firmar por el mantenimiento de la cadena pública", ha dicho.

Benet no es cualquiera. Mediapro, fundada en 1994, es una de esas multinacionales catalanas menos conocidas: es la productora audiovisual líder en Europa, factura 1.500 millones, obtiene 129 millones de beneficios (2015), tiene 33 sedes por todo el mundo y 4.300 trabajadores. Benet y sus socios Jaume Roures y Gerard Romy son los dueños del 33,2% del grupo. Los otros dos accionistas de referencia son WPP-Torreal (23,45%) y Televisa (19,89%).

Quizás Benet quería provocar al público. Quizás se sentía en petit comité. Quizás quería arrancar un debate necesario. Quizás todo al mismo tiempo. El caso es que, sin acritud, ha escogido decir aquello y, por paga, más adelante, ha añadido eso: "los que mandan a TV3 se creen más importantes que el proyecto que hacen, piensan que TV3 está hecha para que ellos trabajen allí o para que la gestionen. Cuando te crees más importante que tu cliente es cuando la cosa va mal".

Herramienta potente

Sin drama, ha estado valiendo, ciertamente. Al recordar los inicios de TV3 —en que participó— y el proyecto que la justificaba ("la herramienta más potente que tiene la lengua catalana"), se ha quejado de los que la quieren disminuida y menor. "Nos hemos dejado arrebatar la justificación, que no es más que la normalización de nuestra lengua. Al principio nadie la ponía en duda y ahora todos hemos caído en la trampa porque no la hemos sabido gestionar bien, no le hemos dado a las personas la sensación que nos gastamos el dinero de la manera adecuada, un dinero que la gente se quiere gastar".

El hombre de Mediapro ha avisado a todo el mundo: "tener TV3 pide sacrificios. A la gente le tiene que costar dinero, creo que eso lo entiende todo el mundo".

La audiencia de TV3 baja, ha añadido, para remachar acto seguido: "La audiencia sólo se reduce por una sola razón: porque tus contenidos son peores que los de los otros. Y los buenos contenidos quieren dinero". ¿Solución? "Poner el dinero donde tienen incidencia en la pantalla y no dedicarlos a otros aspectos no relacionados con lo que se ve en pantalla". Ha barrido para casa.

Exigir el catalán

Benet ha insistido en que hace falta que la gente exija en las plataformas audiovisuales clásicas (Atresmedia, Mediaset) y las nuevas (las llamadas over the top, OTT, como Netflix o Amazon) que emitan en lengua catalana. "La gente lo tiene que pedir. Estas empresas son muy sensibles al público. Tenemos el derecho a pedirlo. Las OTT no tienen que suponer un retroceso sobre la situación actual [del audiovisual en lengua catalana]".

El futuro de las productoras audiovisuales pasa por darse cuenta de que "la tele ya no es un electrodoméstico" y enfocarse a "hacer llegar contenidos al público, que los puede recibir por multitud de plataformas. Las plataformas se han multiplicado e incluyen Twitter, Facebook Live, Snapchat... Nosotros no hacemos tele, hacemos contenidos para hacerles llegar a la gente de la manera que más les interese".

Su conclusión es que la multiplicación y diversificación de plataformas favorece la producción de contenidos. "En 2017, las grandes plataformas audiovisuales de los EE.UU., como HBO, Amazon o Netflix, invertirán en contenidos unos 30.000 millones de dólares. Hay un hambre de contenidos enorme y nosotros queremos servirlos", ha señalado.

"Tenemos más pantallas y canales que nunca y piden muchos contenidos, también aquellos que antes no tenían producción y distribución [ha citado los audiovisuales generados por privados que circulan por redes sociales como YouTube]. Más plataformas, más pantallas, más públicos [quiere decir] más necesitados de contenidos adecuados por cada plataforma."

Desafíos

Benet y Mediapro ven el momento como una oportunidad colosal.

Ha explicado que Mediapro tiene una gran potencia como productora de contenidos, gestión de derechos y oferta de servicios técnicos, pero ahora su interés por abrirse a las grandes plataformas internacionales, como Netflix o HBO, con producción hecha al Estado español.

Mediapro calcula que el negocio internacional ya supone cerca del 40% de su facturación. Un ejemplo de lo que hace es Canal F1 Latin America, una señal de pago que emite 24 horas al día, se realiza desde Barcelona y ya tiene once millones de abonados.

Ahora el reto va más allá. "Queremos producir series tan buenas como las que nos llegan de los EE.UU. o de Dinamarca" y por eso el grupo tiene en el punto de mira a productores como Steven Johnson (The Colbert Report), el argentino Daniel Burman (Diarios de motocicleta, El abrazo partido), Ran Tellem (Homeland) y también a locales como Dani Écija (Águila Roja, Aída), ha dicho.