La Casa Blanca continúa sin web en español más de dos meses después de que el presidente Donald Trump tomara posesión. La versión en lengua española que existía desde la presidencia de George Bush, Jr. y que Barack Obama potenció, sigue desaparecida desde el día 22 de enero, dos después de la entrada del nuevo presidente. En su lugar hay una página donde, en inglés, agradecen "el interés del usuario en este tema". En el meta-título (el que aparece en la pestaña del navegador) especifica que se trata de una "página inaccesible".

Todo eso puede resultar más o menos lógico. Trump y su equipo siempre se han declarado nacionalistas y, aunque en los Estados Unidos no hay ninguna lengua declarada oficial, no consideran más lengua propia que el inglés. Lo que quizás no es tan lógico es el desinterés de los medios españoles en este asunto. Se encendieron al descubrir la desaparición de la web en castellano y, desde entonces, ni pío.

Motivos hay. El español es es la segunda lengua con más hablantes de los EE.UU. Cuenta a 42 millones de personas, el 13,3% de la población, según datos del Instituto Cervantes (pdf). Tantos como en el Estado español.

Además, la decisión de retirar la web de la Casa Blanca en español es un gesto "simbólico", todavía que "grave" por sus implicaciones, que lamentaron en su día desde el portavoz y ministro de Educación, Cultura y Deporte hasta el de Asuntos Exteriores y los directores de la Raíz Academia de la Lengua Española y del Cervantes.

Llamarada por el Twitter

Sólo el reestreno de la cuenta de Twitter @LaCasaBlanca, el pasado día 1 de febrero, volvió a llamar momentáneamente la atención de los medios españoles. Algunos se confunden cómicamente, como esta de OK Diario: "la página web de la Casa Blanca vuelve al castellano, por lo menos en Twitter".

Después nada. Silencio. Casi tanto como el de la cuenta en cuestión, que publicó cuatro tuits el 1 de febrero (dos en inglés) y permaneció callada hasta el 28 de febrero. Desde entonces tuitea intermitentemente, muchas veces en inglés. En 55 días (hasta este lunes 27 de febrero) ha tuiteado treinta veces, doce de las cuales en inglés.

Más vale, porque entre los tuits en español es extraño encontrar alguno sin faltas de ortografía o de sintaxis. Como este: "Surge el optimismo convirtiendo los sueños imposibles en realidad; presenciando renovación del espíritu estadounidense". O este: ".@POTUS renueva compromise con @NASA y exploracion en el espacio".

En los diarios de España, sin embargo, ni palabra. Ni siquiera entre los que se apresuraron a destacar las faltas en la carta enviada por el president Carles Puigdemont al presidente Mariano Rajoy, incluidos los dos grandes de Barcelona. Tampoco se ha oído nada entre los habituales escandalizados de que, en Catalunya, el castellano no esté bien defendido ni lo suficiente presente, etcétera.

¿Quién se cuida?

Se conoce que no se cuidan mucho de la web ni de la cuenta de Twitter de la Casa Blanca. Ni la misma Casa Blanca ni los diarios españoles. Ni el gobierno español. Quizás ahora que España ya ha nombrado embajador en Washington, el pasado día 24 de marzo, hay una oportunidad. Se trata del exministro de Defensa, Pedro Morenés, que seguramente sabrá defender el español en la web de la Casa Blanca.

Podrá contar con algunas personas que se preocupan. Mientras los portavoces de Trump dan largas, algunos diarios norteamericanos lo debaten tibiamente y la petición oficial en la misma Casa Blanca no ha ido muy bien: tenía que llegar a 100.000 firmas y reunió 4.823, menos que la petición de referéndum para la independencia de Texas. Tal vez le irá mejor al congresista del 46º distrito de California, Lou Correa, que también se está moviendo. Sus argumentos serán familiares a muchos.

Pero quien de verdad, de verdad se cuida del español en la web de la Casa Blanca es un grupo de 135 voluntarios que se dedica a traducir y publicar información oficial en el portal WH Español. Dirige la operación Heather Regen, una exprofesora... de inglés... en Brasil.