El panorama lingüístico catalán es bastante desolador, en eso estaremos casi todos de acuerdo. No obstante, entre tanta globalización y tantos cambios sociopolíticos, todavía queda gente con interés y ganas de aprender y promover el catalán, aunque este esté en declive y se encuentre en plena emergencia lingüística. ¿No os lo creéis, verdad? Es normal, la perspectiva pesimista es la más natural. La más realista e incluso la más comprensible.

La 'rauxa' de la chica de Manchester

"Generalizar siempre es equivocarse"... Porque justo en medio de este desastre lingüístico, hay una red de personas que no solo valoran esta lengua, sino que la aprenden y la reivindican. Estos individuos merecen ser reconocidos y celebrados por su dedicación y pasión, y es por eso que ahora presentaré el caso de una chica inglesa con la que hablé durante un buen rato este Sant Jordi.

Justo en medio de este desastre lingüístico, hay una red de personas que no solo valoran esta lengua, sino que lo aprenden y la reivindican

Con un catalán exquisito y muy peculiar, me explicaba que era de un pueblecito cerca de Manchester, pero que ya hacía casi diez años que vivía en Girona. Me explicaba también que algunos fonemas del catalán le encantan (“rauxa, rauxa m’encanta… m’encanta com sona!”) y que ella aprendió la lengua para integrarse y para entender la gente y la cultura del país donde decidió quedarse a vivir. Y esta conversación para mí fue esperanzadora, porque aunque fuera anecdótica, testimonios como este me hacen creer y me demuestran que todavía hay esperanza. Algunos se interesan por la riqueza cultural e histórica de la lengua, otros la ven como una oportunidad para conectar con una comunidad específica o para ampliar sus habilidades profesionales, otros simplemente por necesidad... Pero esta gente existe, estos casos son reales y también está bien que, de vez en cuando, expliquemos y demos voz a casos de éxito, casos positivos en que el catalán no sale maltrecho ni perjudicado.

Ella aprendió la lengua para integrarse y para entender la gente y la cultura del país donde decidió quedarse a vivir

Es importante ser conscientes de que la promoción del catalán no puede recaer exclusivamente en los hablantes locales ni tampoco en las instituciones, todo y que estas, según mi opinión, sí que tienen (o tendrían que tener) muchos más recursos y herramientas para potenciar y defender el catalán. No cedamos al pesimismo ni a los titulares populistas, centrémonos en construir un futuro mejor para el catalán, organicémonos, reivindiquémonos, exigimos recursos para la lengua y protejámosla, conservémosla y, sobre todo, utilicémosla en todas partes y siempre que podamos. No caigamos en pronósticos fatalistas y dejemos de hacer confabulaciones catastrofistas que siempre acaban con la muerte del catalán. El futuro del catalán no está predeterminado y dependerá exclusivamente de las acciones de las personas de que nos sintamos conectadas con esta lengua. Pensemos soluciones y llevémoslas a cabo.