Un millar de fotografías, y decenas de otros objetos: álbumes, carteles, libros, revistas, carteles publicitarios... Piezas procedentes de fondo municipales, de archivos públicos de toda Europa y de coleccionistas privados... La Virreina Centre de la Imatge ofrece un repaso exhaustivo de la historia de Barcelona mediante la exposición Barcelona. La metròpoli en l'era de la fotografia, 1860-2004. Desde el plano Cerdà, hasta la Exposició Universal, el visitante podrá repasar la trayectoria de la ciudad de la mano de imágenes espectaculares. Entre las joyas de la muestra, el primer daguerrotipo que se conserva de la ciudad, y un álbum único de fotografías de la ciudad de los años 1850, hechas para obsequiar a la reina, que se conserva habitualmente en el Palacio Real y que forma parte del Patrimonio Nacional. La exposición estará abierta hasta el 26 de junio y se complementará con un seminario sobre "Les lluites per l'imatge de la ciutat".

Fotografías que no son de todos

El comisario de la exposición, Jorge Ribalta, puntualiza que las fotografías que se exponen reflejan, básicamente, el discurso sobre Barcelona que querían vehicular las clases dominantes, ya que hasta los años 1970, la fotografía no fue accesible a las clases populares. En la muestra se ha intentado poner de manifiesto este hecho, y se ha querido explicar cómo se organizan los diferentes discursos sobre la ciudad y cómo la fotografía es usada como una herramienta de hegemonía. Berta Sureda, comisionada de Cultura del Ajuntament, argumenta que esta exposición encaja con la voluntad del consistorio de reservar la Virreina como espacio para la reflexión sobre los imaginarios de Barcelona, con el fin de ofrecer una imagen de la ciudad "más compleja y más desconocida" que la que han ofrecido habitualmente las visiones oficiales.

Barcelona para todos los gustos

No hay que estar especialmente interesado en las visiones oficialistas de la ciudad para visitar la Virreina. El fondo que se expone es muy rico y diverso, y cuenta con piezas extremadamente originales y poco vistas. Por lo tanto, La metròpoli en l'era de la fotografia puede satisfacer a sensibilidades bien diferentes y a intereses de todo tipo. Y a buen seguro que no dejará indiferentes a aquellos que están interesados en la historia de la ciudad, porque ofrece visiones y paisajes absolutamente desconocidos por los barceloneses de hoy. Una ventana abierta a un pasado que a buen seguro sorprenderá.

La foto hasta la Exposició Universal de 1888

Los organizadores de la muestra han intentado recoger las primeras fotografías de la ciudad. Incluso hay alguna en que se pueden ver todavía, de pie, las viejas murallas. El número de fotografías que se conservan de este periodo es muy reducido, porque en aquel momento había pocos fotógrafos y la fotografía era un proceso complejo y caro. Al ser accesible a muy pocos, la fotografía se movía en un mercado internacional, y circulaba mediante unos pocos álbumes (se pueden ver algunos en la exposición). Pero en los años 1870 y sobre todo en los 1880 el proceso de reproducción mejoró y empezaron a aparecer fotógrafos locales, que ya publicaban en revistas locales. La Exposició Universal de 1888 fue asociada al uso de la fotografía como herramienta de propaganda de los nuevos espacios urbanísticos. Y la campaña publicitaria de la nueva ciudad de 1888 es uno de los protagonistas de la muestra.

 

Autor desconocido. Construcción del monumento a Colón, c. 1888. Archivo Fotográfico de Barcelona.

De la Setmana Tràgica a la apertura de la Via Laietana

El segundo espacio de la exposición recoge el periodo 1888-1929. Es un tiempo de expansión de la fotografía a partir de la aparición de películas y cámaras menos sofisticadas. Además, la fotografía se populariza con postales y libros con fotografías... La exposición da especial atención a la imagen de la clase trabajadora en las imágenes, centrándose en dos elementos: la publicidad empresarial, y el seguimiento periodístico de las destrucciones de la Setmana Tràgica. Y, en las antípodas, hace un seguimiento a lo que supuso, en el mundo fotográfico, la apertura del Paral·lel y la creación, en Montjuïc, del espacio para la celebración de la Exposició Universal. El comisario Jorge Ribalta está muy interesado en esta expansión de la ciudad "a trompicones", mediante grandes acontecimientos usados mediáticamente.

Frederic Ballell - Semana Trágica, 1909. Arxiu Fotogràfic de Barcelona.

La República y la guerra mediática

Con respecto al periodo de la República y la guerra civil, la exposición se centra, en primer lugar, en la fotografía usada como herramienta de crítica social, con mucha voluntad documental. Se fija en fotógrafos que describían las miserias de las clases populares a través de sus imágenes, y que colaboraban con proyectos de reforma social. El estallido de la guerra deja paso, ya el mismo 18 de julio, al triunfo del fotoperiodismo (son famosas las fotografías de los combates de Barcelona de Agustí Centelles). Barcelona se convirtió en un escenario en que fotógrafos de todo el mundo acudían para reflejar los efectos del fascismo sobre la vida de las personas. Un campo de experimentación, también en el ámbito fotográfico, de lo que sería la guerra mundial.

Agustí Centelles - Muertos en la plaza Catalunya, 19 de julio de 1936. ©MECD. Archivo Fotográfico Agustí Centelles.

Del Congreso Eucarístico a la periferia

La exposición presenta también un amplio muestrario de las fotografías de Barcelona del franquismo. En primer lugar, se centra en los actos publicitarios del régimen, y sobre todo en el monumental Congreso Eucarístico de 1953, sobradamente reflejado en los medios de comunicación oficiales. De este periodo también se centra la atención a un fenómeno completamente diferente: la llegada masiva de nuevos pobladores a la ciudad y la aparición de nuevos barrios para acogerlos. Un fenómeno que cambia el rostro de la ciudad.

Carlos Pérez de Rozas, Altar de Pío XII, 1952. Arxiu Fotogràfic de Barcelona

La Barcelona socialdemócrata

Después de analizar la visión oficialista del franquismo, la exposición se fija en los cambios en la ciudad y en su imagen durante el periodo 1970-1992. Un periodo donde el protagonismo pasa a las clases populares y a los movimientos vecinales, que organizan reivindicaciones para cambiar la ciudad. Pero, además, coincide con un momento en que la fotografía disminuye de coste y empieza a ser utilizada también por los sectores populares. Paralelamente, es un momento de grandes operaciones de imagen relacionadas con la "marca Barcelona", que durante algún tiempo disfrutará de bastante consenso. La muestra nos ofrece fotografías y materiales diversos sobre este periodo, que llegan a su cumbre con los Juegos Olímpicos de 1992. 

La crisis del sistema

La crisis del "modelo Barcelona" después de 1992 es el objeto de la última parte de la exposición. El Fòrum está muy presente en esta parte: la propaganda oficial, por un lado, pero también la continua crítica de esta por vecinos y por especialistas. Por otra parte se analiza la fotografía realizada en el Raval, como emblema de una Barcelona, cada vez más convertida en un escenario para el turismo. 

Gilbert FastenaekensBesòs, 1990.

El fin de la era de la fotografía

La exposición se cierra en 2004. En primer lugar, porque los malos resultados del Fòrum dejaron en evidencia la crisis del modelo anterior. Pero también porque según Jorge Ribalta, al principio del siglo XX cambia totalmente la relación de los ciudadanos con la fotografía. Las cámaras digitales e Internet, y más tarde, los teléfonos móviles, acabarán variando completamente el universo de la imagen. Es por eso que Ribalta asegura que la era de la fotografía va de 1860 hasta el 2004. Y asegura que aunque no sabe hacia dónde evolucionará la fotografía, está convencido de que nunca volverá a jugar el papel que ha jugado hasta ahora.

Fotografía de portada: Franck (François Marie Alexandre Gobinet de Villecholes). Barcelona, demolición de las murallas, c. 1855. Bibliothèque nationale de France. París.