Guitarra en mano y acompañado de su orquesta. Así salía al escenario de Alma Festival Poble Espanyol, Guitarricadelafuente (Alvaro Lafuente), que con el primer acuerdo ya tenía el público en el bolsillo. Con una camiseta con mensaje reivindicativo, una curiosa silla "100% catalana", un decorado minimalista liderado por una gran roca, en un honor en su último álbum Cantera, y su banda formada por 4 músicos, provocó la emoción entre los asistentes al pueblo español. Un juego de luces, sus movimientos y, sobre todo, su voz acompañada de las cuerdas, podrían iluminar, Barcelona entera.

El espectáculo arrancaba con Amanita, una de las canciones que forman parte del nuevo álbum, una balada puro Guitarrica, sin decir ni buenas noches, continuó con Redondico, un minitema que hace referencia a los albaricoques. Ahora sí, cuando ya había conectado con el público, el valenciano saludó con uno tímido "Buenas noches, Barcelona. Qué emoción volver a estar aquí, este es un concierto muy especial para mí". Hervía lleno de sus seguidores el Pueblo Español, en un concierto que hacía muchos días que estaba sold out. Se amontonaban en la pista, en las gradas y por encima de los laterales.

El show empezó con una batería de canciones del nuevo álbum, a pesar de que, durante los primeros minutos también se pudo escuchar uno de los grandes éxitos del artista como Conticinio o ABC. Sin embargo, durante las casi dos horas que se alargó el concierto también hubo tiempo para canciones más bailables como Agua y mezcal, Ya mi mamá me decía o Caballito. La humildad y la timidez son algunos de los rasgos|tiros insignia del cantante y con los que consigue conectar deliciosamente con la gente, incluso, arrancó con algunas frases en catalán, con un público entregado y emocionado. Entre temas nuevos y los más antiguos, el cantante aprovechó para felicitar el aniversario a su padre, que estaba presente en el concierto, y recibió un caluroso "cumpleaños feliz del Poble Espanyol".

Visiblemente emocionado, Guitarrica explicó la historia de un tema, que definió como "una oda a Barcelona", una ciudad que considera como su casa, donde vive desde hace un tiempo, y a quien dedicó Romancera. Como ya es habitual en sus últimos conciertos, confesaba que cuando estaba acabando el álbum encontró inspiración en el cantautor de Teruel Joaquín Carbonell y el suyo Me gustaría darte el mar, dedicada a todos aquellos que nunca han tenido la oportunidad de conocer el mar y a todos los que tienen que abandonar su tierra. Además, explicó que su propia abuela tenía un amigo, llamado Daniel Pastor, que nunca había visto el mar.

En este concierto, Guitarricadelafuente lleva más allá su concepto del ecléctico y a los ritmos flamencos, el indie, rock, folk y rumba gitana da sus primeros pasos con el tunning en temas como carta cabal. Una innovación que no provoca ningún tipo de tensión ni confusión entre los asistentes, que disfrutaron del espectáculo de la misma manera.

Después de cantar el último álbum casi por completo, Guitarricadelafuente se quiso despedir del público catalán, cantando dos de sus temas clásicos, de los que te ponen la carne de gallina y la lagrimita en el ojo. Sol, en medio del escenario, sin el apoyo de la banda, y acompañado solo de su guitarra, entonaba Sixtinain, coreada por un público rendido en los pies del valenciano. Y como fin de fiesta, y sin defraudar a nadie, sonó Guantanamera, la canción con la cual se dio a conocer y a la que le debe su éxito. Un tema adorado por los fans que siempre provoca una conexión sin palabras.