Todo está a punto para la fiesta de Sant Jordi. La Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona y los Gremio de Libreros, Floristas y Panaderos han convocado una rueda de prensa, hoy, para presentar los preparativos para el Día del Libro y de Rosa. Se espera que este año se mantenga el aumento de venta de libros y rosas, con la novedad de las rosas amarillas. Miquel Donnay, del Consejo de Gremios, ha asegurado que este año, que se celebre el Año del Turismo Cultural, Sant Jordi tiene más peso que nunca, porque es una fiesta emblemática del país, que se ha convertido en un referente mundial a nivel cultural. Y Muntsa Vilalta, directora general de Comercio, ha destacado que panaderos, floristas y libreros son sectores representantes de nuestra cultura y que la fiesta de Sant Jordi es un acontecimiento de primer orden, no sólo comercial, sino también cultural.

Intentar airear la ciudad

David Martínez Vicién, inspector de la Guardia Urbana, ha anunciado que se ha intentado diversificar las zonas de venta de libros para evitar las aglomeraciones. Pero también ha manifestado que desde el Ayuntamiento se tiene miedo a que la coincidencia de la fiesta con un día laborable pueda provocar graves problemas de circulación (especialmente porque Consell de Cent estará cerrado en las horas centrales del día). Por eso ha pedido a todo el mundo que quiera ir hacia el centro de la ciudad que intente usar el transporte público, que se reforzará, y que intenten ir a las zonas de fiesta de forma escalonada. Ha afirmado que se ha reforzado la seguridad de la fiesta, a fin de que la gente pueda "pasear" sin problemas. Agustí Colom, concejal de Turismo, Comercio y Mercados, ha reivindicado que la fiesta de Sant Jordi tiene que servir para revalorizar el libro y la rosa, dos productos que no están tanto presentes en la sociedad catalana como tendrían que estarlo. Y ha pedido a los ciudadanos que tengan un consumo responsable y que compren las flores a los floristas y los libros a los libreros.

Libros ante la represión

Pere Fàbregas, del Gremio de Libreros, ha afirmado que la cultura tiene que ser el signo de identidad de Catalunya, y que en este ámbito los libreros son clave. Ha resaltado que la tradición de Sant Jordi está en proceso de internacionalización, y que eso este año se potenciará con la presencia de periodistas internacionales a invitados a la fiesta. Fàbregas se ha referido a los tiempos convulsos que se viven y ha reclamado que la cultura nos tiene que llevar hacia la sociedad "libre, desvelada y feliz" que reclamaba Espriu. Y ha recuperado la frase de Pompeu Fabra: "No hay que abandonar nunca, ni la tarea ni la esperanza". Fàbregas ha querido denunciar que los partidos políticos acaparan los mejores lugares de las Rambles en el Día del Libro, "que no es su día".

Tantas rosas como catalanes, y muchas amarillas

Joan Guillen, del Gremio de Floristas, ha anunciado que sus previsiones de venta se sitúan sobre 7.000.000 de rosas rojas, a las que esperan añadir 600.000 rosas adicionales de color amarillo en solidaridad con los presos políticos (el año pasado se vendieron menos de 50.000 rosas amarillas). Defiende que la campaña se basa no en sustituir la rosa roja por la amarilla, sino en añadir una rosa amarilla a la roja que tradicionalmente se regalaba. Además ha revelado que muchos floristas anuncian que los clientes les piden que sellen los ramos con un lazo amarillo. Se espera que la mayor parte de las rosas vendidas sean de la modalidad Freedmon, procedentes de Ecuador y Colombia, aunque se espera también que haya presencia de las rosas Samurái, originarias de Catalunya, que se caracterizan porque su color rojo no pierde intensidad con el frío. El precio de las rosas oscilarán entre los 4 y los 5 €.

Contra el desorden

Guillen ha querido mostrar su disgusto porque no ha habido medidas para regular el uso de la vía pública, ante "el abuso" que se ha producido en los últimos años. Ha afirmado que el compromiso adquirido con el Ayuntamiento el año pasado para ordenar el Sant Jordi de 2018 no se ha materializado, y ha denunciado que hay muchas empresas que intentan ampararse del mercado de la rosa engañando a asociaciones cívicas prometiéndoles beneficios irreales por la venta de sus rosas. Afirma que el producto vendido por las floristerías tiene una calidad muy superior a la que se ofrecerán en puestos no profesionales, y se atenderá a los clientes con mucha más profesionalidad. Ha asegurado que por Sant Jordi habrá 3.800 puestos en la ciudad dedicados a la venta de flores, de las cuales más de la mitad gestionados por "maltratadores de flores"; además de 3.000 puntos de venta ilegales, y ha exigido que se reordenen las áreas de venta y que se limite a 2.000 el número de puestos, en unas zonas determinadas. Ha afirmado que en otras ciudades, como Girona, el problema se pudo resolver. Agustí Colom ha reconocido el problema, ha afirmado que se está trabajando para resolverlo, pero que es difícil que la Guardia Urbana logre evitar la venta ilegal porque hay muchos efectivos destinados a garantizar la seguridad del público (incluso de paisano).

El pan a concurso

Jaume Bertran, del Gremio de Panaderos, ha afirmado que como cada año los panaderos prepararán el típico pan de Sant Jordi, y esperan que el hecho de que sea día laborable favorezca las ventas. Ha anunciado, además, que este jueves se hará un concurso de pan de Sant Jordi con el fin de potenciar esta tradición, surgida del mismo Gremio, que creó la fórmula original de este pan. Bertran denuncia que hay empresas que anuncian "Pa de Sant Jordi", pero que no cumplen la fórmula registrada del Gremio (denuncia que incluso hay muchos que recurren a colorantes para crear la bandera catalana)