La actriz Carrie Fisher, conocida por haber interpretado el papel de princesa Leia en la saga Star Wars, tenía drogas y alcohol en su cuerpo justo cuando murió. Es lo que se desprende del informe forense realizado a la reconocida actriz, que de momento no revela si esta fue la causa del fallecimiento. Fisher, que tenía 60 años, falleció el pasado mes de diciembre a causa de una parada cardíaca durante un vuelo a Los Ángeles.

Los resultados de la autopsia elaborada por el hospital de Los Ángeles asegura que Fisher podría haber consumido cocaína en el periodo de sus últimos tres días de vida. Por otro lado, también se han detectado otras drogas, como heroína y éxtasis. Lo que no se puede determinar en este momento, y así lo ha apuntado el equipo médico, es que se pudiera establecer una relación directa entre el consumo de estupefacientes y su trágico fallecimiento.

Las pruebas médicas fueron realizadas en un hospital de la ciudad californiana el 23 de diciembre, minutos después de que la protagonista de la saga Star Wars entrara en parada cardíaca. Hay que destacar que la actriz sufría problemas en el corazón. Fisher tenía un trastorno bipolar y estaba gravemente afectada por la depresión, por lo que empezó a consumir drogas desde bien joven. La actriz tenía sus adicciones muy asumidas e incluso bromeaba con ellas.

¿Quién es Fisher?

Nacida en 1956, Fisher debutó en el cine en 1975 en Shampoo, pero la fama le llegó en 1977, cuando interpretó a la princesa Leia Organa en La guerra de las galaxias (1977), papel que repitió en las continuaciones El imperio contraataca (1980) y El retorno del Jedi (1983).

Treinta dos años más tarde recuperó el papel en El despertar de la fuerza (2015), ocasión en la que hubo de hacer frente a las críticas por su envejecimiento, pese a que la actriz interpretó a la princesa por primera vez a los 21 años, y por última a los 59. El despertar de la fuerza supuso también el retorno a la saga galáctica de Harrison Ford y Mark Hamill.