En los últimos siete años, la productora barcelonesa Visiona TV ha rodado cuatro películas en catalán con ninguna ayuda de la Generalitat y una participación mínima de TV3. La última, ya se ha hecho fuera de Catalunya, "por pura supervivencia", asegura su director, Ferran Cera, que se ha visto obligado a abrir una sede en Madrid cómo están haciendo muchas productoras catalanas.

La falta de financiación en Catalunya y el impulso que ha cogido la capital del Estado con el establecimiento de grandes plataformas como Netflix está provocando que productores, actores, técnicos y, en definitiva, el sector audiovisual catalán busque nuevos contratos a fuera. En especial en Madrid, pero también en las Canarias o Navarra, donde hay incentivos fiscales. Los productores piden al Govern que favorezca el establecimiento en Catalunya de un gran actor internacional como Amazon o HBO, un motor que ayudaría a dinamizar una industria que ahora se ve obligada a desarrollar sus proyectos en el AVE Barcelona-Madrid.

"Cuando empiezas a trabajar por televisiones y plataformas que están en Madrid, tú te desplazas porque tienes la familia aquí. Cuando estás viajando tres o cuatro días por semana, te planteas o tú o alguna persona instalarse allí", explica a la ACN el presidente de la Federación de Productores Audiovisuales (PROA), Raimon Masllorens. Masllorens, director a su vez de la productora Brutal Media, confirma que abrirán una delegación en Madrid y no descarta desplazar toda la empresa al centro del Estado. Una tendencia que asegura que se está produciendo por el coste económico y personal que supone tener la mayor parte de volumen de negocio a una ciudad donde no tienes la sede principal.

Según la opinión del director del Cluster Audiovisual de Catalunya, Eduard Gil, el resto del Estado "está chupando" el importante ecosistema que había alcanzado Catalunya, por el hecho de tener "ventajas comparativas" las cuales no disfruta el Principado. "En los platós de ficción de Madrid se habla catalán", señala Gil, que considera que Madrid hizo los deberes creando la Ciudad de la Tele de Tres Cantos, complejo donde se ha instalado Netflix impulsado por el éxito de la serie 'La casa de papel'.

Sin la tasa audiovisual, tumbada por el Tribunal Constitucional en el 2017, y la pérdida de músculo de TV3 para invertir en contenidos, en los últimos siete años, el volumen de negocio que representa Catalunya con respecto a España se ha reducido en un 50%. Según los últimos datos de PROA, el año 2011 Catalunya suponía el 40% de la producción española, hasta situarse en torno al 20% en el 2018.

"La ausencia de la tasa del ICEC se nota muchísimo, es una razón muy importante que hace que el volumen de negocio, que podría ser muy equiparable, ahora se ha desviado mucho a favor de Madrid", apunta el representante de la asociación Productores Audiovisuales de Catalunya (PAC) y director de la productora Alhena Production, Norbert Llaràs. El productor constata la centralización de motores audiovisuales en Madrid, tanto televisiones estatales, como plataformas o incluso estudios de empresas catalanas como Mediapro, un hecho que los obliga "casi a trabajar a distancia porque los proyectos los levantas fuera".

Desde la Academia del Cine Catalán, se denuncia la situación "límite" del sector, "de enorme talento" pero infrafinanciado estructuralmente por el Govern. Un estado "de abandono" del audiovisual que se criticará en la gala de los Gaudí de este domingo.

Pérdida de la autonomía

Uno de los retos del sector es la pérdida de la libertad creativa que puede suponer la dependencia de financiación lejos del imaginario colectivo que se quiere transmitir. "Limita tu libertad de enfocar una producción. Al final pasas por un enderezador que quiere sólo un tipo de contenido y a nivel cultural empobrece muchísimo", alerta Llaràs. "Nadie más hará contenidos en catalán y sobre Catalunya, nos lo tendríamos que hacer mirar", considera Masllorens quien pide al Govern una apuesta decidida para la cultura en los próximos presupuestos.

El representante de PROA considera que las líneas de ayudas del ICEC tendrían que rondar los 50 millones de euros, casi cinco veces más que las actuales, y que TV3 tiene que recuperar el papel de motor del audiovisual con 80 millones de euros que había llegado a dedicar a la compra de contenidos. Los últimos años, pocas productoras como Mediapro, Veranda, El Terrat, Brutal Media o DLO Magnolia han centralizado los contratos con TV3, con una media de dos productoras audiovisuales al año. De otras productoras activas de Catalunya, como Ikiru Films, de Edmon Roch, ha movilizado gran parte de su producción a Madrid y a las Islas Canarias.

Nuevos motores

El sector ve una salida al estancamiento de la producción con el establecimiento en Catalunya de una gran operadora como podría ser HBO, Amazon, Apple o Facebook, empresas que se están planteando, instalarse en el Estado. Los productores coinciden en el hecho de que la proximidad implicaría una revitalización de la industria del territorio. "Nos consta que se está trabajando, pero se habría tenido que hacer una apuesta mucho mayor desde todos los ámbitos del gobierno, sería muy beneficioso porque la producción se incrementa cuando hay un centro de este tipo", apunta Montserrat Bou, secretaria general de PROA y portavoz de la plataforma Actúa Cultura, que reclama que se dedique el 2% de los presupuestos a la cultura, enfrente del 0,65% actual.

Otro factor son las desgravaciones fiscales, favorables a regiones como las Canarias o Navarra, y que representan una forma de financiar una película, hecho que atrae muchos equipos e incentiva que se contrate a profesionales de este territorio. Mientras en la mayoría de países europeos la desgravación fiscal llega al 40%, en Catalunya se sitúa en torno al 20%, una cifra de competencia estatal.

"Ahora mismo, si no cambian las políticas, prometo que la película que estoy rodando será la última que haga en catalán, por como he sufrido para financiarla", lamenta al director de PROA, Raimon Masllorens.