Hoy se ha presentado a la prensa la 16ª edición del Anuari de la Musica, editado por ARC (Asociación Profesional de Representantes, Promotores y Mánagers de Catalunya) y el grupo Enderrock. Este anuario muestra por primera vez en mucho tiempo datos positivos a nivel de Països Catalans. La gran excepción es el mundo discográfico, que sigue cayendo. La música en directo, en cambio, experimenta un fuerte crecimiento y se vuelve a situar en los niveles de hace unos diez años, de 2008, antes de la crisis. El mundo de la música tiene la esperanza de que la rebaja del IVA a la música ayude a la recuperación del sector, aunque avisa de que la rebaja tendrá un efecto limitado, porque sólo afectará a las entradas, pero no a las contrataciones. A pesar de todo, Lluís Gendrau, coordinador de la redacción de este anuario, ha indicado que la cubierta tendría que ser verde, del color de la esperanza. La ARC se felicita, también, por su parte, del nombramiento como conseller de Cultura de Lluís Puig, un hombre que empezó en el sector privado, que sintoniza con los productores, y que incluso fue también socio de ARC. Y espera que podrá servir de puente entre el mundo musical y la administración.

Nuevo conseller

Lluís Puig ha hecho una de sus primeras apariciones públicas como conseller de Cultura. Y ha intervenido para recordar su etapa de mánager y de coordinador del Mercat de la Música Viva de Vic. No ha querido hacer grandes promesas, pero ha asegurado que el Gobierno tiene un compromiso político a corto plazo que tiene como objetivo, "ir a mejor". Puig se ha quejado de que en 2016 no se consiguió aprobar el presupuesto y la Generalitat no pudo hacer el esfuerzo que ser requería en el sector musical. "Estemos donde estemos trabajaremos con mirada larga" ha afirmado el conseller, que ha añadido que "quieren hacer política de largo recorrido".

Recortes

El informe denota que en los últimos 7 años el recorte de inversiones públicas en el sector musical ha llegado al 21%, frente a un 16% del conjunto del mundo cultural. El recorte ha sido especialmente fuerte por parte de la Generalitat de Catalunya, que ha recortado más del 60% (frente a un 39% al conjunto del sector cultural). El porcentaje de los presupuestos de la Generalitat reservado a Cultura, que había llegado al 1,5%, ha caído al 0,8%. En realidad, la caída real ha sido mayor porque los grandes equipamientos, como el Liceo, el Palau o el Auditori, han llegado a llevarse el 57% de los presupuestos de Cultura de la Generalitat. El gasto cultural de Catalunya, según Gendrau, lo sitúa entre los países más pobres de Europa. Pero el gasto por cápita en cultura todavía es inferioren el País Valencià y, sobre todo, en Balears. Jordi Gratacós, director del ARC, considera que en realidad los efectos de la crisis perduran, porque el sector se salva gracias a los grandes festivales, pero en cambio hay sectores de población que tienen todavía problemas para acceder a la música de pago.

Detalles

El Anuari estudia en detalle tres ámbitos: las mujeres, los grupos emergentes (con un máximo de dos discos editados) y la música catalana. Las mujeres continúan marginadas en el mundo de los festivales: sólo representan al 11% de los jefes de cartel, frente al 74% los hombres (y un 15% de formaciones mixtas). Los artistas emergentes sólo representan el 22% de los que actúan en los festivales, y eso no garantiza la renovación del plantel. El porcentaje de artistas catalanes se eleva al 38%, y al 25% los que actúan en catalán.

Consumo

El Anuari incorpora datos sobre el consumo de cultura, pero no de obtención propia, sino recogidos a través de informes de las diferentes instituciones. Según las encuestas pasadas a consumidores, la música en directo pierde adeptos: menos catalanes declaran ir a conciertos, y muchos de estos argumentan que el problema es el precio, asociado a la cuestión de la crisis. Hay una cierta tendencia creciente a ir a oír música con niños. Aunque menos gente va a conciertos, crece el número de gente que escucha la radio, y es a través de la radio que conocen nuevos autores y artistas. Hay un problema localizado: que la nueva generación de los milenials no van a los conciertos: no se han acostumbrado a ir a salas de pago y prefieren otras formas de ocio. El sector que crece más es el de los grandes mercados y de las ferias musicales, que llega al 42% de incremento, y se sitúa como uno de los motores del sector.

El catalán

El público que va a conciertos de música en catalán se estanca: crece un poco y llega a un 42,6% de oyentes, pero queda por detrás del español (50,3%) y del inglés (43,3%). Queda, pues, como tercera lengua. Crece muy ligeramente, y crecen mucho más el español y el inglés. Entre los que escuchan la radio también se sitúa en tercera posición, pero muy por detrás del inglés y el castellano. En el 2016 se produjeron más de 1.000 discos en catalán, llegando a un máximo histórico. Pero las ventas son muy modestas: sólo 4 lanzamientos en catalán han superado las 10.000 copias (entre ellas tres de TV3): el disco de La Marató, Club Súper 3, MIC y el Jo competeixo de los Manel. En 2016 se ha roto la tendencia al descenso de los discos de pop rock en catalán. Ahora bien, en los últimos cuatro años se ha disparado la grabación de los discos de jazz. En el 2016 creció en un 62% la producción de discos infantiles, pero no es una tendencia estable, ya que en años anteriores se había registrado un descenso muy marcado.

Impacto, todavía, de la crisis

En realidad, el número de catalanes que van a conciertos disminuye, pero el crecimiento global de asistencia a música en directo se debe al incremento de gente que viene de fuera, sobre todo en los festivales. Mucha gente ve la música en directo como un bien inasequible. Hay un fuerte turismo cultural que es el que mantiene el incremento del sector. El ascenso de público se detecta, sobre todo, en los grandes festivales (aquellos que tienen más de 100.000 espectadores) y en los organizados por el sector privado; también crecen los festivales medios, pero en cambio los pequeños tienen tendencia a perder espectadores. Por otra parte se detecta que hay problemas para contratar a grandes grupos, que tienen un precio excesivo para los festivales medios y pequeños. Por su parte, las salas ganan un 21% de espectadores, y aumentan un 15% el número de conciertos. Todo este crecimiento está centrado en Barcelona.

Semáforo rojo: las discográficas

El 91,6% de la facturación musical de los Països Catalans ya es generada por los directos (en 2016 el porcentaje atribuído a las discográficas se redujo en un 2,6%). La industria discográfica ha perdido un 70% de facturación en los últimos 10 años, y ahora tan sólo llega a 7,6 millones (un 12,6% menos que el año 2015). Se trata de una bajada mucho más fuerte que la que se produce en otras partes de Europa. La facturación de los discos físicos ha caído un 21%, pero en cambio la de los digitales ha crecido muy modestamente, tan sólo el 7%. En Catalunya todavía es más alta la facturación del disco físico que la de disco digital, a diferencia de lo que pasa en otras partes. Hay poca gente que pague, todavía, por los contenidos digitales.