La Fundació Antoni Tàpies abre temporada con dos proyectos que se inauguran este jueves: una obra del cineasta Albert Serra: Albert Serra. Roi Soleil, y la otra, no faltaba más, una exposición dedicada a Antoni Tàpies: Antoni Tàpies. Certezas sentidas, que dominará toda la temporada y que es un conjunto que hacía 28 años que no había visto la luz. Ambos proyectos tienen en común que abordan la muerte y el duelo. Carles Guerra, director de la Tàpies, afirma que la voluntad de la Fundación es presentar la obra de Tàpies en diálogo con las creaciones más modernas, porque el mismo Tàpies siempre se interesó por los autores más jóvenes y por las propuestas más innovadores. La inauguración formal de esta exposición se hará el domingo 17, a las 11h de la mañana, ya que han visto que es una fórmula muy efectiva y muy popular, que consigue aunar mucho público. El proyecto de Albert Serra se podrá ver hasta el 16 de junio y el de Antoni Tàpies hasta enero de 2020.

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Antoni Tàpies. Apofàtic, 1991 © Fundació Antoni Tàpies, Barcelona / VEGAP, 2019.

Dos versiones de muerte, y de luto

La obra de Albert Serra ha sido definida, por él mismo, como la "venganza" por la performance que no pudo hacer en 2017 en el vestíbulo del Centro George Pompidou de París, y en la que quería poner a Jean-Pierre Léaud, caracterizado como Rey Sol, agonizando durante semanas. Al año siguiente organizó una performance con este motivo en una galería de arte de Lisboa, pero en este caso no estuvo protagonizada por Jean-Pierre Léaud, sino por Lluís Serrat. El material registrado en vídeo en la capital portuguesa es la base de la obra que se expone a la Tapias. Por su parte, la exposición sobre Tàpies está centrada, exclusivamente, en materiales del año 1991 (el director de la Fundación, Carles Guerra, argumenta que para las exposiciones prefiere hacer elecciones cronológicas del autor, porque fue muy diverso). Se trata de una exposición que habla, "de lo que pasa en el estudio, pero también de lo que pasa en el mundo", explica Guerra, y recuerda que fue el 1991 cuando estalló la Guerra del Golfo, pero también cuando Tàpies fue perdiendo la visión. Era un momento en que Tàpies pasaba por su máximo momento de reconocimiento público: cuando se crea la Fundación, cuando su obra triunfa... Pero al mismo tiempo es un tiempo de miedos: cuando el pintor cumple 60 años y empieza a pensar en la edad (y eso se ve agravado por la muerte de su madre). Por eso los comisarios, el mismo Carles Guerra y Núria Homs, la conservadora de la Tàpies, han decidido incluir también un vídeo de una entrevista a Tàpies, de aquella época, en qué este hacía referencia continuamente al dolor y a la muerte.

 

Fotograma de Roi soleilAlbert Serra. Roi Soleil 1, 2018 © Albert Serra. Andergraun films. 2019.

Albert Serra se va al museo

Roi Soleil es una pieza que trata de transmitir la angustia de la agonía, porque tal como ha recordado el comisario Carles Guerra, la genialidad del cineasta catalán consiste en "recrear atmósferas, hasta el punto que ya al final no le hace falta presentar relato". En una sala se expone un vídeo de una hora de duración sobre la performance de Lisboa. Serra ha asegurado que cuando organizó esta actividad, no tenía previsto registrar nada. Al fin, lo gravó con una sola cámara, sin ninguna puesta en escena especial... Pero al volver a ver las imágenes se dio cuenta de que mientras había estado en el acto no había captado muchos elementos de lo que había pasado durante la performance y que sí que se veían en el vídeo... "La cámara tiene una potencialidad que no tiene el ojo humano, tiene una capacidad incisiva de revelación, de percibir aquello que los otros no perciben," argumenta. Y pone como ejemplo el tema de la banalidad de la muerte, que en el audiovisual coge una importancia que no tenía en la performance. Además, en otra de las salas de la Fundació, con muros vacíos y luces rojas, Albert Serra ha decidido instalar sólo el sonido de la performance del Roi Soleil, sin imagen. Lo justifica argumentando que "no me gustan los artistas que lo llenan todo, que se apropian de todo el espacio, como pulpos. A mí me gusta más la idea de purificar" y apunta que los sonidos de la agonía, sin el acompañamiento visual, llegan a ser más impactantes. Serra no se ha querido sumar a la polémica sobre la monarquía. Cuando los periodistas le han preguntado sobre el mensaje moral del Roi Soleil, no ha querido cargar contra la institución monárquica, sino que ha sido más sencillo: "El mensaje moral es que los poderosos también se mueren, por suerte...".

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Antoni Tàpies. Ossos , 1991 © Fundació Antoni Tàpies, Barcelona / VEGAP, 2019.

El reciclaje de las telas del suelo

En 1991 Tapias aprovechó algunas telas sintéticas que tenía en el suelo de su estudio con el fin de no ensuciar el suelo y las reaprovechó para hacer 18 obras, que presentó en la Fundación en una exposición con el título Certezas sentidas. La mayoría eran de un tamaño muy grande y ni siquiera estaban fijadas en un bastidor. Sobre estas telas, machadas de pisadas y de salpicaduras de pintura, Tàpies pintó cruces, gafas, cifras, paisajes... Dicen que el pintor en aquel momento estaba muy condicionado por la guerra de los Balcanes y por el genocidio de Ruanda, y todo ello incidió en el tono lúgubre de las telas. Aquella exposición impactó mucho, pero las obras han pasado casi tres décadas ocultas en los almacenes, hasta que ahora la Fundació ha decidir recuperarlas. Y lo hace reforzando aquellas 18 piezas con 4 telas del mismo tipo, y también con tres piezas diferentes de Tapias de principios de los años 1990 que reflejan su relación con el dolor y la muerte, como una campana, el cráneo 376 o la cruz anudada, tres impresionantes obras en bronce.

 

Albert Serra y Carles Guerra ante una de las obras de Tàpies. Foto: Fundació Antoni Tàpies.