Catalunya dispone de medio centenar de festivales de verano dedicados a la música clásica, repartidos por todo el territorio (Perelada, Vilabeltran, El Vendrell...). Buena parte de estos acontecimientos son fruto de los esfuerzos de la sociedad civil o de la iniciativa privada, sobre todo en unos tiempos, durante el franquismo, en que las instituciones culturales tuvieron poca fuerza en el territorio. Ignasi Genovés, director general de Difusión de la Generalitat de Catalunya, ha definido estos festivales, como "un rasgo diferencial de Catalunya como país" y ha puesto énfasis en que las iniciativas privadas han sido esenciales para un país "que no ha tenido Estado y a menudo ha carecido de autogobierno". Ahora, la Generalitat ha querido rendir homenaje a todas estas iniciativas mediante una exposición "Tiempo de ilusión. Tiempo de reflexión. Festivales de Verano de Música Clásica", que se presenta en los jardines del Palau Robert y que estará abierta hasta el 30 de junio, para después pasar por Perelada, Vilabertran i Girona. El comisario de esta exposición ha sido el crítico musical Jorge de Persia.

Quartet La Ritirata en Estamariu 2013 FEMAP. Foto Patrícia Márquez

Cuarteto La Ritirata en Estamariu en 2013. Foto: Patrícia Márquez.

Nuevos ámbitos

Los festivales de verano han sido un marco original donde se han creado nuevos aficionados a la música clásica, pero también han sido un espacio para la creación y la consolidación de escuelas de música; el estímulo a la creación (estrenos y recuperaciones de obras poco conocidas); la producción de óperas; el contacto más próximo con grandes intérpretes, y la participación de jóvenes músicos. Algunos festivales han tenido una larga duración, y otros una corta vida, pero en conjunto han jugado un papel clave en la música catalana. En la exposición se muestra cómo algunos de estos festivales han tenido otras funciones secundarias, como la contribución a la valoración y recuperación del patrimonio arquitectónico catalán o en el impulso al turismo en ciertas zonas, como la Costa Brava.

Goerne i Schmalcz. Festival Vilabertran

Goerne y Schmalcz en el Festival de Vilabertran.

De Rusiñol a la actualidad

En la exposición se da un repaso histórico a las actividades musicales estivales en Catalunya, desde las lejanas Fiestas Modernistas de Sitges, organizadas a finales del siglo XIX por Rusiñol, hasta los festivales actuales, pasando por los encuentros musicales de Prada de Conflent organizados por Pau Casals en los tiempos más oscuros de la posguerra. Más tarde, algunas zonas de la costa catalana tomaron un gran protagonismo. Pero los festivales irían expandiéndose por el territorio. Y con la transición se produjo un verdadero estallido. A partir de los años ochenta, llegan festivales como los del Castillo de Peralada, Torroella de Montgrí, la Schubertíada en Vilabertran, el Festival Pau Casals del Vendrell o el Festival Internacional de Cambrils, que ya se encuentran en el mapa internacional. Y en los últimos años han surgido voces nuevas como el Festival de Música Antigua de los Pirineos o las Noches de Clásica, en Girona. Más de sesenta años nos separan el primer Festival creado a S'agaró.

Concert Arx Turull S'Agaró

Concierto Arx Turull en S'Agaró.

Ojeada a vuelo de pájaro

Esta es una pequeña exposición donde se trata de repasar y poner en valor un patrimonio cultural disperso en el tiempo y en el espacio. Con reproducciones de fotos, carteles, programas, obras de arte y libros, Jorge de Persia da un repaso suscinto de algunos encuentros musicales hoy casi olvidados, haciendo un inventario de estos. Una muestra de pequeñas dimensiones, que se puede ver mientras se pasea por estos tranquilos jardines en pleno centro de Barcelona, que nos transporta a aquellos festivales musicales. Pero, por desgracia, falta la música, elemento clave de estos encuentros estivales...

 

Foto de portada: Ópera Apollo y Hyacinthus de Mozart. Festival de Torroella.